Ubicación no identificada, usualmente nombrado ''Infierno''. Tiempo pasado, fecha y hora desconocidos.
Muy en lo profundo de esta dimensión rocosa y de temperaturas extremas, se encuentra una enorme sala, una asamblea en la que se observan varias entidades reunidas. Risas en vocifero con sonidos burbujeantes y graves retumbaban las paredes de la corte, donde se encontraban también todas sus legiones y ejércitos. Estos enormes titanes se postraban en sus tronos, conforme a sus respectivas formas. Los que poseían formas humanoides, tenían tronos reales decorados con perlas y otras piedras preciosas, las bestias se postraban sobre castillos inmensos, y los monstruos voladores se postraban levitando sobre el aire o en sus carruajes de fuego. Sentado encima de un dragón que tenía piel como de oro, se encuentra Asmoday, un gran Rey del Infierno, muy temido y poderoso, señalado como el más capacitado por el Rey Amaymon. Tiene una cabeza con cuatro ojos que fusionan tres caras; del lado derecho tiene una cara y un cuerno como de toro, en medio tiene la cara de un hombre muy masculino, pero también muy hermoso, y del lado izquierdo tiene una cara y un cuerno como de carnero. Este Rey sostiene una lanza plateada que brilla de un color azul metálico como el de las estrellas, lleva escrita en su hoja varios símbolos desconocidos.
A la izquierda de Asmoday estaba un gigantesco oso negro de tres ojos, que tenía cuatro cuernos, dos a su izquierda y dos a su derecha, y en cada lado los cuernos se veían como de un toro, la bestia estaba cubierta con una armadura de oro blanco, y encima de esta montaba su hermano, Balam; él es un Rey terrible, despiadado, cruel y poderoso. Su voz es ronca como la de un anciano y profunda que deja una sensación de vacío. Al igual que su hermano su cabeza tiene cuatro ojos que forman tres caras; a su izquierda tiene una cara y un cuerno como de toro de color grisáceo, en medio su cara se ve como la de un hombre muy masculino, pero que está muy preocupado, y a su derecha tiene un cuerno y la cara como de león. En su mano derecha empuñaba un cetro que concentraba mucho poder, que brillaba de un color amarillo como el de las estrellas del cielo.
Al lado izquierdo de Asmoday, estaba Belial, un Rey carismático, pero autoritario, a muchos les aterra su letalidad; Belial es un rey que divide su alma en dos cuerpos con apariencias angelicales, de sexos opuestos, un bello hombre y una preciosa mujer. El hombre tenía una sonrisa como de lobo, con ojos grisáceos y rasgados como los de un tiburón, mientras que la mujer tenía unos lindos pequeños colmillos salidos de sus labios, como los de un minino, y ojos amarilos y brillantes que parecían dos velas encendidas. Tanto el hombre como la mujer tenían un par de cuernos de cabra Bharal, y alas que se veían como las de un ángel, blancas, emplumadas, brillantes y hermosas, estos demonios emanaban un resplandor y escencia tan divinas, que un humano podría enamorarse fácilmente de ellos al mirarles; Sus cuerpos eran muy atractivos, y llevaban muy pocas prendas puestas sobre ellos, que se veían como seda, encaje, metales y piedras preciosas, de modo que sólo su intimidad fuera lo que no se viese. Ambos cavalgaban una carroza de oro que estaba prendida en fuego, con seis Pegasos negros cuyos ojos eran blancos y vacíos, parecidos a la nieve, que la desplazaban, el presenciar la eminencia de energía de este demonio frente a la corte, era simplemente abrumador.
Al lado izquierdo de Belial estaba uno de los cuatro Reyes supremos, el Rey Amaymon, un Rey muy respetado, con un poder oscuro y muy temible; fue de los primero hijos de Dios y también es amigo cercano de Lucifer. De los reyes ya mencionados, Amaymon es el más temido de todos. Se encuentra dirigiendo la audiencia de la corte desde su trono. El Rey del Oriente tiene la forma de un varón fuerte y muy musculoso, con garras en sus manos y cubierto de la cintura hacia abajo con un pelaje liso y brilloso como de cabra negra, y su cabello es oscuro, largo y muy fino, pero su cabeza, su cara, sus ojos y facciones se asimilaban a la de un león que tenía fuego cuyo deslumbre se veía como el sol en sus ojos, mostrando a cualquier demonio que los viera el movimiento orbital y traslacional del sol en nuestro sistema. En su espalda tenía alas negras como las de un dragón, brillantes y escamosas. A su lado izquierdo levita una espada, un sable que se ve del mismo tamaño que su portador, con detalles en metales preciosos y escrituras desconocidas, se percibe a simple vista que almacena un inmenso poder, ya que este objeto, tanto como su dueño, emiten un resplandor brillante de color rojo como el de algunos planetas que podemos ver en el cielo. Tiene una mirada tan mentalmente penetrante, que cualquier humano que mirase al Rey Amaymon a los ojos, podría de adentro hacia afuera comenzar a quemarse lento.
Frente al Rey Supremo, estaba un trono posicionado frente a todos los demás Reyes, como si la asamblea en efecto se tratara de algún tipo de interrogatorio, o un juicio. Este trono lo ocupada Paimon, un Rey muy fuerte, inteligente y malévolo; muy obediente y leal a Lucifer. Este Rey tiene un rostro de hombre muy precioso, con unos ojos grandes y de pupilas profundas, oscuras, y su color era grisáceo, que se le veía como polvos, nubes, luces y gases, idéntico a las galaxias y sus estrellas; su lengua es como de serpiente y de la cintura para abajo está cubierto de escamas negras como las de un dragón. A su lado derecho, levita un cetro de color plateado, con una base que concentra una esfera de energía oscura muy extraña, de apariencia volátil, que abruma con una aplastante concentración de poder en la atmósfera. Del lado izquierdo estaba una bestia echada, que es como un tigre albino, gigantesco, que tiene tres cuernos como los de un triceratops, y alas blancas y escamosas que asemejaban las de un dragón; además tenía una cola que era la cabeza de una inmesa serpiente, como una anaconda. La serpiente también era de un color blanco escamoso y escupía fuego por su boca.
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Black Angelz
Misteri / ThrillerNada como un lugar oculto entre las sombras para hacer cosas que las personas no deben ver. Cientos de asesinatos sin explicaciones ni culpables se están reportando cada día en Estados Unidos y el gobierno americano no ha dado una respuesta. Christo...