Capítulo2 🐺

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Jaden pagó el pasaje una vez el taxi estuvo estacionado frente a la enorme construcción, y bajando del auto corrió al interior del Hospital Central con toda la velocidad que le permitieron sus piernas.

Recibir aquella llamada lo había alertado al máximo y el estrés se disparó en su sistema desplazando casi por completo el efecto del alcohol, como resultado ahora corría por los pasillos con sus piernas torpes y sus ojos nublados en lágrimas no derramadas apestando a preocupación.

Había reconocido la amable voz femenina que le había hablado por vía telefónica anteriormente, esta vez en persona la voz tomaba la apariencia de una doctora de mediana edad, beta. Y sus palabras aún residían en su sistema como un recordatorio de todo lo que lo ponía de los nervios con relación a Mike.

Había perdido el conocimiento en el autobús y un señor lo había llevado al hospital. Según las palabras de la doctora, Mike había estado abusando de los supresores últimamente, y eso sumado a su habitual desorden hormonal podría desencadenar en un sinfín de problemas de salud a futuro.

Abusar de los supresores era peligroso, todo el mundo lo sabía. Era esa una de las primeras cosas que les enseñaron en las clases de biología y educación sexual. Y estaba seguro de que Mike había tomado ambas clases. Acaso debería insistir para que el menor volviera a tomarlas?

No. Mike sabía lo peligroso que era abusar de los supresores, y más aún en su condición. Al ser un omega recesivo su cuerpo ya era propenso a problemas hormonales por el descenso de la hormona omega. Definitivamente los supresores no ayudaban en su caso, todo lo contrario.

Como medida de precaución para prevenir futuros problemas y posibles complicaciones a Mike se le había administrado una inyección de hormonas, misma que debía recibir durante tres semanas seguidas.

Por último, y era lo que más preocupaba a Jade. La doctora había sido muy específica sobre evitar los supresores durante el próximo celo. Y sabía que Mike no estaría para nada contento con eso.

Quizá se debió a aquel daiquirí que aún afectaba su cabeza, o quizá no pudo entender al cien por ciento las indicaciones, lo cierto era que no lograba encontrar la habitación en la que Mike se encontraba y eso ya comenzaba a desesperarlo.

Se sintió un verdadero inútil, ahí de pie en medio de un inmenso corredor que por su estado de desesperación parecía aún más grande de lo que realmente era. Tiró de sus cabellos con frustración y el mareo lo azotó de repente volviéndolo un manojo de nervios, a este punto su olor debía estar haciendo estragos en varias de las personas que lo rodeaban.

El sudor frío bajó por su espalda haciéndolo sentir incómodo al pegar su camisa blanca de botones a su piel canela empapada en sudor. Jadeó, y justo cuando juró que lloraría ante el insoportable picor en sus ojos lo sintió, el tenue aroma a sandía que siempre lograba relajarlo en exceso.

__Jade?_ la voz del dueño de toda su ansiedad llegó a sus oídos desde sus espaldas haciéndolo voltear en su dirección con la velocidad que sus piernas como gelatinas le permitieron.

Una lágrima rodó por su mejilla al verlo allí, sentado sobre la camilla con su camisa blanca a medio poner y su mirada expectante escudriñándolo con ahínco. Jadeó cuando lo vio alzar una ceja en su dirección, y Jaden ni siquiera sabe cómo lo hizo, pero logró ordenar a sus piernas moverse y cuando se dio cuenta ya estaba estampando su pecho sudado contra el de Mike en un abrazo fuerte que hizo al menor jadear contra su hombro.

__Jade estás bien?_ cuestiona suave al sentirlo sollozar contra su cuello y su cuerpo se tensó cuando la nariz del mayor se enterró allí, olfateando la suave fragancia que poseía.

Omega🐺/Omegaverse/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora