¿Como termine aquí?

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Nombre: Nakahara Chuuya.
Edad: 16 años.
Poder: Gravedad.
Tipo: Omega.

Ah! Porque es tan... doloroso? ¡M-mh! En serio es tan doloroso. Ni siquiera puedo mantenerme en pie. ¡U-uuf las piernas...me duelen.

—Nakahara Chuuya.

Una voz resonó en la cabeza del pelirrojo, quien inmediatamente levantó la mirada.

Nombre: Ougai Mori.
Edad: 40 (según Google)
Poder: Elise
Tipo: Omega

—Jmm Doctor Mori. Me preguntó que es lo que está haciendo usted en un barrio tan bajo como este.

—Nada solo estaba por aquí dando vueltas— el pelinegro desvío la mirada para ver a su alrededor.

—¿Que carajo quiere? Es humillante que me siga mirando así y con el estado en el que estoy— Chuuya estaba dirigiendole una mirada asesina al más viejo.

—Chuuya-kun estás muy herido déjame ayudarte— una sonrisa maliciosa escapó de su boca.

—Ja— El tono burlesco llamo la atención de Mori. —Atrevete a tocarme y saldrás muerto—

—¿Crees que es duro para mí tratar con esa actitud? Uuf— Suspiro el pelinegro. —Tengo bajo mi tutela a alguien incluso más arrogante que tú Chuuya-kun.

El entrecejo de Mori se arrugó. Incluso Chuuya miro la desgracia que pasaba el doctor después de decir palabras sin importancia, o al menos para Chuuya no tenían importancia. Ya que en serio, el no quería tratar con nadie, y mucho menos si está tirado en el piso sangrando de las costillas.
Si, Chuuya estaba herido, dolía a más no poder pero parecía que la herida no era interna. Las piernas, el cuerpo en general también dolía.
Hasta hace unos minutos se encontraba peleando contra unos tipos de alguna organización. Al parecer Chuuya y sus compañeros entraron en la base para robar algunas armas del otro bando, puesto que en la misma organización en la que se encontraba Chuuya... ya no tenía armas. Todo parecía ir bien hasta que a Chuuya le dispararon a lo lejos mientras el golpeaba a alguien.

«¡Mierda! ¿Que demonios es esto?»

Chuuya miro a sus espaldas y se dió cuenta de que era una flecha de la cual la punta escurría en un líquido morado.

—N-no puede ser! M-mi cuerpo... se siente más débil.

Chuuya tenía que salir de ahí ya que poco a poco sentía las piernas más pesadas tenía que informar a su equipo que el estaba herido para que todos salieran lo más rápido posible. Básicamente sin Chuuya están perdidos porque es el único con habilidad ahí, los demás solo eran unos estúpidos mocosos jugando con navajas y pistolas cargadas de balas. Claro que Chuuya no piensa de ellos eso. Al contrario el siente que es el la carga por no ser un buen líder. Bueno... al menos tiene su habilidad, aún así tenía que informar en ese momento pero... espera.

«¿Equipo?»

¿Dónde carajo estaban sus compañeros? No, por más que Chuuya los buscaba con la mirada no estaban ahí en esa habitación donde todo estaba ocurriendo tan rápido. Acaso lo dejaron solo cuando vieron a Chuuya herido? Bueno. Si es así.

«Esta bien estarán a salvó al menos»

Porque Chuuya jamás pensara mal de su equipo. Aún así algo se sentía extraño algo pesado calló a su corazón.
Ya que en el cuartel del bando enemigo parecía estar solo el y los atacantes solo quedaba salvar su propia vida y antes de activar su habilidad para treparse por el techo.

—¡Ahhh!.

Un grito desgarrador sonó en toda la habitación.
Chuuya dirigió su mirada hacia su costilla derecha estaba... ¡SANGRANDO! Chuuya reaccionó para tapar su herida con su mano, entonces.

Me acostumbré a tu ser humano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora