Sexo y Oclumancia// Traducción Dramione

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Advertencias:  consentimiento dudoso, culpabilización de la victima.

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Hermione se despertó gritando. El sueño había sido más vívido de lo habitual, todo su cuerpo temblaba con el fantasma de la maldición cruciatus mientras se presionaba los ojos con manos temblorosas.

No siempre había sido así, incluso justo después de la guerra se las había arreglado para poder dormir toda la noche la mayoría de las veces. Pero con el paso de los años sus pesadillas habían empeorado. Habían empezado de forma vaga e informe, más sensaciones y sentimientos que imágenes reales. Pero a medida que pasó el tiempo, se volvieron más detallados y realistas. Cuando ella y Ron todavía estaban juntos y ella se despertaba temblando, él estaba allí listo para tratarla como si fuera vidrio, temiendo que se rompiera.

Había llegado a odiarlo. La suavidad le puso la piel de gallina. Las miradas preocupadas le dieron ganas de gritar. Al final ella había dejado de hablarle de sus pesadillas, simplemente sufriendo en un silencio insomne.

Sacudiendo sus pensamientos sobre Ron, se sentó y tomó su varita, lanzando un rápido lumos para no tener que sentarse en la oscuridad. Su corazón latía aceleradamente y su camisola se le pegaba. La persistente sensación de haber sido torturada ya era bastante mala, pero de alguna manera esta vez Malfoy había logrado llegar a sus sueños. Sabía que él había estado allí cuando su tía psicótica la hizo retorcerse en el suelo de la casa de su familia, pero nunca antes sus sueños lo habían incluido a él.

A ella no le gustó.

Se sentía como una traición, a pesar de que sabía que era su propio cerebro el que lo había invitado a entrar. No lo quería allí, no le gustaba que su subconsciente hubiera conjurado su espectro para que flotara en la periferia mientras ella revivía el Lo más horrible que jamás le había pasado. No merecía estar allí; no merecía ni el privilegio ni la censura de revivir su momento más bajo con ella.

Hermione se puso de pie y caminó hacia la sala de su apartamento, bostezando mientras se acercaba a la tetera. Crookshanks se abrió paso alrededor de sus tobillos formando un ocho y ella se inclinó para acariciarlo adormilada. Mientras esperaba que hirviera la tetera, con la cadera apoyada en la encimera de la cocina, recordó su pesadilla en un esfuerzo por comprenderla.

Comenzó como siempre, Bellatrix Lestrange sujetándola por el cabello y amenazándola con un cuchillo mientras ella entraba en pánico y luchaba, sabiendo lo que vendría después de esa manera que solo los sueños permitían. De repente, en el suelo, Hermione había sido golpeada por la maldición, colapsando en el sueño y preparándose para más. Sólo que en lugar de continuar como solía hacerlo, con los gritos, las patadas y el llanto, Malfoy apareció en la periferia y la vio retorcerse en agonía. Ella le había suplicado que la ayudara, lo que hizo que el sueño fuera de alguna manera más inquietante como resultado.

Pero entonces lo hizo. Había detenido a su tía antes de que ella la persiguiera con el cuchillo, y Hermione había sollozado en gratitud. Sólo para terminar con Malfoy arrodillado sobre ella, blandiendo la misma daga antes de lamer un corte en su mejilla mientras apuñalaba el arma en su antebrazo.

Había sido esa imagen la que la había despertado gritando.

La tetera silbó y Hermione vertió el agua hirviendo sobre su bolsita de té, preguntándose si tal vez había abierto la caja de Pandora con su pequeño experimento. Sin embargo, sobre todo le preocupaba no poder cerrarlo todo antes de que la arruinara.

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A la mañana siguiente, revisó un informe que detallaba un accidente con un dragón en el centro de Portugal. El informe detallaba la manera espantosa de los últimos momentos del cuidador y le había dejado con tantas náuseas que se saltó el almuerzo. Todo lo que pudo ver durante el resto de la tarde fueron los cuerpos de los muertos entre las ruinas de Hogwarts durante la última batalla.