capítulo único

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Buenas!!

Antes de que lean, quiero aclarar que este fic no estaba para nada planeado, de hecho tenía pensado venir en un par de días para compartirles otro que sí está terminado, pero pasaron cositas y salió esto super improvisado el día de hoy después de que terminé de ver el partido de Chelsea vs Bournemouth y tuve mucha bronca de como quedó Enzo tras el resultado. Así que salió esto super suavecito. Espero que les guste y terminen todos el domingo con una caricia en el cora, a pesar de que mañana volvemos todos a la rutina.

Pd: Este fic va dedicado a mi queridísimo pibar,  porque fue un regalito que le hice y por suerte logré ponerlo todo masita. Te amo por siempre y gracias por bancarme y dedicarme vos también tus fics siendo el rey de todo en este antro. 🤍


...

Julián se despertó temprano. No porque iba al entrenamiento que tenía programado el Manchester City a pesar de ser domingo, sino porque para su suerte tenía el día libre y quería ver el partido del Chelsea, en el que ya sabía de antemano que Enzo sería titular como casi siempre.

Aunque le caía mal lo poco que aprovechaban el talento de su novio, nadie podía juzgarlo por tener ganas de ver cada partido cuando no coincidía con alguno del suyo o algún entrenamiento.

El motivo verdadero era que Enzo se lucía como nadie y él no podía dejar de hacerle cumplidos en los momentos previos o post partido cuando se veían o hablaban por mensajes y/o llamadas.

Como ese día, que tenía el plus de saber que iba a vestir los colores del nuevo conjunto visitante y desde que Julián se había enterado no dejaba de hacer comentarios al respecto.

—Te va a quedar hermoso ese color. Bueno, como todo.—le había dicho Julián el día anterior cuando ambos coordinaron una videollamada antes de irse a dormir.

Enzo por su parte le dijo que se calle, que no sea mentiroso y Julián pudo ver a través de la pantalla como sus mejillas se tornaban de un color rojizo debido a la vergüenza que le causaron sus palabras.

Lo amaba y estaba completamente enamorado de todas esas pequeñas cosas que siempre sumaban para no dejar de ser así con él.

Pero ese día, el partido fue uno más en la acumulación de los malos partidos que venía haciendo el Chelsea. Enzo había jugado en una posición poco favorecedora, sus compañeros no enganchaban una jugada y la falta de goles los dejó un poco peor de lo que ya estaban, precisamente catorceavos en la tabla.

Los comentaristas no dejaron de decir que el inicio de temporada era uno de los peores luego de varios años y aunque demostraban ser uno de los equipos que mayor porcentaje de posesión de pelota tenían actualmente en la Premier, eso no significaba mucho por el poco desempeño del grupo.

Julián sabía a la perfección todo lo que eso le pesaba a Enzo.

Desde el día uno que había llegado a la liga inglesa, luego de desearlo con toda su alma, se había desvivido en cada entrenamiento y partido para demostrar todo su potencial y profesionalismo. Y por supuesto que lo podía notar cualquiera que se sentara a verlo aunque sea cinco minutos, porque no importaba cual fuese la posición en la que hacían que el mediocampista juegue, el noventa por ciento de las jugadas siempre eran generadas por él.

Y cada vez que las cosas no salían como Enzo esperaba, siempre se descargaba y hablaba con Julián buscando algún tipo de consuelo. El cordobés siempre intentaba animarlo, pero en algún punto también sabía que no era suficiente y que sus propios logros jugando en otro equipo y a cuatro horas de distancia de él, en cierta manera influia negativamente.

Que no puedo sin ti aquí a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora