Capítulo 3

14 3 0
                                    

La luz brillante que emanaba del grupo comenzó a llenar cada rincón del hogar, contrastando con la oscuridad que se cernía fuera. Issei, Ambar, Elinor, Dinorath, Eylin y Candy se encontraron en el epicentro de esa energía, como si cada uno de sus corazones estuviera latiendo al unísono, creando una vibración que resonaba en el aire. El miedo había sido transformado en esperanza y determinación.

- ¡Ahora! -exclamó Elcida, extendiendo sus brazos hacia el suelo, intentando canalizar la energía flotante en su interior. Ambar empezó a moverse en un ritmo sincronizado con Elinor, llevando la danza de fusión entre jazz y hip-hop a otro nivel. Cada paso de baile iluminaba el suelo bajo sus pies, creando un rayo de luz que los rodeaba como un escudo improvisado.

Eylin se unió, su voz elevándose en una melodía armónica que parecía resonar con el pulso del universo. La música invitaba a la energía a unirse a su danza, a envolverlas en su magia. La atmósfera se volvía cada vez más electrizante, como si el aire mismo supiera que algo extraordinario estaba ocurriendo.

- Energía de nuestra amistad, poder de unión- cantó Eylin, su voz etérea mezclándose con la vibración de las chicas- unidos somos más fuertes, nada nos puede detener.

Dinorath, con movimientos ágiles, comenzó a desdibujar sombras en el aire con sus manos, dibujando formas que se entrelazaban y se entretejían como hilos de luz. Sus pasos no solo eran danza, eran símbolos de lucha, de resistencia, que llevaban consigo la historia de su amistad.

- ¡No dejaremos que la oscuridad nos consuma! -gritó Candy, sus ojos brillando con determinación mientras se unía al coro, aportando su energía especial a la unión, creando una atmósfera brillante en la que la luz parecía desafiar a las sombras que acechaban afuera.

Issei, sintiendo la energía que crecía en su interior, cerró los ojos y se concentró. Recordó las historias de antiguas batallas, de héroes que enfrentaban la oscuridad con el poder de la amistad. Fue en ese momento que sintió una conexión profunda con cada una de las chicas. Sin recordar un hechizo exacto, supo que debía dejarse llevar por la energía colectiva.

- ¡Juntos, somos la luz!- exclamó, uniendo su voz con las de ellas.

Las sombras afuera comenzaron a moverse de manera más frenética al ver que la luz se expandía. Las figuras encapuchadas se detuvieron momentáneamente, aturdidas por el resplandor que emanaba del hogar. Sin embargo, pronto comenzaron a murmurar en un idioma ininteligible, como si la oscuridad que llevaban dentro intentara aferrarse a las mariposas de luz que surgían del grupo.

- ¡No podemos dejar que se acerquen más!- gritó Elcida, sintiendo la presión, sabiendo que el tiempo se estaba agotando.

La danza se intensificó, conectando cada paso, cada giro y cada nota. Era un ritual poderoso, una magia antigua que lo unía todo. Ambar y Elinor giraban con tal fuerza que parecían danzar sobre un océano de luz, sus cuerpos se entrelazaban mientras se establecían conexiones invisibles entre todas ellas.

- ¡Ahora, enfócate en lo que nos une! ¡Recuerden todos esos momentos que hemos compartido!- insiste Issei, sintiendo cómo esas memorias empezaban a cobrar vida en su mente.

Risas, bailar, sueños, secretos compartidos, el sabor de la primera comida que cocinó para ellas, momentos de complicidad... todo ello se fue incrementando, como múltiples corrientes de luz que chocaban y se entrelazaban.

Las sombras retrocedieron momentáneamente, confundidas y aterrorizadas por el abrumador poder de la luz. Sin embargo, Issei sabía que esto no duraría para siempre. Necesitaban algo más fuerte, un poder que, aunque aún no entendían completamente, era real.

En otra dimensión Issei y mis ocsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora