Después de dos meses

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—Hola Nakahara—

—¿Ah?

—Mi nombre es Kouyou Ozaki.

Nombre: Kouyou Ozaki.
Edad: 20.
Poder: Konjiki Yasha.
Tipo: Alfa.

Esa fue la primera vez que vio a esa mujer... Era la única que transmitía paz a Chuuya, era hermosa, elegante y muy admirable, o así la veía Chuuya. Aquella mujer dijo que iba a tenerlo bajo su tutela, ella iba a mostrarle todo lo necesario para estar en la Mafia. Y todos los días iba a visitar a Chuuya en el horario que podía.

Durante un mes así fue, las únicas visitas que recibía eran de Ozaki y Mori que lo monitoreada en cuanto a sus heridas.
Y estar ahí no era para nada desagradable mucho menos si la querida Ozaki se encontraba con Chuuya todos los día. Rápidamente el pelirrojo le tomo confianza y cariño, y como no si esa mujer lo trataba como a su hermano pequeño, aunque eso a veces molestaba a Chuuya por hacerlo sentir un niño.

—No te enojes Chuuya-kun.

—No me gusta que ane-san me traté como a un niño— Cruzó los brazos.

—Chuuya dejame quererte a mi manera— Cubrió su sonrisa con la manga de su kimono —Ademas... Aunque dices ser un adulto en realidad te faltan cuatro años para ser oficialmente un adulto.

—Solo son cuatro años...— Refutó

—Mmm— Se quedó pensativa —¿Quieres que te haga una fiesta de cumpleaños? Para ese entonces tendrás nuevos amigos, puedo hacer pastel de chocolate para ti— Sonrió nuevamente.

—Ahh en serio, a eso me refiero cuando juegas conmigo y me tratas con a un niño.

Ozaki fue la única en ese lugar que podía tratarlo así

Con su compañía estar un mes ahí no fue difícil y con los tratos de Mori rápidamente se recuperó, exepto por la herida más grande a lado de su costilla que ya casi terminaba de cicatrizar.

Gracias a lo que Kouyou ya le había enseñado a Chuuya no fue difícil adaptarse a la Port Mafia. Aún no sabía cuál iba a ser su rol en ese lugar pero con las pequeñas misiones que tenía día a día le bastaba además el pago era... Execivamente bueno como para que pudiera comprar una casa propia, aunque Mori y Kouyou le ofrecieron quedarse en la sede.

Algunas veces pensaba en Atsushi, pero también pensaba que lo mejor era mantenerse alejado porque eso lo uniría a Dazai nuevamente y Chuuya no quería eso. También pensó que podía llevarse a Atsushi de aquél lugar tipo... Secuestrarlo.  Es que Atsushi era tan adorable como para olvidarlo, simplemente no se puede.

Todo pasó tan rápido, ya dos meses desde la última vez que había visto a Dazai y se sentía...

Tan bien.

Hubiese sido increíble nunca más hablar con el justo como esos dos meses pero...

****

«Chuuya ha cambiado»

La actitud es la misma de siempre, tan horrible, su aspecto físico bueno... Antes tenía una chaqueta de un color horrible con una playera blanca y pantalones negros. Ahora viste con un horrible sombrero negro a los ojos de Dazai, también usa una chaqueta pero ahora es color negra, un color mejor. Su playera blanca y sus pantalones negros, además de su cinturón de cuello negro que siempre ha tenido.

«Se dejó crecer un poco el cabello»

Ahora lo tenía atado a un pequeña coleta de lado.

Me acostumbré a tu ser humano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora