HOUSE OF BLACK || Theodore Nott fanfic!
"Ser una Black digna de su apellido".
Madelyn siempre había tenido esos pensamientos, especialmente al recordar que su padre, Sirius Black, traicionó el legado familiar al irse a los Potter.
Detrás del árbol...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO DOCE «Ataque de Mortifagos»
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Theodore se abría paso entre la multitud, un mar de rostros emocionados que se agitaban a su alrededor. Su padre, una figura imponente y fría, marchaba a su lado, pero Theodore apenas lo registraba. Su mente estaba en otro lugar, en la final de la Copa Mundial de Quidditch, sí, pero más aún, en la chica que había capturado su corazón desde aquel primer viaje en el Expreso de Hogwarts.
Recordaba con claridad el compartimento, la lluvia golpeando las ventanas, y la risa de Madelyn, una melodía que aún resonaba en sus oídos. Desde entonces, cada encuentro, cada mirada, cada palabra compartida, se había grabado en su memoria.
Al llegar a la tribuna, sus ojos la buscaron con ansiedad, y la encontraron, radiante, entre los Malfoy. Una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro. Hoy, más que nunca, quería acercarse a ella, hablarle, hacerla reír.
—Me adelantaré, padre. —dijo Theodore, y sin esperar respuesta, se lanzó a la multitud, abriéndose paso con una determinación que sorprendió incluso a él mismo.
Al llegar junto a Madelyn, la vio absorta, observando el bullicio a su alrededor. Saludó a Draco con un gesto, y luego, con una sonrisa pícara, se acercó a Madelyn y le susurró al oído:
—Hoy te ves especialmente hermosa.
Madelyn dio un respingo, llevándose una mano al pecho, su corazón latiendo con fuerza.
—¡Theodore! —exclamó, con una mezcla de sorpresa y molestia—. ¡Deja de asustarme así!
—Lo siento, lo siento —dijo Theodore, riendo suavemente. Luego, dirigió su mirada a Draco—. Hola, Draquito.
—Ya empiezas a molestar con ese apodo estúpido —se quejó Draco, frunciendo los labios—. Mejor voy a buscar a mis padres —entonces se alejó, dejándolos solos.
Madelyn notó un pequeño moretón en el labio de Theodore, un rastro de la ira de su padre.
—¿Qué te pasó en el labio? —preguntó, con un tono de preocupación que hizo que el corazón de Theodore se acelerara.