Capitulo 3: Mi Primer Arma

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POV RAGNAR

Dios Santo, que cosa mas horrible acabo de ver. Tuve que apretarme un poco la garganta con una mano para no vomitar, eso fue horrible.

—¡¿Que paso?! —poniendo una mano en mi hombro.

—Vi algo que no debería haber visto. —entregándole los binoculares.

Maleus me paso un balde donde sin dudar vomite mientras el me dio palmaditas en la espalda. Soy débil, es lo que pensé mientras vomitaba todo lo que tenia en el estomago. Mi complejo de inferioridad se manifesto con fuerza dentro de mi mente.

Hice mi mejor esfuerzo para suprimirlo, no tengo el lujo de sentirme como una mierda cuando hay un largo camino por recorrer que esta justo delante de mi. Son muchas montañas las que tengo que escalar para volver a casa y eso es todo lo que en este momento deseo.

Puedo sentirme como una mierda mas adelante en mi vida, por ahora no puedo darme ese lujo. Tengo que levantar la cabeza y luchar con uñas y dientes por recuperar mi vida. Si no lo hago, siento que no podre ver con claridad el camino delante de mi y me perderé en los albores de la eternidad como un simple recuerdo que no afecto a nadie.

Deje de vomitar y me puse de pie. En todo ese tiempo Maleus estuvo dándome palmaditas en la espalda sin decir nada, el bastardo siempre sabe que hacer en los momentos correctos. Es un buen amigo solo en ese aspecto, sigue siendo mierda en los demás.

—¿Mejor? —pasándome una taza llena de jugo de bayas.

Asentí, tome la taza y juntos brindamos en silencio al golpear nuestras tazas solo que a diferencia de la mía, la de el contiene esa mezcla de hierbas de sabor asqueroso. 

Bebimos en silencio por algún tiempo. No hubo conversación entre nosotros y el silencio lleno este lugar, lo bueno es que el silencio presente no es para nada incomodo. 

— Ragnar, te conseguí esto —arrojándome una espada de madera.

Atrape la espada de madera e instantáneamente sentí una extraña sensación de familiaridad con el arma, es como si siempre hubiera estado allí. Ese sentimiento me hizo ponerme de pie y balancear el arma un par de veces siguiendo un extraño sentimiento en mi interior.

No se que me paso, estuve balanceando esa espada hasta que llego la noche y Maleus me detuvo. Caí rendido al suelo y ya no pude moverme durante media hora. Maleus estuvo preparando la cena durante ese tiempo mientras yo simplemente me quede en el suelo respirando agitadamente.

—La espada es tu camino. —sin darse la vuelta para mirarme.

—No se —alcance a decir entre jadeos.

—Lo es, no lo dudes amigo. Yo no seria capaz de mover la espada como lo hiciste —sonriendo.

—¿De verdad? —mirando mis manos temblorosas con incredulidad.

—Si, tienes un don con la espada. Uno como ninguno que halla visto.

Negue con la cabeza, no puedo creer eso. Nunca he tenido talento en nada, siempre he sido mediocre en todo lo que hacia y nunca pude siquiera hacer sentir orgullosos a mis padres. 

Pero extrañamente siento que Maleus tiene razón, tengo talento en algo. Creo que me gusta sentirme menos inútil. Basta de autodesprecio, Ragnar tienes cosas mas jodidas en las que pensar que en tu simple autodesprecio. Simplemente acéptalo, tienes talento con la espada.

A la fuerza, acepte ese hecho y por algún motivo, una sonrisa se extendió por mi cara. Me levante del suelo y justo en ese momento, Maleus me paso un plato con una sopa de verduras sin carne. 

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2023 ⏰

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Terraria: El Plan de Dark Lord y la Travesía de RagnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora