La Bienvenida (parte dos)

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Estaba en shock. Yo agente de la CÍA? Pero como...? Que ra...? Tan sorprendida estaba que ni pensar bien podía.                                                                                                               Mi mirada de sorpresa pareció divertir a todos, cuando mi expresión se tornó incrédula varias carcajadas resonaron en el salón.
-¿No piensa responder?- exclamó Diego con una ceja levantada de manera cínica.     -Señor... Yo.. Pero.. Cómo..?...- tal pareciera que todas mis neuronas hubieran muerto, ya que mi cabeza no podía hilar ninguna idea coherente. Tan metida estaba en mi frustración de no ser capaz de pensar, que no me percaté de las miradas que se posaban sobre mi, una ronca carcajada fue lo que me saco de mi estupor. Al levantar mi mirada, sin saber cómo había terminado ella en mis zapatillas, me topé de frente con un salón repleto de hombres que reían libremente, dos de ellos hasta lágrimas soltaban. Eso me enfureció. Houston tenemos problemas, nada bueno salía de una Ross iracunda, sino lo iba a saber yo.. En cuantos problemas no me metí por mi carácter explosivo, estaba segura de que esta sería otra de esas tantas..
Antes de poder reflexionar mis palabras grite:
-¿Qué demonios sucede aquí?- pregunté alterada, al contestarme el silencio de todos los hombres con obvias miradas de sorpresa no pude evitar exclamar: -Con un carajo! Les estoy preguntando algo!-
Creo que si hubiera dicho que alguien había muerto no se hubiera hecho tanto silencio como ahora.. <<¡Demonios Ross! Quedaste en controlar tu carácter, pero como siempre no va a quedar de otra más que ver en qué problemas me ha metido mi gran bocota>> pensé con resignación.
Cerré los ojos un momento esperando las inevitables consecuencias que suponía vendrían después de haber insultado a todos los directivos en la sala. Pero después de lo que pareció una eternidad todo seguía en silencio y al abrir los ojos todos me miraban como si de un animal salvaje en cautiverio se tratara; con curiosidad y un dejo de incredulidad.
El aire se podía cortar con un cuchillo, nadie parecía saber qué decir para disipar el momento, una alegre carcajada del señor Diego fue más que suficiente.
-¡Pero mira qué gran sorpresa! Ha resultado, Srita. Valentine, tener los pantalones bien puestos!- y me guiñó divertido- Estoy seguro de que con su llegada todo se pondrá mucho más interesante por aquí, no sé que vas a hacer para controlarla Jeremy-puntualizó con una pequeña risita. El aludido resultó ser el Sr. Ojos verdísimos. Me dirigió una mirada penetrante y un tanto desconcertada.
De repente llegó un hombrecillo delgado, moreno y muy bajito.
- Señor director, disculpe que lo moleste pero..- dijo apresuradamente y parecía sumamente nervioso- hay un "enrojecimiento"- pronunció mientras levantaba las cejas y abría los ojos, como dándole a entender otra cosa- en el bloque 16-D y es incontrolable- finalizó con angustia.
Diego cambió su gesto burlón y risueño que tenía hace tan solo unos segundos por un semblante sombrío y enojado.
-¿Cuál de todas esas cucarachas asquerosas empezó con la pólvora?- preguntó con los dientes apretados y los puños cerrados. Sus nudillos blancos mostraban la fuerza excesiva que estaba conteniendo.
El hombrecillo levanto la mirada, pues la tenía en el suelo, y un destello de auténtico terror paso por sus ojos. No podía decirlo con seguridad pero parecía que temblaba y a pesar de su tez sumamente morena parecía sudorosamente pálido. Un instante después pasó saliva ruidosamente.
No sé que significaría eso que Diego pareció recibir la respuesta a su pregunta.
-Ya veo....- murmuro casi inaudiblemente.
Su semblante cambio nuevamente, pero ahora a uno pensativo y con un dejo de irónica diversión.
-Es ese mal nacido, no?- dijo mientras su boca se curvaba en una sonrisa sarcástica.
-Ese maldito cabrón está causando desastres otra vez, verdad? No vas a hacer nada Diego?- casi grito James, quien no había hablado en toda la velada. Parecía sumamente furioso, ni pensar que parecía muy tranquilo.-Maldicion Diego! Sabes lo que...- continuó furioso hasta que abruptamente Austin, el otro que estaba en la mesa principal, hizo un ademan de silencio y le dedico una intensa mirada haciendo un fuerte sonido de 'shhh' mientras llevaba uno de sus dedos a su boca.
James callo de inmediato y su mirada se tornó asustada, como quien está consciente de que dijo algo que no debía.
En ese momento parecieron recordar que estaba en la habitación pues se voltearon todos simultáneamente a mirarme.
-Hola- dije tontamente, sintiendo de nuevo ese calor familiar recorrer desde mi cuello hasta a la punta de mi cabeza, mientras movía mi mano en una clara señal de saludo.
-James porque no discutimos esto afuera? Jeremy y Austin, nos acompañan por favor?- pidió Diego, aunque pareció más una orden. Pero tal vez se debiera a la dureza de su tono y lo gélida de su expresión.- Srta. Valentine por favor disculpe el altercado y si nos permite un momento a solas- dijo mientras me miraba levantando las cejas, como buscando mi aprobación. Aunque creí que era totalmente inútil que me lo preguntara ya que estaba segura haría lo que quisiera independientemente de mi respuesta, asentí suavemente con la cabeza- regresaremos en un momento, con permiso.- finalizó mientras salía de la habitación con un leve asentimiento en mi dirección y daba una significativa mirada al hombre de la cicatriz en la barbilla.
Ahora que el director se había ido, ¿qué demonios se suponía que yo iba a hacer en una habitación con 5 hombres que me miraban fijamente?
'Esto solo te pasa a ti Ross' me dijo mi conciencia.
'No me digas...' Me respondí mentalmente.
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Habían pasado alrededor de 10 minutos desde que el Señor Diego y los demás salieron de la habitación. Desde su salida el salón se conservaba en silencio, si bien se habían formado pequeños grupos para hablar lo hacían en susurros. Al menos ya no estaban mirándome como los primeros 3 minutos... Una sonrisa irónica se plasmó en mis labios.
-Te ves mejor sonriendo- dijo alguien repentinamente. De inmediato dirigí mi mirada hacia donde provenía la voz con un marcado acento francés. Resultaba ser el Sr. Ojos verdísimos quien me miraba con una sonrisa divertida.
-Oh, ¿gracias?- respondí torpemente.
-¿Es una pregunta?- me replicó riendo.
-¿No?- volví a decir con tono dudoso.
-De nuevo estás preguntando...- dijo entre risas- Creo que no me he presentado, Jeremías Carlier para servirte beauté- continuó lentamente mientras me miraba a los ojos y besaba mi mano.
-Mucho gusto Jeremías, yo soy...- estaba diciendo hasta que me interrumpió.
-Se quién eres peu courageux. Ross, verdad?- preguntó mientras esperaba mi confirmación.
-Así es.- conteste simplemente. Entonces me percaté de quién era él.-Creí que había salido con los directivos Sr. Carlier- le señale suavemente.
-Mi presencia ya no era requerida ahí- dijo con simpleza mientras se encogía de hombros- por favor tutéame, dime Jeremy. Al fin y al cabo beauté somos de la misma edad- pidió con una sonrisa amable y un guiño al final.
Un 'claro' salió de mis labios sin dificultad.
-¿Crees que podrás controlarme?- le pregunte sin pensar en tono juguetón y una sonrisa burlona, enseguida me di cuenta de que lo había dicho en voz alta...
<<¿De verdad? Ahora esto? Vaya filtró el tuyo Ross...>>
¿Y ahora?

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2018 ⏰

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