En cuanto abrí la puerta un apenado Santiago se mostró ante ella, llevaba un traje negro, como de mozo o sirviente. Debía reconocer que para ser un hombre mayor se veía increíblemente bien, aún no sabía que pensar sobre él, es decir, cuando me abrió la puerta de El Infierno sonrío con ese brillo de maldad en su mirada... Sin embargo parecía bastante preocupado después de mi encuentro con John, luego su incrédula mirada cuando abrí la puerta semidesnuda... Aunque tal vez eso sea fácil de justificar. Me consideraba bonita.. Mas no una belleza, pero al fin y al cabo Santiago era hombre y debido a que aquí no había mujeres, al menos no he visto ninguna, no me extrañaba que se emocionara fácilmente. Un leve silbido llamo mi atención.
-¡Cielos Srita. Valentine!, si que esta preciosa- dijo con los ojos muy abiertos, mientras me recorría con la mirada- ¿Esta segura que quiere bajar así?- preguntó algo indeciso.
-Muchas gracias Santiago, la verdad tu tampoco te ves nada mal y bueno, me temo que no he traído más ropa formal que esta... Se que es algo atrevido, pero no cuento con nada más- finalice algo apenada.
-No se preocupe, se ve realmente preciosa, seguro más de uno babeara- exclamó con una pequeña risa.
Me condujo por el pasillo por el que habíamos llegado, pero antes de la entrada abrió una puerta que nos condujo a una bonita sala color beige, con un estilo muy frío para mi gusto, pero sin duda elegante.
-Espere un momento, iré a anunciarla- dijo marchándose rápidamente.
Observe con cuidado las preciosas flores que adornaban la mesa, jamás había visto flores tan hermosas, eran de un extraño azul grisáceo con una ligera tonalidad morada, parecían orquídeas pintadas, pero estaba segura no lo eran. Estaba tan absorta en las extrañas pero bellísimas flores que no preste atención al resto de la habitación.
-La esperan- dijo asustándome Santiago.
-Claro- respondí inmediatamente. Me preguntaba cómo serían aquellos hombres, ¿serían acaso como en las películas de acción? Santiago tomo mi brazo y abrió la puerta, en cuanto entre al gran salón hubo un silencio sepulcral. Todos en la habitación de repente se habían quedado sumamente quietos, prestando atención a cada uno de mis movimientos. Sorprendentemente no estaba intimidada o nerviosa, siempre se me había dado bastante bien el estar en público, solo que me entro algo de tensión al estar ante 9 varones. La mayoría de un aspecto no muy agradable, examine sutilmente a cada uno. El primero estaba algo gordo, calvo, con una barba blanca y un delgado bigote, a su lado un hombre rubio, de gran nariz, estatura baja y muy delgado que me miraba con algo de repulsión, le seguía un hombre moreno con una cicatriz en la barbilla, cabello largo hasta los hombros y con una sonrisa amarillenta, parecía divertido. Agrupado al otro lado de la sala se encontraban tres hombres; el primero lucia un desordenado cabello negro azabache, ojos color miel, de marcadas facciones, era alto y parecía aburrido, después estaba un señor de apariencia desgastada, solo tenía una extraña tira de pelo en su cabeza, estaba encorvado levemente y sostenía un bastón, casi al fondo estaba un hombre realmente apuesto, tenía unos impresionantes ojos verdes, un lacio cabello rojizo, con unas pocas pecas y tenía una posición que indicaba un alto egocentrismo.
Tres hombres en medio de la sala me sonreían libidinosamente y no eran nada feos.
Se podía deducir que eran los mas jóvenes, pero por las insignias en sus sacos podía decir que eran los de mayor rango, uno tenía unos grandes ojos negros con destellos dorados, cabello rubio fresa y una musculatura considerable; el segundo tenía brillantes ojos dorados, cabello castaño oscuro y tenía una sonrisa amable; el tercero tenía pelo castaño, ojos azules y era muy alto.
En cuanto los observe más detalladamente me di cuenta de que dos de ellos compartían muchos razgos, tal vez eran familia.. Aunque en un ambiente como este sería bastante extraño.
-Srita. Valentine! Que honor que haya decidido acompañarnos!- me dice el más alto de los tres- y déjeme decirle que esta preciosa- me halaga mientras besa mi mano, y no puedo evitar recordar al imbécil.
-Muchísimas gracias, pero yo no sé su nombre, usted es....?- pregunte suavemente.
-oh! Pero que tonto soy! Mi nombre es Diego Salvatore, soy el director de El Infierno, estos son mis primos; James Grey, Administrador del Infierno y Austin Barker, Médico auxiliar en lo que regresa Peter- dijo señalándolos respectivamente.
-Un placer conocerla Srita. Valentine- dijeron ambos después de besar mi mano. Que extraña costumbre, jamás me habían besado la mano y desde que llegue lo hacen cada vez que conozco a alguien.
-Bien hablemos de usted, fue espía para la CÍA, no es cierto?- preguntó con una sonrisa ladina.
Inmediatamente el color abandono mi cara.
¿Que diablos...?
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Lamento la tardanza! Es algo corto pero viene en dos partes.
Gracias por su apoyo, dejen comentarios!
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Lo sé a pasado un tiempo pero prometo que actualizare más pronto de lo que se imaginan. Gracias por su apoyo!
Diana 🌹
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Invencible
Teen FictionEstaba dando mi primer recorrido por las instalaciones, cuando de repente me tope con los ojos mas azules que alguna vez haya visto, tenían una inocencia, una fragilidad y una tristeza que me conmovieron por completo. De pronto, aquel joven me miró...