𝟎𝟏

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Se recostó en el cómodo sofá de la mansión Kido, antes de cerrar lentamente sus ojos ignorando todos a su alrededor. Tenía otras cosas en mente como para estar preocupándose, una de ellas era su hermano mayor Ikki se preocupaba por él, no sabía nada al respecto luego de su viaje a la Isla de la Reina Muerte.

Como estaba, como se sentía, o siquiera se encontraba vivo sabía que su hermano Ikki era fuerte. Pero hasta que punto podría llegar.

Cuando decidió ser caballero era para volverse más fuerte y no un llorón, como lo catalogaban en el orfanato. Aquellos años parecían tan lejanos y a la vez cercanos, teniendo ahora dieciséis años, había vuelto de su entrenamiento de la Isla de Andrómeda para un propósito en común con sus compañeros. Proteger a la señorita Saori Kido.

Shun, considerada que tenía un sueño bastante ligero no podía dormir bien durante las noches pasando unas largas noches de insomnio en estás.

Pero todo cambio cuando la miro a ella en sus sueños, una jovencita de tez morena, labios ligeramente carnosos, pestañas largas. Y su hermoso y peculiar cabello rojizo oscuro casi del color de la sangre. Siempre la veía sentada en una roca a la orilla del mar, como si no se percatarse de la presencia de él, en ese lugar.

La bella desconocida, enamoró el corazón del caballero de Andrómeda sin pensarlo dos veces. Tal vez era una creación de su imaginación o tal vez existía en la vida real, pero fuera lo que fuera él, la encontraría sin importar si tenía que ir al fin del mundo a buscarla. Él, lo haría porque su corazón sólo le pertenecía a la pelirroja de sus sueños.

Podían llamarlo idiota enamorado, pero no le importaría, porque mientras tuviera aquella dama en su compañía el mundo ya no importaría. Sólo existía él y ella en su mundo de fantasía y nadie se lo arrebataría.

Quiso acercarse a ella y tomar su mano, pero no podía era como una enorme fuerza que le impedía llegar a ella.

- ¡Espera! -grito al ver como la imagen de su amada se iba haciendo cada vez más y más lejana.

Shun despertó frunció levemente el ceño, ante los regaños que Tatsumi le daba a los chicos y a él. Quitó un mechón que se encontraba en su rostro para ver mejor la situación.

- Llorando no arreglas nada deja que se le pase y bajará -contesto Seiya relajado ante la situación.

Andrómeda soltó un suspiro antes de hablar-. Fue atacada por sorpresa es lógico que todo esto le parezca confuso. -explico tranquilamente.

- ¡Oíste eso! -pegaso se levantó del asiento apuntando acusatoriamente al mayordomo-. ¡Te tomaste la molestia de explicarle la situación!

- ¡Claro que...! -su voz se fue apagando, quedando pensativo-. Eh yo...

- ¿Ella sabe que es Athena? -hablo Hyoga metiéndose a la conversación- ¿Le dijiste que es? -en ese momento atrapa una manzana que Seiya le lanzó intencionalmente.

El castaño finge tomar una lata de soda y leer su etiqueta, Shun rueda los ojos divertido ante su comportamiento.

- Ya no hay tiempo que perder, podrían atacar en cualquier segundo. -dice Shiryu entrando a la sala con su armadura puesta.

- ¿Y tú necesitas la armadura cada segundo? -interroga divertido, el caballero pegaso.

- Claro de seguro el santuario está al asecho.

- Muy inteligente -el dragón sonríe, Seiya suelta una risilla-. Parece que Shiryu, eres muy difícil de convencer.

- ¿Eso fue para alargarme?

El caballero de Andrómeda, suelta un ligero suspiro entrando de nuevo en su mundo, preguntándose en qué parte del mundo estaría su amada.

𝐈𝐍𝐄𝐕𝐈𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄; Shun de Andrómeda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora