La pregunta

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Merce

Miles de cosas han estado rondando mi mente este mes, por un lado, la universidad, que parece que decidió acabar con mis pocas horas de sueño y dejarme trabajos al por mayor. Lo segundo en mi lista es mi trabajo, que la gerente me agarro un intenso odio no merecido por el hecho de tener un horario "Privilegiado", además de que me comento que el Señor Kim menciono que si yo llegaba a renunciar o ser despedida habría consecuencias.

Como si eso ayudara algo en mi vida.

No lo he visto desde que me dejo en la puerta de mi casa con el corazón acelerado, con la cabeza dándome vueltas y con las ganas de que me besara como deseaba que lo hiciera. Se que me lleva veintiséis años, pero es innegable que es un hombre demasiado atractivo, toda la seguridad que despide por cada poro, la manera que tiene de imponerse, y ese porte tan varonil.

Quisiera mentir y decir que no me atrae, pero mi madre me dijo que mentir es pecado. Desear a hombres que te doblan la edad también, pero el peso del pecado es diferente.

Los mensajes por parte del Señor Kim no habían parado de llegar, preguntándome como estaba mi día, sobre mi alimentación, como me iba en el trabajo, y si no le contestaba me llamaba, poniéndome nerviosa con su voz gruesa al otro lado del teléfono.

Seguía sin entender, ¿Qué es lo que veía en alguien como yo?

Es claro que siempre esta rodeado de mujeres hermosas, con mucha mejor presentación que yo, incluso de su edad y mas maduras, yo aun duermo con pijamas de ositos y me gusta beber chocolate caliente mientras llevo ropa de indigente. Mi reflejo me hiso una mueca mientras esperaba a que la mascarilla para mis horribles ojeras disminuyeran un poco hiciera efecto, estaba sentada en la alfombra de mi habitación con la espalda recargada contra mi cama, ya había terminado mi tarea, me había duchado, por eso decidí consentirme un poco mientras pensaba que comer.

Mi teléfono vibro con la notificación de un mensaje.

Jefe Kim:

¿Ya cenaste?

No, pediré algo del delivery, no tengo energías para cocinar.

Es curioso que me hablara con tanta familiaridad, como si ya tuviéramos una relación de cualquier tipo, incluso como si fuéramos los mejores amigos del mundo.

Jefe Kim:

¿Te gusta la pasta?

Si.

Jefe Kim:

Perfecto, abre la puerta.

Tropecé un poco al ponerme de pie, no tuve que verificar por la mirilla, tampoco recordé el aspecto que tenia en este momento, solo abrí la puerta viéndolo, tan deliciosamente perfecto, con una bolsa de papel y una botella de vino tinto en la mano.

—Buenas noches —sonrió de manera sincera, note que sus ojos me recorrieron de arriba abajo — ¿Existe algo con lo que no luzcas bien?

—Dios no —toqué mi rostro y corrí al baño dejándolo en la entrada del departamento —¡Pase, solo deme un minuto!

Cuando entre al baño, no pude dar un grito de frustración, mi espejo seguía un poco empañado por la reciente ducha pero me permitía ver lo roja que estaba mi piel debajo de la mascarilla, quite el papel y solo enjuague con agua fría como era las instrucciones, medite un poco sobre lo que acababa de pasar dándome cuenta que mi atractivo jefe estaba solo en mi departamento.

Me cepille el cabello de manera rápida y fui por mis anteojos, tal vez seria mejor no usarlos, la humillación es menos dolorosa si no la veo con claridad, cuando camine al recibidor no lo encontré, se había instalado en mi cocina, su chaqueta del traje estaba sobre el respaldo de una silla perfectamente doblado para no arrugarse, estaba sacando las bandejas de comida dejándolas en la barra, podía notar sus hombros anchos moviéndose con gracia, mi vista fue hasta la cintura que poseía, seguro tiene algún pacto con algún demonio, alguien de su edad no puede verse asi de bien.

—Veo que tienes hambre —una media sonrisa atravesó su rostro —acércate para que puedas comer —sus ojos fueron directamente a los míos, sentí la boca seca y pase la lengua por mis labios —¿Prefieres postre entonces?

—Yo... yo —me fui a sentar —¿Qué lo trae por mi casa?

—Tu —sirvió un enorme plato de pasta — eso es lógico, dime querida ¿Dónde están los vasos?

—En él estante a su derecha —se acercó y saco dos vasos pequeños de vidrio, para caminar hasta la botella de vino —lamento no tener copas.

—Descuida, soy bastante practico —sirvió solo un poco de vino en uno de los vasos y en el otro sirvió leche, bebió del vino y me dio el otro a mi —aun eres menor, todavía no puedes beber, no soy una persona irresponsable, ahora come.

Espero hasta que tomara un bocado enorme de pasta, para sentarse frente mío y comer de igual manera, la comida era deliciosa, de alguna manera verlo comer me hiso sentirme más relajada.

—¿Por qué apenas estas en el primer semestre de la facultad? —su pregunta me tomo por sorpresa pero no me puso nerviosa —eres una chica lista, no creo que hubiera sido por repetir materias.

—Supongo que el investigarme no le acceso a todo lo que desea saber.

—Problemas sencillos que solucionaremos con el tiempo, pero no me has contestado.

—Tenia que ahorrar antes — tome mi vaso con leche y bebi un poco para pasar la pasta —soy la menor de mis hermanos, pero la situación económica no estaba como para poder pagar mi universidad, mis hermanos dejaron el bachillerato para trabajar y hacer que yo siguiera trabajando, mi madre también toda su vida trabajo para darnos lo mejor dentro de sus posibilidades —suspire un poco —y aunque se que todos hubieran hecho lo posible para que yo estudiara la carrera sin tener que trabajar, no me lo podía permitir, por lo que decidí trabajar todo dos años antes de matricularme, me mude de con mi madre y hermanos, asi que aquí estoy cenando con mi jefe lejos de mi familia.

—Cada vez más interesante.

—¿Puedo preguntar algo yo?

—Ya lo haces querida —no pude evitar rodar lo ojos —dime, ¿Qué deseas saber?

—Su hijo menor es dos años mayor que yo, sé que enviudo hace tiempo, también sé que mi gerente se muere por usted —se levanto para caminar con lentitud hacia mi —se que ella es mucho mas viable, mas madura, mas bonita incluso de mejor estatus que yo — quedo frente mío —dice que le gusto por que soy corrompible, ¿esta usted muy seguro de que es asi?

—Mercedes querida —su mano paso por mi cuello con lentitud hasta subir a mi rostro para pasar su dedo pulgar por mis labios —puedo escuchar como tu corazón late con rapidez solo por acercarme un poco —se inclino hasta quedar cerca de mi oído —estoy muy seguro que eres alguien corrompible, ¿Y sabes? —sus manos se metieron debajo de la camisa vieja que traía —como soy alguien mayor, mucho mayor —su boca se deslizo por mi barbilla hasta estar cerca de mis labios —no tengo tiempo de andar con rodeos y soy un poco impaciente —las yemas de sus dedos viajaban por cada centímetro de mi piel haciendo que el calor se fuera directo hasta mi entre pierna —aun no te toco como deseo, pero puedo apostar a que ya estas mojada...

Mis pechos se hincharon ante su voz mas gruesa y mis pezones se endurecieron deseando que sus dedos pasaran a presentarse como lo estaban haciendo con mi cintura, podía sentir su aliento entrar a mi boca, su nariz rosaba la mía, cerré los ojos.

—No, no mi linda Mercedes —tiro de mi para que mi pecho se pegara a su cuerpo —mírame, quiero que me observes —cuando abrí de nuevo los ojos, el quito mis anteojos —quiero que me mires directo a los ojos cuando me contestes ¿Me dejaras corromperte? Mostrarte lo prohibido, hacer que desees cada vez mas de lo que estoy dispuesto a dar, lo que quedaba de inocencia en esa linda alma tuya será despedazado por mis manos, pero estoy seguro que pedirás más, ¿Lo quieres Mercedes?

—Si.

No sé porque, pero estoy dispuesta hacer destruida por este sujeto.





Por el momento la autora esta fuera del area de servicio, si quedo usted humeda despues de lo que acaba de leer y molesta porque lo dejo en la mejor parte, favor de hablar al departamento de quejas de lunes a viernes de 8 am a 12 pm,  pues solo trabaja cuatro horas, por su atencion y preferencia, gracias.


All I Wanted (Kim Seokjin +21) Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora