Maktub

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- Señoritas y caballero, es un placer verlos en mi despacho.

- Para mí no.

- _______.

- Pues el empezó.

- Por favor tomen asiento.

El alcalde les mostró las sillas frente a ellos y comenzó a hablar sobre el agua y el pueblo, la pequeña ratona no era especialmente del agrado del alcalde y viceversa desde que el último sheriff había muerto, así que se mantenía atenta a ver su entorno por si debían huir rápidamente del lugar, aunque el repentino grito de su amiga la saco de sus pensamientos.

- ¡¿Cómo se le ocurre pedirme eso?! ¡Usted más que nadie sabe lo que significa esa granja para mí!

Y sin más Beans tomo el brazo de su amiga para alejarse lo más rápido de aquella oficina sin detenerse a escuchar al director del banco tratando de convencerlas de volver al despacho, aunque si les sorprendió a ambas chicas la repentina presencia del forastero fuera de la oficina del alcalde, la ratona lo saludo antes de ser arrastrada hasta la carreta de su amiga.

- ¿Puedes creerlo? Le digo que necesitamos el crédito para la granja y su única solución es venderla, me parece increíble.

- Tú sabes más que nadie que no ayudará a nadie y menos a nosotras, nos odia, o bueno me odia a mí.

- Tienes razón, y todo por esa-

- No debes decir su nombre, recuerda que todos se alteran por nada.

- Cierto, ahora debemos ir por ayuda.

- No me gusta como suena eso.

Ella sabía que cuando una idea se le metía a Beans era difícil hacerla ceder, así que simplemente fue a buscar a su hermanita para ver cómo estaba, cuando la encontró en la tienda de trajes y ataúdes de la araña del pueblo junto a la mayoría de este observando algo con atención.

- Hay no, le dije que se cuidara y llama la atención ni bien pasan 10 minutos, lo van a matar a este paso.

Ella se apresuró a entrar en la tienda quitando por unos segundos la atención que tenían los demás en el forastero para llevarlo a la ratona, la cual se había acercado a su hermana.

- Linda, no me asustes así.

- Lo siento hermana.

Las dos hermanas se sonrieron para después alejarse un poco de todos cuando el forastero comenzó a llamarse de nuevo la atención al gritar de repente.

- Quieres un autógrafo ¿No es así? muy bien, sostén esto un momento.

- Sheriff Rango...

- Deben comer todas sus comidas, vayan a la escuela y-

- ¡Sheriff Rango! Si es su verdadero nombre claro, hay una sequía enorme, la granja de mi apa está en peligro y usted está jugando a la manitas con esta-

La lagartija se había quedado pasmada como solía hacerlo, ____ se iba a acercar, pero la secretaria del alcalde se había adelantado, por lo que se alejó lentamente sabiendo que no le haría daño, aunque se odiaran.

- ¿Qué le paso?

- Esta safadita, siempre ocurre. - Le coloco un frutero en la cabeza para irse antes de que se destrabara la chica.

- ¡Así que ayúdeme a- ... ¿Lo volví a hacer no?

- ¿Hacer qué?

- Dígame algo sheriff, ¿Alguien ya le dijo que le paso al anterior alguacil?

La ratona ya no quería seguir ahí por la incomodidad de ser vista por todos cuando se nombró el destino del anterior sheriff, así que se retiró con su hermana para hacer el baile del agua que estaba comenzando justamente en ese momento. Por lo que tomo dos de sus recipientes en la carreta, camino hasta su hermanita para darle uno y después formarse en su lugar para comenzar el baile.

Pocos minutos después vio como Rango dejaba noqueada a su vecina y tomaba su recipiente para tomar su lugar en la fila, así que aguanto la risa lo más que pudo y dejo que se formara detrás de ella.

- Y díganme ¿Esto es normal aquí?

- Mmm si, como relojito todos los miércoles. - Dejo a su hermanita contestar por ella viendo que le comenzaba a tomar cariño al forastero.

- ¿Tú matar a pájaro? - Su vecino cuervo la tomo por sorpresa, si era cierto que el águila estaba muerta, eso solo podría significar una cosa, una muy mala cosa para el sheriff y ella.

- Entonces él vendrá.

- ¿Quién?

- Víbora Jake, el águila era lo único que evitaba que viniera.

- No le tengo miedo.

- Es lo mismo que dijo el antiguo alguacil.

La mirada de la ratona al recordar como el sheriff fue quien la defendía de las constantes amenazas de la víbora y del alcalde solo hicieron sentirla culpable, si tan solo hubiera sido más fuerte para defenderse sola, el antiguo sheriff no hubiera muerto, pronto salió de sus pensamientos al sentir su hombro siento apretado suavemente por una mano, así que giro un poco su vista para ver a Rango dándole ánimos, aunque lo coloco nervioso y se excusó nerviosamente.

- Gracias.

- ¡Señores y señoritas, estamos reunidos aquí como todos los días correspondientes para iniciar nuestra sagrada tradición, pero hoy lo haremos dándole una calurosa bienvenida a un nuevo integrante en nuestro pueblo! Señor Rango pase al frente por favor.

Pronto los demás pobladores se hicieron a un lado para darle paso al sheriff, aunque lo único que pudieron observar era al camaleón peleándose con la dueña del frasco que tenía y a una ratona tratando de aguantarse una carcajada al ver la escena. No tardo mucho para que Rango perdiera y se acercara a la gran llave, aunque lo único que obtuvo fue lodo en todo su cuerpo y que la comunidad entrara en pánico.