☁𓂃' Capítulo 11 𓇢🌟ˎˊ

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Jisung empezó a abrir sus ojos al sentir una pequeña presión en sus mejillas, al abrirlos se encontró con unos grandes ojos de Bambi y un rico aroma a galletas. San estaba a su lado boca abajo sonriéndole y soltando pequeños balbuceos.

El omega sonrió y atrajo a su pequeño bebé a su pecho.

—Papi te trajo aquí, ¿eh?—Murmuró con la voz ronca por el sueño.

El cachorro soltó un pequeño chillido tirando de su camisa, el pelinegro le dio del pecho, lo más que pudo soportar, a su hijo, se levantó de la cama con San en brazos y se dirigió al baño para lavarse la cara y los dientes dejando el bebé en el suelo vigilándolo atentamente. Al terminar con su higiene personal volvió a tomarlo en brazos y se dirigió a la cocina para preparar algo de comer, dejó a su bebé en su sillita con un juguete para entretenerlo.

Abrió el gabinete de la cocina y sacó la formula de bebé dejándola a un lado mientras se calentaba el agua. Hace unos días habían ido a una cita con el pediatra y les dijo que ya era hora de que San deje el pecho y empiece con formula, claro, había que hacerlo poco a poco porque al pequeñito no le agradaba mucho la idea.

Jisung creía que era lo mejor, pues sentía que no estaba produciendo mucha leche para satisfacerlo, además sus pezones se hinchaban y se enrojecían causándole ardor sumado que San ya tenía algunos dientitos y a veces le mordía. Y era muy doloroso.

Agitó la mamadera y probó la temperatura en su muñeca, estaba perfecta, caminó hasta el cachorrito que al ver a su mami alzó sus bracitos y soltó unos pequeños soniditos. Jisung sonrió con ternura.

—Ten, amor—Dijo llevando la tetina hasta los labios del cachorrito, este frunció el ceño y giró su cabecita negándose a tomar—Por favor, hijito...

—¡No!

San observó a Jisung y estiró sus manitos tirando de su remera para dormir. Él no quería la mamadera, quería a su mami.

—No, amor. A mami le duele—Pero San siguió tirando—¡San, no! 

Su grito asusto al bebé ocasionando que empiece a llorar, Jisung suspiró dejando la mamadera en la mesa y lo tomó en brazos arrullándolo y sobando sus espalda. Odiaba gritar, más que nada a su hijo, joder, era un bebé, no podía andar por ir gritándole.

San levantó su carita, roja y empapada, del cuello de su madre y conecto miradas, el pelinegro acarició la abultada mejilla del cachorrito con cariño.

—Perdón, amor—Murmuró.

—¡Ma!

Intentó nuevamente, tomó la mamadera y la acercó a San; este frunció el ceño y alejó la cabeza, Jisung picó su pancita y al ver que abrió la boca para reír le metió la tetina. El bebé intentó resistirse pero al sentir el rico sabor poco a poco su gesto se relajó y empezó a tomar sin problema.

—Ja, menos mal que no te gustaba—Dijo sarcástico dejándolo nuevamente en la sillita—Eres dramático como tu padre.

Su pequeñito tenía nueve meses, decía palabras sueltas y al sonreír se veían sus lindos dientitos, gateaba y lo hacía sumamente rápido, tanto que a veces se les escapaba cuando la puerta se abría por más de unos segundos pero todavía no caminaba, solo se paraba si se sostenía de algo pero no daba ni un solo paso, claro, sin ayuda de sus padres. Jisung o Minho lo agarraban de las manitos con cuidado y lo hacían caminar cortas distancias, pero por si solo no ha caminado, el pediatra le dijo que cada niño tenía su tiempo pero que si llegaban a ver algo inusual que lo llevaran para revisión.

Unos toques en la puerta lo distrajeron de los pequeños jueguitos que le estaba haciendo a su hijo, lo dejó en el medio del salón y corrió a la puerta dejando ver a Sorn, la rubia tenía una gran sonrisa y en sus manos una caja de cupcakes.

—¡Hola!

—Entra, entra, entra—La jaló del brazo y la metió dentro del departamento cerrando la puerta rápidamente—¡Ja! Te gané.

El cachorrito frunció el ceño.

—¡Hola, mi amorcito!

Sorn prácticamente lanzó la caja a la cara de Jisung solamente para agacharse y tomar al bebé y llenarlo de besos mientras soltaba risas algo chillonas por lo besos de su tía Sorn.

—No quiero sonar descortés o algo así, pero... ¿por qué estás aquí? No me avisaste que venías. ¿Quieres café?—Habló escuchando los pasos de la chica detrás de él.

—Lo siento por venir sin avisar, pero Min me dijo que estarías solo así que decidí pasar y hacerte compañía—Explicó—Y sí, por favor.

El resto de la tarde Sorn le hizo compañía y también le hizo el favor de ser la niñera de su hijo por media hora para poder darse una ducha, hablaron de todo un poco y también intentaron que San camine pero, nuevamente, no funciono; el cachorrito solo se quedaba sentado y mirada de su madre a su tía y de su tía otra vez a su madre y se reía.

A eso de las casi nueve de la noche Minho abrió la puerta de su hogar siendo recibido por un delicioso aroma a carne, dejó sus cosas donde siempre y caminó hasta la cocina encontrándose a su omega de espaldas y su cachorrito en su sillita viendo un video infantil. San giró su cabeza y chilló al ver  su padre, el castaño lo tomó en brazos y se acercó a su omega dejándole un tierno beso en la sien.

—Hola, amor—Murmuró.

—¿Cómo te fue, alfa?—Preguntó apagando el horno.

—Cansado, solo quería llegar aquí—Respondió sentándose en una silla dejando a San en su regazo—Odio esas juntas. Y le peor es que mis alumnos estaban más revoltosos de los normal, ¡parecieran simios!

—Tú también eras un revoltoso simio en la secundaria.

—¡Pero decente!

Al terminar de cenar la pareja se sentó en sillón a ver una película mientras San jugaba a pocos metros de distancia, Minho volteó a ve a su hijo al percibir un movimiento algo extraño por su parte; el niño se había parado, solo.

El alfa llamó la atención de su omega, el pelinegro abrió la boca con asombro y se arrodilló frente al sofá estirando sus brazos.

—Ven, hijito—Lo llamó y San lo miró sonriente.

—Ven con nosotros, pequeño—Habló el alfa.

San movió un piecito, luego el otro y el otro hasta llegar a los brazos de sus padres. Había caminado, había dado sus primeros pasitos él solo.

Tanto para el alfa como para el omega lo más hermoso de llegar a casa era ver a su cachorrito corriendo hacia ellos.

𝘾𝙪𝙞𝙙𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙖 𝙇𝙚𝙚 𝙎𝙖𝙣  ৎ୭  𝙈𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora