Tenia que suceder

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Una vez más Hermione estaba sufriendo por culpa de Malfoy,  ¿por qué no le contestaba de una vez la maldita carta? Sabía que se estaba haciendo el difícil, se sentía incómoda porque la fecha de compromiso se acercaba y ella era la única que no había tenido contacto con su pareja para hablar el tema.

Mientras tanto Draco Malfoy se tomaba su tiempo para llevar a Herms a un nivel tal de desesperación que fuera a buscarlo. Cuando eso sucediera, ella estaría dispuesta a aceptar las demandas de él, un plan sin fallas, le dijo a sus amigos.

-¿Y qué demandas podrías llegar a tener si el ministerio te lo dió todo en bandeja?- le preguntó Theo desde su sillón.

-Hay Theo Theo, tienes tanto que aprender,  si acaso Granger hubiera tenido alguna idea loca para escapar del contrato, ahora ya las abandonó con tal de seguir en el mundo mágico. Vamos a ser una pareja de verdad y ella me amará como yo he llegado a amarla.

-Al menos no te escucha ahora o saldría corriendo- dijo Blaise sonriendo.

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Se acabó, iría a la casa de ese tonto bueno para nada y le tendría que dar en la cara la respuesta que no le dio por carta.
Tomó su bolso decidida a ni siquiera verse al espejo para no tener el impulso de arreglarse, no era una visita social, entró a la chimenea y salió frente a una puerta muy sobria y de aspecto bastante muggle cabe aclarar.
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-Todo saldrá bien, ya verás.

-¿Qué es eso?- dijo Theo.

- Están tocando el timbre.

-¿Tu timbre suena así?

-Calla, voy a abrir.

Camina un largo trecho hasta la puerta...

-¿Quién es?

-Hermione enojada Granger, gran desgraciado.

Draco sonrió antes de abrir, su plan comenzaba ahora.

-Disculpa, pero que nombre más adecuado- dijo al abrirle la puerta con una sonrisa de autosuficiencia.

- ¿Puedo pasar?

-Adelante, ¿te ofrezco algo de beber Granger?

-No, gracias, ¿por qué no contestaste mi carta?

-¿Esa en la que me sugerían de forma hostil reunirnos para encontrar una solución a la situación en común?

-No recordaba ser tan brusca, pero sí.

- Me lo estuve pensando, al fin y al cabo casi vivo como un muggle, no se si valdría la pena el sacrificio que requerirá estar casado contigo y tampoco pienso arriesgarme a faltar a la ley en nada, puesto que aún estoy bajo la lupa del ministerio.

Hermione empezó a hiperventilar, sabía que eso podía suceder, Malfoy estaba haciendo dinero en el mundo muggle con una marca de cosméticos que se estaba haciendo conocida a pasos agigantados, pero ella tenía su vida en el ministerio, no podía dejarlo.

- Mira Malfoy, no nos precipitemos, extrañarías esta vida y yo también, si fuimos elegidos juntos por algo debe ser, voy a poner de mi para que veamos si realmente podemos ser compatibles, ¿qué te parece? Es lo mejor que puedo hacer.

- Lo siento, pero hay muchas pequeñas cosas a tener en cuenta, no podía dejar a mi familia al margen de esto, y no hablo de mi madre, sino de mi abuela, que vive en una isla de nuestra propiedad lejos de aquí así que no se enterará de la ley de matrimonios, pero si la visito cada semana.

- Le explicamos de que trata.

- No, eso partiría su corazón, siempre creyó en el amor verdadero- dijo con una mueca- y jamás me permitiría casarme por otra cosa, si salud es muy débil y no puede llevarse disgustos.

- Fingiremos con ella, creerá que es amor real, puedo hacerlo y también tú.

Él la miró con cara de pena- muy bien actuada realmente- no sé si eso saldrá bien Granger.

-Mira, Draco, mejor llamarnos por nuestros nombres, no puedo abandonar este mundo, es todo lo que me queda, mis padres no están y no tengo familia a la cual volver sí realmente me fuera de aquí. Shacklebot es completamente inflexible respecto a las parejas y dice que el hechizo funciona en verdad, tal vez seamos buenos juntos, intentemos, es lo que te pido.

-Está bien, intentemos, veamos una película, le dijo sonriendo.

-Tengo la indicada, con un hombre rico y orgulloso como protagonista.

-¿Cómo se llama?

- Orgullo y prejuicio, un clásico inglés.

- Perfecto.

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Ya era de noche... Harry realmente estaba cansado, no eran los mejores tiempos para ser auror, pero era bueno en ello, lo malo de ser bueno es que te solicitan más seguido y dos misiones secretas de alto riesgo en menos de 8 horas había sido demasiado.
Tomó una cerveza de mantequilla y se sentó a la mesa, Ron sorprendentemente estaba cocinando y olía bien.

-Harry, te llegó una carta hoy, está en la entrada.

Potter, soy Pansy, tu pareja asignada, me gustaría preguntarte, ya que se que puede ser lo más probable, si piensas comprometerte con tu novia, porque al ser así debo presentar una solicitud de nueva pareja antes de la próxima semana. Espero tu respuesta, mis mejores deseos,
Pansy Parkinson

No puede ser, lo había olvidado, lo peor es que Parkinson tenía razón y le dio la solución a su incógnita, comprometerse con Ginny, que raro, su corazón le pesaba más ahora que antes.

Dejó la carta en su escritorio y le escribió a Ginny para concertar una cita, luego simplemente se fue a dormir, sin prestar atención a que su amigo estaba sobrio y de buen humor.

... Todo estaba borroso, hasta que comenzó a aclararse, era una habitación, Harry estaba sobre una cama con dosel de las que solo con verlas te derrites de lo suaves que son. Pero él ya conocía esa cama, era familiar, eso no llamaba su atención, sino la hermosa silueta que estaba de pie en el marco de la puerta, con fina lencería negra en un cuerpo escultural de piernas kilométricas, un cabello oscuro como el bosque prohibido y una piel blanca como la leche. Ella le sonrió y se acercó...

-Señor Potter, ¿quiere jugar?...

Harry vio ese rostro, esos ojos, y se sintió en casa.

De pronto despertó sobresaltado, sudando y exitado como nunca.

-Mierda, ¿que me pasa? Tener un sueño caliente con Parkinson es el colmo.

Las nuevas leyes del mundo mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora