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- Cálmense todos, debemos mantener la calma y dejar que el sheriff resuelva esto.

_____ solo pudo observar cómo su amiga se abría paso entre todos los pobladores y comenzó a rezar a todos los dioses que conocía para que su amiga no soltará la lengua de más.

- ¡¿No les parece raro esto a todos?!¡Primero es la sequía, después desperdician agua en el desierto y ahora el banco no tiene agua!

- ¿Qué dijo?

- ¿El banco ya no tiene agua?

- Ups.

Y ahí estaba lo que trataba de evitar pensar, solo pudo quedarse en su lugar observando a todos correr hasta el banco desesperados para golpear los barrotes y tratar de entrar, mientras ella solo fue para ver lo que haría el alcalde y Rango, prefería estar rodeada de personas a sola y escuchar un característico cascabeleo en medio de la nada como solía ocurrir por las noches, con paso seguro se adentró al banco un poco alejada del alboroto que se había formado.

- Todos quédense en calma, aún hay suficiente agua para 7 días.

Y como temía, el nuevo sheriff no aguanto la sed gastándose 1 día de la reserva, los demás solo observaban confundidos la escena mientras la ratona y su amiga se veían sin entender muy bien porque nadie hacia nada.

- 6 días, por eso no hay que perder la esperanza.

- El sheriff Rango tiene razón, lo último que se pierde es la esperanza y todos ustedes no deben temer cuando tenemos a alguien que nos podrá ayudar.

Parecía que todos ya estaban mejor, por lo que a petición del acalde todos se fueron a sus casas para seguir haciendo sus cosas cotidianas, ________ siguio buscando algunas soluciones para ayudar a su amiga en la salvación de su propiedad, pero simplemente unos no querían y otros le pedían cosas que prefería no habar ni pensar, no fue que cayó la noche cuando la pequeña ratona se dirigía hasta su hogar y un sonido la detuvo.

- Oh no.

Volteando a todos lados y con pasos inseguros comenzó a caminar por la calle del pueblo hasta que se detuvo cerca de donde se escuchaba con más intensidad, ella no quería seguir teniendo miedo, así que con un poco más confianza se adentró por aquel callejón tan solitario hasta observar una gran silueta dándose cuenta muy tarde que el bullicio de las cantinas se había esfumado hacía unos minutos atrás.

- Buenas noches, señorita.

- ¿Por qué me sigues?

- ¿Seguirla? No señorita, yo nunca podría.

- No me mientas, nadie más que tú tiene ese sonido, te he escuchado en las noches cerca de mi hogar y tú mismo lo dijiste aquel día.

- Si lo recuerdo ... me atrapo.

- Pero ¿Por qué?

- Porque tú alma es mía, tu presencia, todo lo que te hace ser tú es mío.

- ¿Por qué estás aquí? Tú mismo lo dijiste la última vez que te vi, no te vas sin llevarte a alguien "Ángel de la muerte".

- Esta vez es diferente, tú eres interesante, solo quiero ver como se desarrolla esta historia.

- Haslo lejos de mi familia.

Sin más se alejó de la serpiente a pasos apresurados, pero una cola enrollándose a su alrededor hasta tomarla y acercarla al contrario fue lo que la detuvo, solo pudo ver con pánico como era alzada hasta estar frente al par de ojos amarillos pertenecientes a su contrario.

- No me importa si me odias en este momento, solo quiero que sepas que te protegeré y velare tus sueños, ahora regresa a casa, es tarde.

- No te odio.

Sin dejar preguntar, al contrario, se retiró con rapidez hasta su hogar, aunque la voz del sheriff Rango la detuvo.

- Necesitan permiso y un equipo especializado para hacer este tipo de actividades señores.

"No puedo creer que sea tan estúpido para no darse cuenta."

Ella se quedó observando hasta qué punto podía llegar el camaleón, y se hartó de la situación cuando observo como realmente les daba el permiso y el equipo para seguir excavando, así que se retiró del lugar hasta dirigirse a su casa.

Sabía muy bien que aquella situación estaba mal, pero ella no era la autoridad y tampoco iba a ejercer como tal siendo que nadie en el lugar la había ayudado cuando apenas la había presentado como familia de Beans.

~ • ~

Los gritos fuera de su casa la habían despertado, al parecer el banco fue robado y el encargado del mismo estaba desaparecido, con calma se cambió y salió hasta dirigirse a donde estaban, encontrándose a su hermana y a Beans, así que se unió a ellas bajo la mirada de la última.

- Anoche no te vi por un rato, te estuve buscando.

- Tuve que ir por más frascos, los que tenía los tuve que usar para la cantina.

La contraria no estaba satisfecha con la respuesta, pero la dejo pasar cuando el sheriff comenzó a organizar un grupo de búsqueda junto al alcalde, sabía que algo muy raro sucedía con el alcalde, pero su sentido le decía que esperara, pronto el sheriff junto a la mayoría de los hombres tomó sus aves y fueron a montar.

- ¿Crees que encuentren el agua hermana?

- Lo harán, pero no hoy linda, las dos sabemos que no tienen pistas y va a regresar cuando se den cuenta.

- Cierto.

- ______.

Una voz detrás de ella la hizo girarse lentamente hasta ver a su amiga, sabía que tarde o temprano ella querría respuestas, pero esperaba que fuera más tarde que nunca.

- ¿Sí?

- Tenemos que hablar.

- Oh ¿Enserio?

- Ya suéltalo, dime donde estabas ayer.

- Ya te lo dije, fui por más frascos.

- Te creería si no hubieras llevado esos frascos ayer.

- Oh bueno-

Y entonces llegaron los demás habitantes del pueblo junto al sheriff, la ratona suspiro con alivio cuando la atención de Beans se fue a los recién llegados, así que se acercó a ellos para ver de lo que hablaban.

- Vamos a hacer equipos de búsqueda, fórmense los que irán.

Así poco a poco se fueron adentrando al gran agujero que había en medio del pueblo, aunque se detuvo cuando vio a Beans y la ratona.

- No señorita, no puedo dejar que usted se adentre en esta peligrosa expedición, no hay lugar para-

Beans le había arrebatado la antorcha dejándolo con la palabra en la boca, ella se sintió mal por él, así que decidió ayudarlo con su amiga.

- Tranquilo, dale tiempo, no está acostumbrada a la amabilidad.

Sin más salto junto a su amiga dejando al camaleón fuera.

- Solo espero que no destruya el pueblo mientras no estoy.

Con ese pensamiendo, la ratona siguió a su amiga sabiendo que posiblemente la gran víbora ya estaba enterada de su partida.

MaktubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora