°CAPÍTULO 1°

13 1 1
                                    


Melanie sintió que desde ese día, todo fue peor, recordaba una y otra vez las palabras de Damián "Allison será mi otra esposa, vivirá con nosotros ahora" Desde ese momento su vida estuvo llena de sufrimientos y humillaciones, pues Damián consiguió 3 concubinas que lo complacían y no tenían ningún respeto por Melanie, quien se veía hermosa con su embarazo, por otro lado Allison no había podido concebir un hijo en 3 años que llevaba teniendo intimidad con Damián. Melanie era adorada por sus súbditos y toda su gente.


Ella caminaba por los pasillos cuando fue alcanzada por esa hermosa niña pequeña de cabello negro


—Melanie, tengo hambre

—Ikari, ¿Tan temprano?

—Por favor

—Bien


Ikari y Melanie fueron al bosque por el sendero, mientras Melanie frotaba su vientre ya bastante crecido por su embarazo, no entendía porqué era tan grande si apenas tenía 4 meses, al llegar a ese punto alto que daba a un río, ambas tomaron sus arcos y flechas que siempre estaban en el mismo lugar, Melanie empezó como era de costumbre, puso la flecha con la soga en el arco, apuntó y disparó, cazando un gran pez, el cual atrajo con la soga que llevaba atada de la flecha, mostrándoselo a Ikari, quien se emocionó y quiso intentarlo, pero luego de varios intentos no logró nada


—Debes intentarlo más Ikari

—Bueno... Mi especialidad es cuerpo a cuerpo


Dijo Ikari lanzándose al agua, salpicando mucha agua y mojando a Melanie en el acto, saliendo del agua con un pez en la boca sonriendo victoriosa y luego lo puso en su mano


—Me mojaste Ikari-. Dijo Melanie riéndose

—Ven a vengarte

—No te aproveches de mi embarazo, apenas de a luz y tenga oportunidad, te reto a una batalla en el agua

—No eres cap-. Fue interrumpida porque se hundió en el agua .— ¡No es justo! Estás usando tus poderes -. Dijo viendo a Melanie jugar con sus manos



Melanie tenía la habilidad de controlar el agua igual que Ikari ¿Cómo? No tenían la más mínima idea, volvían al castillo escurriendo agua por doquier, sonriendo por la travesura recién ocurrida, todo era una atmósfera tranquila y acogedora, hasta que vieron a Damián de brazos cruzados en el inicio del sendero, Ikari gruñó molesta, pero Melanie inmediatamente la tomó de los hombros para que se calmara, al llegar Damián la veía disgustado


—¿Porque vienes toda mojada?

—Porque fuimos a cazar y mira, trajimos pescado-. Dijo mostrando la cesta

-. Damián no dijo nada y se acercó para tomar ambos pescados y morderlos con sus afilados colmillos, haciendo que les salpicara sangre a ellas, escupiendo los grandes trozos de este mismo que había mordido .—Eres una mujer, eres la reina, compórtate como tal, vámonos



Melanie no dijo nada y solo lo siguió


—Ve a bañarte y a cambiarte Ikari, pediré que te den comida, pórtate bien ¿Si?



Dijo Melanie dando una sonrisa y luego volviendo a su amargura, Damián la llevó a bañarse y cambiarse, sin mirar su cuerpo hinchado por su embarazo, ella se sintió mal pues pensaba que a él le daba asco su cuerpo ahora que había cambiado por su embarazo


—Vamos a ver que genero es,  y deja de sentirte insegura de tu cuerpo, eres hermosa en la forma que sea


Melanie se sonrojó un poco, ella ya no lo contradecía, ni intentaba escapar, porque era mejor que antes, seguía siendo horrible, pero al menos ya no la golpeaba. Ella terminó de arreglarse y fueron juntos a la enfermería del castillo, examinaron a Melanie


—Oh por Dios-. Dijo la enfermera

—¿Qué?-. Preguntó Damián

—Son 3 bebés, y son todas niñas



Damián y Melanie se quedaron sorprendidos por la noticia, Damián quería su otro niño, pero sonrió feliz de todas formas, contento de al menos poder tener 3 niñas completamente sanas, no cualquiera puede lograrlo tan fácil, esta sería la noticia del año, salió dejando a Melanie allí a avisarle a todos lo que había logrado, Melanie se incorporó y con tristeza volvió a su habitación, a tenderse de lado en su cama a llorar, ella lloraba desconsolada, hasta que sintió esas manitos en su espalda, al voltearse pudo ver a su hijo Victoriano dándole consuelo, ella sonrió ante esto y abrazó a su hijo, sus niños eran la razón por la que seguía adelante.

SILENCIO DE REINA [LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora