Capitulo 1: The Beginning

51 8 2
                                    


El sonido irritante de la alarma y la luz que entraba despertó a Ji Woo, tomo el despertador y lo lanzo contra la pared, este era el quinto dé la semana.

Se puso sus pantuflas rosadas que no combinaban en nada con ella y camino adormilada hacia la cocina.

—Mama, ¿que hay de desayunar? — pregunto sin ninguna respuesta.

—Es cierto... Ya no están.

Sus padres fallecieron en un accidente de tráfico justo el día de su cumpleaños. A pesar de todo, no derramó ni una sola lágrimas durante el funeral, al cual su hermano no asistió. Ji Woo decidió estar presente, porque creía que ofrecerle respeto a los difuntos durante el funeral evitaba que el espíritu se aferrara a uno como un chicle.

Ji Woo no era tan cercana a ellos como creían todos, pero tampoco se llevaban mal. Su padre trabajaba en un dojo enseñando dios sabe que, a ella nunca le intereso lo que hacía su padre, en cambio su madre era un jefe de policía que prefería pasar más tiempo en la estación que con su familia, por eso su hermano se fue, ellos no aceptaban el camino que escogió, la religión para ellos era un tabú intocable, y más si tenia una profesión que no generaba mucho dinero, como ser profesor. Y lastimosamente para ella la consideraban una inutil

Salió de sus pensamientos revisando meticulosamente los estantes, explorando en busca de algo más decente que el típico ramen. Encontro huevos y café.

De la nada un fuerte mareo la atacó y sangre empezó a salir a montones. Está era la primera vez que sangraba por la nariz, torpemente tomo las servilletas que le quedaban y trato de parar el sangrado.

—Diablos, me quedé sin servilletas.

Para su suerte el sangrado paro dejando sus pantuflas de color rojo. Rápidamente se cambió a unos zapatillas cómodas, no le quedaba mucho tiempo si quería encontrarse con su hermano. Tomo el cafe de un sorbo y lavo la taza.

Se preparó, vistiéndose con su traje formal habitual, y guardó el resto de su ropa en una maleta. Organizó y desechó todo lo que había ensuciado. Ji Woo vendió la casa en la que había vivido toda su vida, decidida a no estar atada a ningún recuerdo que pudiera impedirle seguir adelante.

Salió de la casa sin mirar atrás y se subió a un taxi. El viaje duró dos horas, y apenas sentía su trasero por el duro asiendo. Pagó al taxista y entro al edificio que sería su hogar temporal mientras buscaba una casa en la ciudad.

Al ingresar, se encontró con el guardia a quien saludó antes de pedirle indicaciones para llegar al piso 1506. Amablemente, este la guió. En su camino, se topó con persona extrañas: una señora empujando una carreola vacía, un hombre mayor con cicatrices en el rostro, un joven con semblante melancólico y un anciano pesado, quien era propietario de la unica tienda del lugar.

—Aqui es señorita, al salir del recinto no olvide registrarse, que tenga buen día. —Le regaló una gran sonrisa espeluznante y camino hacia el ascensor

Un escalofrio recorrió su espalda, ese señor le daba una sensación extraña. Ji Woo tocó dos veces la puerta sin obtener respuesta, luego dos veces más antes de sentarse resignada en el suelo con su maleta a un lado.

—Al parecer hoy dormiré como perrito abandonado —murmuro.

—¿Ji Woo?

Frente a ella, estaba su hermano con el mismo traje que ella llevaba puesto, aunque claramente a ella le quedaba mejor.

—¿Que haces aquí? —pregunto preocupado

—Me quedé sin hogar...—balbuceo —necesito dónde quedarme, es solo por unos días mientras encuentre una casa en la ciudad.

Sweet Home /...Memories Donde viven las historias. Descúbrelo ahora