Harry Potter: El triunfo de estos ojos cansados.

Capitulo 19

Después de la muerte de Dumbledore, la Orden del Fénix prácticamente había perdido la esperanza de que ellos y sus seres queridos alguna vez vieran derrotado a Voldemort. Sus fuerzas eran simplemente demasiado formidables, vastas y despiadadas y estaban formadas por una serie de magos y brujas despiadados y dementes dispuestos a destrozar a cualquiera, ya fuera hombre, mujer o niño, que se interpusiera en su camino. Y estaban dirigidos por un hombre que bien podría haber sido inmortal por todo lo buenos que habían sido sus esfuerzos por derrotarlo.

La Orden y todos aquellos que lucharon con ellos operaron bajo el supuesto de que sus probabilidades de ganar la guerra eran escasas o nulas.

Pero entonces aparecieron Harry y sus amigos.

Algunos de los adultos no podían tomarlos en serio al principio, no podían verlos como algo más que un grupo de niños tontos, aunque moderadamente talentosos, que iban a dejar que los mataran tratando de pelear la pelea de un adulto. Esas creencias desaparecieron cuando esos niños mataron a más de dos docenas de mortífagos en el campo de batalla, lucharon con y contra formidables magos y brujas para recuperar Hogwarts y en muchas escaramuzas posteriores, y no solo revelaron cómo derrotar a Voldemort, sino que también tomaron la primera pasos para hacerlo realmente.

Los niños tenían ideas drásticamente diferentes sobre cómo lidiar con la guerra, creían que necesitaban atacar antes que sus adversarios, que ya no podían dar más golpes, que tenían que golpear tan fuerte y tan rápido como los Mortífagos. Los adultos, sin embargo, creían en permanecer a la defensiva, peleando sólo cuando los Mortífagos atacaban, y con fuerza no letal, para no volverse tan malos como las personas contra las que estaban luchando.

Esos ideales desaparecieron en el momento en que se destruyó el quinto Horrocrux.

El final estaba a la vista, quedaban dos fragmentos de alma, la serpiente y la que residía en Voldemort. Según Snape, Nagini nunca estuvo lejos de su maestro, si encontraban a uno encontrarían al otro, pero no si permanecían escondidos detrás de las protecciones de Hogwarts, tenían que salir y encontrar a Voldemort ellos mismos.

Bill, Snape y Narcissa encabezaron un equipo centrado únicamente en encontrar una manera de sortear las extensas barreras de Malfoy Manors, el resto de la Orden y sus asociados utilizaron la información que les dieron sus dos mortífagos desertores para atacar las casas, negocios y lugares populares. de los seguidores de Voldemort, y no se contuvieron, cualquier mortífago al que se enfrentaron fue recibido con fuerza letal.

La esperanza podría doblegar la moral igual de bien, si no mejor, que la desesperación.

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Cuando Voldemort fue informado por primera vez de la muerte de Dumbledore, tontamente se permitió creer que, con el más mínimo esfuerzo, la guerra sería suya. No le había dado a Harry Potter el crédito que merecía, el chico estaba causando estragos en sus planes cuidadosamente trazados.

Potter y su variopinto grupo habían planteado un problema cuando mataron a más de veinte de sus Mortífagos la noche que tomó Hogwarts y el Ministerio, pero no comenzó a verlos como una verdadera amenaza hasta que de alguna manera convencieron al resto de la Orden amante de la paz abandone sus aturdidores y desarmadores con hechizos con una intención más cruel y mortal. Ya no estaban al acecho de los ataques, estaban iniciando más de la mitad de las escaramuzas en las que se involucraban y estaban ganando. Si Voldemort no contraatacara con fuerza, es posible que no salga victorioso de esta guerra, o incluso vivo.

Un repentino escalofrío lo congeló momentáneamente hasta la médula, una rápida mirada a su brazo y las venas anormalmente oscuras que sobresalían debajo de su pálida piel confirmó que no era por miedo, sino por algo mucho más siniestro. Cuando el frío remitió, su furia regresó con venganza, ardiendo, ardiente y brillante. "Parkinson", gritó.