Ex novios
Parte IIEl día del partido llegó, a pesar de las tristezas y miles de reproches de su alfa, Katsuki jugó como nunca. Tal y como lo planeó, los caza talentos de la UA se fijaron en él.
Dos meses después, luego de una incómoda despedida de sus padres, llegó a los dormitorios de la Universidad en Tokio, acomodó su ropa, equipo deportivo y discretamente una de sus fotografías favoritas con Izuku.
Decidido a rendir, se alejó de toda distracción, su vida durante los siguientes cinco años se redujo a estudio entreno y ganar partidos. Enfrascado en sus metas logró no pensar en Izuku a diario, sin embargo, su alfa se durmió y dejó se hablarle desde los primeros meses por lo que a pesar de ser un alfa y verse como tal, su carácter y dominio se apagó como si fuera un simple beta.
En su graduación observó a sus padres ya mayores viéndolo desde las sillas, aplaudiendo su condecoración como el mejor de su graduación, estrechó la mano del decano y recibió una placa que pensaba colocar en su propia oficina cuando la tuviera.
A pesar del ambiente festivo y las felicitaciones, no pudo evitar pensar que algo hacía falta, a su mente llegó la hermosa sonrisa de su exnovio, incluso imaginó su voz feliz diciéndole "Eres increíble Kacchan"
Pero eso no pasó y nunca pasaría pues hace cinco años que lo dejó olvidado en el aquel pueblo que le pareció demasiado pequeño.
Luego de una cena y unos cuantos abrazos, sus padres se marcharon, dejándolo solo en el enorme departamento que le ayudaron a enganchar y que poco a poco él terminaría de pagar para poder llamarlo propio.
Los meses pasaron y luego de trabajar para una firma de Arquitectos en varios proyectos de urbanización, finalmente abrió su propia oficina. Jugar fútbol solo había sido el pase para la Universidad UA y está se convirtió en el trampolín para llegar hasta donde estaba.
Trabajo, trabajo y más trabajo.
Sus días comenzaron a ser monótonos, a pesar de estar viviendo tal y como lo soñó, su corazón se negaba a aceptar que esto era por lo que tanto había luchado.
Su madre aún aprovechaba cada oportunidad para reclamarle por haber dejado a Zuzu, el Omega con el que estaría felizmente casado si no fuera tan terco.
"Quiero nietos" le había dicho en la última llamada por lo que los instintos que creyó totalmente perdidos despertaron gritándole que eso era justo lo que faltaba en su vida: amor.
Pero Katsuki Bakugo solo sabía de esfuerzo y trabajo, no de amor, pues hace 10 años que lo había perdido, cuando solo tenía 17 años.
Intentó salir con betas, omegas e incluso un par de alfas, pero no funcionó. Ni siquiera podía exitarse al verlas dispuestas para él. O llegar a pasar de la primera fase de una simple atracción. Por lo que muy para pesar de su madre, lo dejó de lado.
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.A sus 35 años, seguía igual de solo, trabajando y creando un Imperio urbanístico que superaba a su competencia y luchaba por internacionalizarse.
Su secretaria le pasó una llamada de su padre, en la que el castaño le indicó que su madre estaba muy enferma. Como ceo de su propia empresa no fue difícil cancelar y reprogramar citas para dentro de unas semanas y viajar hacia su ciudad natal.
Su madre había contraído una rara enfermedad que debilitaba sus huesos por lo que ya no podía salir de su cama.
Ver el dolor y amor con que su padre trataba a su madre le hizo recordar aquel amor que hace tanto tuvo, pero desechó para lograr la vida que ahora tenía.
Trató de llevar a su madre a Tokio para curarla, pero ella simplemente le pidió seguir en su casa, los médicos ya habían dicho que no tenía cura, que ya solo era cuestión de tiempo, por lo que no quería ir a sufrir a un hospital por gusto.
Los días pasaron haciéndole ver lo importante que era tener a alguien a su lado, tal y como su padre se esforzaba por mantener tranquila y feliz a su madre.
Pero él estaba solo, demasiado solo.
Una tarde, el timbre sonó anunciando una visita. Katsuki se apresuró a abrir, encontrando a aquel omega pecoso y peli verde que llevaba una canasta con verduras y frutas para su madre.
-Oh Katsuki, tiempo sin verte- exclamó con aquella voz tan linda que aún recordaba en sus memorias y momentos más vulnerables. No pudo evitar ver la perfección que era el Omega, un poquito más rellenito que antes, con caderas anchas y una sonrisa brillante en su rostro.
-Venimos a ver a Mitsuki- exclamó, explotando la burbuja de adoración del rubio.
-¿Vienen?
-Ah sí, dejame presentarte a Kota y Eri, mis cachorros- Izuku llamó a sus pequeños quienes corrieron a abrazarlo, todo parecía una película lejana, mientras Katsuki fingía ser un ser humano funcional, viendo como un alfa pelirrojo abrazaba a Izuku y besaba a cada niño.
La feliz familia entró a visitar a su madre, le hicieron sonreír y sentir mejor con su compañía, Katsuki pudo ver cómo su madre aún veía con mucho cariño a Izuku y por consiguiente a su linda familia.
La familia que él pudo tener, pensó.
Atormentado por imaginarse esa maravillosa vida al lado de Izuku no consiguió aguantar y salió corriendo de su casa, justo después de escuchar a Izuku contarle a su madre que de nuevo estaba en la "dulce espera" siendo abrazado en todo momento por ese alfa intruso.
Todo su cuerpo dolía, no podía ver por donde iba pues sus ojos estaban llenos de lágrimas al darse cuenta al fin, de todo lo que había perdido por su ambición.
Las luces y el sonido de las llantas arrastrándose por el pavimento le hicieron detenerse solo para recibir el impacto del automóvil.
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.Katsuki despertó sudando y llorando sin control, en algún momento debió gritar, pues su madre y su padre entraron corriendo a ver que sucedía.
Katsuki balbuseaba sobre todo lo que había soñado, su madre dejando al lado su enojo, lo abrazó como cuando era un cachorro y tenía pesadillas.
-Solo fue un mal sueño, tonto, estamos aquí- las feromonas de su familia y el calor de los brazos de su madre le hicieron relajarse.
Solo había sido una pesadilla, aun tenía 17 años y todavía no había jugado su gran partido, todavía podía cambiar ese futuro que había vivido a través de su sueño.
-Mamá... ¿Crees que Izuku pueda perdonarme? Realmente lo extraño.
-Eres un idiota, Zuzu ha Estado tan triste que Inko me pidió ayuda para animarlo, vino a almorzar porque extrañaba mucho tu aroma. Aún puedes recuperarlo.
Sus lágrimas y gimoteos salieron de nuevo sin su control, mientras su madre lo consolaba.
-Solo no vuelvas a ser un idiota.
-Claro, vieja, no quiero vivir mi vida si él.
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EX NOVIOS -Bakudeku-
FanfictionKatsuki puede ser un alfa demasiado terco, pero al darse cuenta de lo tonto que fue ¿Podrá tener una segunda oportunidad? minific Katsudeku omegaverse