15: El club de lectura

360 50 35
                                    

Sergio Halliwell era mi amigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sergio Halliwell era mi amigo.

Él dijo que lo era.

No sabía cómo tomar eso o qué pensar de eso.

La pregunta había salido de mi boca como un movimiento impulsivo. Le pregunte si éramos amigos. Quiero decir, ¿Cuan patético puedo ser?

Es solo que hemos pasado tanto tiempo juntos y lo que ha estado sucediendo entre nosotros tiene que ser algo.

Esperaba que no fuera solo un raro lazo formado por que ambos habíamos estado ahí para el otro en momentos de completa mierda. No podía solo quedarse cerca porque lo arregle o porque se sentía mal por mi vida de mierda.

Esperaba que no lo sintiera.

Tenía que haber otro motivo detrás de todo esto.

Quería que hubiera uno.

Yo no quería la lastima de Sergio o que él pensara que tenia algún tipo de responsabilidad en protegerme de los demonios con los que vivía porque él había visto algunas de las mierdas por las que he pasado. Eso significaría que he perdido en la vida y yo era demasiado orgulloso y estaba asustado de admitir que necesitaba ayuda.

Ayuda significaba que no podía resolverlo por mi mismo lo cual significaba que era una falla y la felicidad y la vida no estaban hechas para mí y yo me negaba a creer eso.

Odiaba creer eso.

Solo necesitaba a alguien.

No, no de esa manera.

Solo necesitaba a alguien que me mostrara que la amistad valía la pena, porque entonces eso significaría que todavía era Max. Todavía era el chico con sueños y ambiciones que podía hacer reír a alguien o darle alegría a alguien.

Su amistad significaba que yo no era solo un chico roto con ninguna oportunidad de sobrevivir, de tener una vida. Su amistad significaba que seguía vivo.

No era otra jodida película de la vida real.

Yo no iba a ser ese chico. Me negaba a ser ese chico, ese chico que pierde y por el que todo el mundo se siente mal.

Dándome su amistad, sin siquiera darse cuenta, Sergio me había dado algo que me empujaba para adelante. Probablemente no significaba mucho para él, pero significaba el mundo para mí.

Necesitaba a Sergio.

Confiaba en él.

Lo había decido.

Después de todo, no tenía nada que perder.

¿Cierto?

Sergio sostuvo mi mano mientras caminábamos hacia mi casa. Dije él sostenía mi mano por que una vez que comenzamos a caminar, Sergio rápidamente me alcanzo y tomo mi mano en la suya, tan masculina y larga, sin preguntarme. No me molestaba, pero mis inseguridades me hacían preguntarme por que lo hacia. Tomarnos de las manos se había vuelto una cosa "normal" entre nosotros, pero viendo la perfecta cara de Sergio y sus increíbles ojos cafés y su hermoso cabello, inmediatamente recordé que era mi mano la que estaba sosteniendo. Entonces me sentiría indigno de su mano y si no fuera por que él la esta sosteniendo muy estrechamente ya la hubiera alejado.

Y Luego Estás Tú (ADAPTACIÓN | Chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora