Ingenuidad... Dulces y flores.

3 0 0
                                    

Abrí los ojos con pereza, me estiré y bostecé. Ayer fue una buena noche.

Volteé a ver a mi lado y como lo esperaba Lexus seguía dormida, sonreí al ver a mi mejor amiga con la boca abierta y con un hilo de baba. Me levanté de la cama para ir al baño y en eso sentí que pisé algo blandito. Grité por instinto.

- ¿Qué?¿Qué pasó?- dijo Azazel asustado y levantándose de un brinco.

- ¿Qué haces aquí? ¡Me asustaste!- le grité.

- ¡Violadooooooooooooor! ¡Cerdo asqueroso!- comenzó a gritarle Lexus.

- Hey, tranquila. Sólo estaba dormido en el piso. Tranquila Lex, es sólo mi hermano.- dije tratando de calmarla.

- ¡No, tú no entiendes! ¡Es un pervertido!- seguía gritando Lexus.

- Oye, mocosa mascarilla de baba, deja de llamarme así. Sólo estaba dormido, ni que les fuera a hacer algo a un par de feas como ustedes.- se defendió Azazel.

- Si lo eres. Eres un pervertido. ¿Qué no ves que estás haciendo que Grisha te haga un oral?- dijo casi llorando por la histeria.

- ¡¿Qué?!- gritamos Azazel y yo al mismo tiempo que veíamos a lo que se refería Lex.

Y efectivamente, mi hermano tenía la típica erección matutina y para cubrirsela cuando lo espanté agarró lo primero que encontró, que resultó ser el gato de peluche favorito de Lexus. Curiosamente la boca del gato quedó justo en donde se encontraba el pene de mi hermano. Ohh... pobre Lex, lleva durmiendo con Grisha desde que se lo regalé una Navidad, lo adoraba y ahora que vio esto... Bueno, yo le recomendaría a Azazel que saliera corriendo antes de que la histeria de Lex explotara... En...

3...

2...

1...

- ¡Te voy a matar pedazo de porquería! Ese es mi gatito y tú lo estás violando.

Cuando menos esperé Lexus corría detrás de Azazel por toda la planta alta de la casa y ella llevaba una ¿lampara en la mano?

- ¡Hey, romperás mi lámpara!- le grité mientras ahora yo corría tras ella.

- Enséñale hermani, a no meterse conmigo. ¡Tacleala!- gritaba Az mientras seguía corriendo aún con el gato cubriendo su entrepierna.

- ¡Suelta al gato Az! Ni que estuvieras desnudo, traes el pantalón de la pijama.- dije con el poco aliento que me quedaba.

Woow... definitivamente tenía que ponerme a hacer ejercicio. Yo ya me sentía mareada, mientras Az y Lex seguían corriendo como si nada. Cuando escuchó lo que dije por fin soltó al gato.

- Oh, Grisha. Mi bebé, tranquilo. Ya estás con mamá y no dejaré que ese lunático se vuelva a acercar a ti.- dijo Lexus recogiendo el peluche del suelo y hablándole con voz de bebé.

- Oye Kadisha...- me susurró Azazel.

- ¿Qué?- dije igual en un susurro.

- Tu amiga está loca... ¿quién a sus 20 años le habla así a un peluche...?

- ¿Quién a sus 20 años sigue durmiendo con un peluche querrás decir?- seguimos susurrando.

Cuando de repente...

- ¡Ouch!- exclamamos Azazel y yo al mismo tiempo.

Volteamos y nos encontramos a una enojada Lexus aún con la lámpara en su mano.

- Eso les pasa por tontos. Déjenme a mi y a mis peluches en paz.- dicho eso se dio la media vuelta y se metió a mi cuarto.

No pudimos contener más la risa y terminé en el suelo junto con mi hermano, agarrándonos la pansa por el esfuerzo de reír tanto. En serio que Lexus era graciosa. Cuando se enojaba era cuando más tierna se veía, inflaba inconscientemente sus cachetes, se ponía toda roja y parecía que sus ojitos grises se fueran a salir en cualquier momento.

Cuando por fin nos pudimos levantar del piso y parar de reír fuimos cada quien a su cuarto a cambiarnos. Hoy era nuestro primer día de clases en la nueva academia, nos acabábamos de mudar hace un par de semanas. Queríamos independizarnos de nuestros padres y decidimos hacerlo juntos. En realidad era una fortuna que los 3 quisiéramos carreras relacionadas porque así podíamos estar en la misma escuela, aunque claro en distintos edificios y con horarios diferentes. Todos escogimos Ciencias de la Salud. Yo tramité a medicina, mi hermano a odontología y Lexus a psicología.

Terminamos de arreglarnos y bajamos a desayunar algo. No teníamos tanta prisa, por fortuna pudimos encontrar un departamento que no estaba lejos de la academia.

- Oye Azazel, ¿por qué estabas durmiendo en el piso de mi cuarto esta mañana?- pregunté levantando mis dos cejas. Tenía la manía de hacer gestos con ellas.

- Ummm... ¿por qué no le preguntas a Lexus porqué ella estaba en tu cuarto?- respondió nervioso.

- Porque yo ya sé porqué Lexus estaba en mi cuarto. Llegó a media noche a despertarme para decir que se quedaría conmigo. Estaba muy nerviosa por el día de hoy y quería compañía. Ahora tú responde lo que te pregunté.

- Pues... porque quería asustarlas. Sabía que iban a estar nerviosas así que era la oportunidad perfecta para hacerles una broma.- dijo Az de manera demasiado rápida. Al menos para alguien que lo conocía tan bien como yo, ante otra persona hubiera sonado normal pero no para mi. Era mi mellizo y lo conocía tal vez mejor de lo que él se conocía.

- Jmmm... así que tú también tenías nervios por hoy y no quisiste estar solo, ¿eh?- exclamé levantando una ceja que reflejaba mi diversión.

- ¿Qu... qué? Estás delirando Kadisha, no te proyectes en mi, enana.- dijo a la defensiva mientras Lexus se reía a carcajadas.

No te haré dañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora