Habían pasado ya lo 40 días desde el nacimiento de mehmet y mihrimah, se podría decir que sharazad había vuelto a su vida cotidiana, claro, Solo que ahora, era una sultana, y, por lo tanto, tenía mucho más poder y ventaja sobre las demás concubinas.A pesar de eso, trataba de evitar a las mujeres, lo último que necesitaba eran problemas.
Mientras sus criadas la ayudaban a vestirse, entró su amiga, nefsun, que se veía alterada.
-Sharazad!, nescito tu ayuda!, es urgente!-dijo de rodillas.
-Cálmate nefsun, que pasa, explicame y veré que puedo hacer-contesto con la calma que la caracterizaba.
-Es nurhan, mi amiga, recuerdas a la criada de hurrem, bueno... ella le quemó la cara, y la golpeo, pero...prohibió a todos que la ayudaran, trate de curarla, pero no es suficiente, si sigue así, morira pronto, le ruego que por favor la ayude mi señora-la criada explico entre lágrimas.
-Explícame por le hizo tal atrocidad.
-Obligaron a nurhan a pasar la noche con el sultán, cuando ella trató de explicarle a hurrem para que la ayudara, ella hizo lo que le conté.
-Levántate ya nefsun, llevame hasta ella, pero podria ser un plan para hacerme daño.
-Le juro que no es así sultana, me encargue de averiguar todo, ya sabe que yo soy sus ojos y oídos en el harem.
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Sharazad miro horrorizada la condición en la que María, ahora nurhan, se encontraba.su rostro estaba lleno de moretones al igual que su cuerpo, había ordenado a sus criadas traer a una doctora que se encontraba revisando minuciosamente a la mujer.
-Dígame doctora, que tan mal está.
-Con un buen cuidado podría sobrevivir, si lo permite, podria venir diariamente y encárgame de sus cuidados.
-Claro que sí, pero irá a mis aposentos, la muchacha no se quedara aquí.
La doctora asintió y salió del lugar, lentamente se acercó hasta la cama.
-Nurhan... puedes hablar?
-S-si-contesto débil.
-No te preocupes, desde ahora estás bajo mi protección, te llevaremos hasta los baños y luego a mi habitación, haya te quedarás hasta que te recuperes-sin decir nada nurhan asintió.
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-Sharazad, mi amada sultana.
-Sulaymán, mi amado sultan-ambos se acercaron fundiéndose en un apasionado beso.
-Te ves tan hermosa, me atrevo a decir que ahora muchísimo más-confeso acariciando su cintura, a lo que la joven mujer río cálidamente.
Sharazad estaba por responder cuando las puertas fueron tocadas agresivamente, y el sultán se acercó rápidamente.
-Su majestad, disculpe mi interrupción, pero es una emergencia-dijo sumbul aga con una mirada asustada.
-Qué paso sumbul, por estas así.
-Sus hijos... fueron secuestrados su majestad, todos menos... el sehzade Mehmet y la sultana Mihrimah-contesto este cabiz bajo.
Suleiman se quedó callado por unos pocos segundos, que para la sultana fueron horas, hasta que al fin habló.
-Ve a tus aposentos.
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Sharazad caminaba nerviosa de un lado a otro, sabía perfectamente que este era un plan de la valide y sus perros falderos, mahidevran y hurrem.
Desde que nacieron sus hijos no la dejaron en paz, tratando de que ella cometiera el más mínimo error para deshacerse de ella y luego, sus hijos.
Solo podía rezar a allah para que no la alejaran de sus hijos.
Gul aga entro y la reverencio, mientras la miraba con un destello de esperanza en sus ojos.
-Necesitas algo, no estoy de humor-pregunto sería.
-Mi adorada sultana, su majestad el sultán le ha enviado una carta-Sharazad lo miro extrañada mientras tomaba el trozo de papel entre sus finas manos.
"Mi amada Sharazad, sabes que lo que más amo en este mundo son tú y mis hijos, y no podría permitir que alguien les hiciera daño, por esta razón he decidido enviarlos al palacio de Edirne, supongo que sabes que eres la principal sospechosa del secuestro de mis otros hijos,sé que tú no serias capaz de hacer daño a nadie, eres demasiado pura como para hacer tal atrocidad, lo único que puedo prometerte es que volveremos a estar juntos, no sé cuando, pero lo estaremos, recuerda siempre que te amo Το τριαντάφυλλο μου, ο ιδιοκτήτης αυτής της ταπεινούς καρδιάς"
Para este punto las lágrimas de Sharazad salían por sí solas, a pesar de que no amaba al sultán como tal, le tenía un gran cariño, por lo que alejarse de la única persona en la confiaba, no plenamente, pero confiaba, le dolía profundamente.
-Ayúdame a guardar las cosas gul, p-por favor-el nudo en su garganta no la dejaba hablar claramente, añadiendo a eso la sensación de malestar en su vientre.
-No se preocupe mi sultana, verá que con el poder de allah se descubrirá su inocencia, usted no sería capaz de hacer algo haci.
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La validé miraba con una sonrisa de satisfacción a sus nueras, al fin se deshará de esa mujer que tanto detestaba.
-Al fin podremos descansar de esa bruja, madre-dijo hurrem con una gran sonrisa en sus finos labios.
-Gracias a allah hurrem. Las mujeres siguieron bebiendo y comiendo los postres que yacían en la mesa.
-Madre...no sé si se ha enterado de esta noticia, pero el sultán ha permitido que Sharazad se lleve al sehzade mehmet-la madre sultana frunció el ceño molesta, eso estaba prohibido.
-¡Eso está prohibido, yo soy quien debe quedarse con mi nieto!-molesta, salió de los aposentos.
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Sharazad miro el imponente palacio delante de sus ojos, las víboras lograron su cometido, pero ya no tendría piedad ni amabilidad con ellas, si tanto deseaban pelea, la tendrían.
El carruaje comenzó a moverse alejándose, Sus criadas la acompañaban, desde el principio habían sido leales a ella, sin importar cuantos sobornos les ofrecían, jamás traicionaron a su sultana y sobre todo, amiga.
-Sharazad, no me gusta verte triste.
-Lo sé ana, pero no puedo evitarlo...no quiero alejarme de él, es la única persona que parece amarme sinceramente-las mujeres se miraron entre sí con pena.
La joven pelirroja miraba fijamente el paisaje, urdida en sus pensamientos pesimistas, sabía que era un plan de la valide, pero aun así no podía evitar sentirse mal.
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-¡Como pudiste permitir que se llevara a mi nieto!-Suleiman la miro molesto.
-Yo soy el sultán, yo decido.
-Esa mujer te ha envenenado, abre los ojos!, no te das cuenta de su maldad?, no vez que secuestro a tus hijos, acaso ellos no te importan!? -el sultán la miro molesto, como se atrevía a acusar a su amada así.
-Sé muy bien que Sharazad no sería capaz de hacer algo así, si la envíe lejos del palacio fue para protegerla de ustedes, más les vale tener a mis hijos aquí en un mes.
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Haseki Sharazad Shahnaz Sultan
Historical Fiction"El gato se enamoró tanto, que negoció sus siete vidas por una sola con ella"