- ¿Qué es este lugar? – decía mientras miraba a mi alrededor – ¿es otra vez ese pasillo oscuro de días atrás?, no puede ser, este es más brillante, agh, ¿dónde carajos estoy? – decía mientras tocaba mi cabeza.
- Bienvenido... RJ – decía una voz del fondo.
- ¿Cómo me llamó? – decía en mi propia mente.
- Te llamé RJ, ¿recuerdas ese apodo?, apodo que usabas de pequeño – decía una voz al fondo.
- ¿Quién demonios eres?, ya estoy cansado de ti, dime de una maldita vez – decía con un tono hostil.
- Es increíble que aún no me recuerdes, supongo que tengo que refrescarte la memoria – decía mientras una luz se acercaba a mí – soy yo, Sacrilegio, ¿es que acaso ya no me recuerdas?, solíamos ser inseparables de pequeños, al menos hasta la llegada de esa mocosa del demonio, ¿cómo era su nombre?, Violeta...
- ¡VIOLET!, su nombre es Violet y no es una mocosa del demonio, es mi mejor amiga.
- Si claro, eso es lo que piensas tú, pero no tienes ni idea, además, si así fuera no te llenaría la cabeza de mentiras, "todos se preocupan", "todos estarán para ti", ¡sólo son patrañas y mentiras! – dijo gritando en la última oración.
- ¿Sacrilegio?, pero tú...
- ¿Qué?, ¿dejé de existir?, ¿desaparecí?, fuiste tú quien me desapareció cuando éramos pequeños... creía que éramos amigos, pero... sólo era alguien más – dijo en un tono bajo – a pesar de todo lo que vivimos, ¿recuerdas que jugábamos a la casita?, ser superhéroes, acaso... ¿ya lo olvidaste?...
- Lo siento, no sé quién eres.
- Suponía que así era, bueno, no importa, ahora puedo volver a tomar el control y así salvarte de esta tormenta – decía mientras empezaba a brillar una luz muy brillante – debes irte, te están esperando...
- ¿Qué?... espera, ¿por qué no te muestras de cara?
- Mi cara no necesitas conocerla por ahora, sólo vete – dijo la luz antes de que se esfumase.
- ¿Puedes oírme muchacho, sabes dónde estás? – decía una voz masculina que cada vez era más fuerte.
- Ah, ¿qué?
- Menos mal, reaccionaste, tuviste suerte muchacho, si no hubiesen llamado a emergencias hubiera sido peor.
- Auch – dije mientras me tocaba la pierna adolorido - ¿qué sucedió?, ¿dónde estoy?, ¿dónde está ese Sacrilegio?
- ¿Sacrilegio?, no muchacho, estás en la calle Eastwood y aquí no hay ningún sacrilegio – decía tratando de calmarme.
- ¿Qué pasó?
- Bueno, según la declaración de los testigos, saliste corriendo mientras tenías los ojos cerrados, parecía que huías de algo, te colocaste en medio de la calle y casi te arrollan muchacho, tienes suerte de que solo haya sido un golpe en la pierna, el conductor alcanzó a detenerse antes de poder causar un daño mayor, menos mal eres joven y tu cuerpo se recupera rápido.
Miraba a mi alrededor y no había mucho, sólo un par de paramédicos y varias personas a mi alrededor, no entendía la situación y esa extraña conversación con esa persona, sacrilegio, no sé quien era, pero sabía que no era algo bueno, debía llegar al fondo de esto.
Al final del día sólo llegué a casa de Max y fui directo a mi habitación, me recosté sobre mi cama mientras pensaba en lo que había ocurrido hoy, ¿Sacrilegio?, ¿qué se supone que significaba?, supongo que pronto lo averiguaré, ahora debo pensar en los exámenes finales, no debo fallar, puse a cargar mi celular, me di una ducha con agua fría y me fui directo a la cama, sabía que debía descansar.
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El villano de una historia mal contada...
Non-FictionA veces las cosas no son siempre como pensamos, las cosas avanzan aunque no queramos y día con día vienen los desafíos, conozcamos las historias de como la vida ataca de diversas maneras, seamos conscientes de todo lo que puede pasar, creo que así t...