Capítulo 3

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La verdad es que si no me hacen con alguien inteligente pierdo hasta el alma, porque la que siempre preparaba los temas y esas cosas era Sam, ¡ELLA ERA LA CELEBRITO DEL GRUPO!, y ahora...

–Señorita Vanessa con... –se puso a pasar el dedo por la hoja –Milo y el tema es... – la verdad es que no segui escuchando porque mi cabezota no daba a mas.

–Van... Van... Van... ¡VANESSA!–

–¿Um?– digo saliendo de mi pensamiento.

–Resare por ti–

–Seras idiota, no me fastidies–le digo achinando los ojos –No estoy para nada ahora mismo... Quisiera que la tierra me expulsara a otra galaxia.

–No seas exagerada Van, mira el lado bueno– dijo sonriente –tendras la oportunidad de hablar con el.

–Ja ja ja ¿y que mas cuentame? –

–Tal vez podrías volverte algo para el– JA! esta tipa si que esta pasada.

–¿Porque no cierras el pico y me dejas un micro segundo en paz y tranquilidad?–

–Como ordene doña limón Sanchez– desfiguro toda mi cara ante lo dicho y levanto mi mano como para pegarle, pero no lo hago, ella se voltea hacía el frente y se concentró en lo que decia la maestra.

Mientras tanto yo... Como siempre sobre pensando todo. ¿Que debo hacer? ¿Será que espero a que el me busque? O ¿yo lo busco a el? Hay padre santo siento que voy a volverme loca, dejaré que todo transcurra como deba de ser pero... ¿Como debe de transcurrir?

Mejor me duermo. Es lo mejor que se hacer.

No se cuanto tiempo pasó cuando me dormí pero sabia que la clase ya había acabado porque vi como varios de mis compañeros salían con sus mochilas puestas y la maestra no estaba ni tampoco sus cosas.

–Al fin bella durmiente– estaba Sam parada guardando sus cosas –¿Que esperabas? ¿Que llegara Milo y te besara para que despertarás?

Me levanto para darle un golpe y ella sale corriendo, guardo todo rapido y la persigo hasta la salida de la escuela.

–¡NOOO! ¡NOOOO! ¡NOOOO! –mis ojos nada mas se quedaban viendo como el autobus se hacía mas y cada vez mas pequeño al alejarse.

–Mira que esta vez no fue mi culpa– la miro y tiene las manos en su cintura cansada de haber corrido.

–Bueno vamos porque no hay de otra– comienzo a caminar y ella me sigue.

Dios mio dime que hice para remediarlo porque esto ya no lo soporto.

De camino quisimos parar en un parque para distraernos.

–Vamos por un helado ¿¡Siii!? – me dice Sam con carita de perrito.

–Ok vamos– apenas digo ella me tira del brazo para ir.

Apenas entramos al lugar nos fuimos directo a la barra para hacer el pedido y pagamos.

Le agregué chispitas demas porque en mi opinión las chispitas son la escencia del helado.

Salimos y nos sentamos en las bancas ubicadas en el parque para disfrutar el helado.

–Yo pruebo el tuyo– me dice Sam y le hacerco mi vaso de helado.

Con su cuchara toma un poquito de mi helado de maracuyá y ella hace un gesto de aprobación. Yo tambien pruebo el de ella que es de chocolate.

–eww– esta niña esta loca –¿Que revoltura hiciste?

–Tengo fresa, mora y chocolate amargo– me sonrie – y los revolvi.

–¿En que momento los agregaste?–

–Cuando tu pagaste– dice concentrada en el helado.

–Total... Sabía que eras rara pero a ese extremo no, vamonos– nos levantamos y caminamos unas cuadras mas.

Ya nos teniamos que separar porque ella vive cerca de aquí, en cambio yo tengo que girar a la derecha y caminar unas tres cuadras mas.

En iba terminando de comer lo que quedaba de mi helado ya derretido.

¿Como a Sam le puede gustar semejante locura?

De pensar eso se me viene ese sabor raro y sacudo mi cabeza para no seguir pensando en eso.

Todo mi cabello se me remueve y parte de el se pega en mi cara por el sudor. Es una camioneta que paso y obviamente la reconocí, me quito el cabello de mi cara y lo acomodo.

Llego a mi casa y voy directo a mi habitación, dejo mi mochila en el piso y me tiro en la cama.

–¡Vanessa!, ¡baja a almorzar! – grita mi mamá desde abajo.

–¡Voy!– me levanto de la cama y busco ropa cómoda para cambiarme.

Después de cambiarme bajo al comedor y me ubico en mi asiento mientras mamá trae el almuerzo.

–Provecho– dice mientras comienza a enrollar las pastas con el tenedor.

°°°°°°°°°°

Las gotas bajaban por todo mi cuerpo haciendo mojar el piso de el baño mientras tomaba la toalla para salir a mi habitación y buscar unas prendas comodas para pasar el dia.

Quería hacer algo productivo pero la pereza me ganaba.

Ya vestida opto por ir enciendo mi computador y me pongo a ver me una serie que no me he terminado, porque es muy larga y depaso lo le he encontrado el sentido.

¿Sera que me pongo a estudiar por si hacen examen sorpresa? Me digo mentalmente.

Nahh, mejor temino la serie para no dejarla corta.

Luego de media hora llega una notificación de mensaje en Instagram y estiro mi mano para agarralo.

Deslizo mi dedo en la pantalla y entro en la aplicación, me dirijo a los chats y veo un mensaje que jamás me imaginé que pasaría.

Milo Sánchez me había escrito.

Que no se te pase la vida esperando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora