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« Sólo faltaba una semana para que el año escolar terminara, y Jeongin no podía dejar de estar triste al pensar en que no volvería a ver a Minho y, por ende, nunca podría decirle lo mucho que le gustaba.
Aunque, siendo sinceros, el mayor nunca iba enterarse si cada vez que Jeongin intentaba declararse, se arrepentia y corria a esconderse entre los brazos de su mejor amigo apenas Minho lo vislumbraba.
Yang se quejaba por no poder ser valiente y hacerle frente a sus sentimientos, y BangChan no hacia nada más que consolarlo mientras lloriqueaba entre sus brazos.
Pero un día, cansado de que el menor se quejara de si mismo por no ser valiente, tuvo una gran idea, y...
- Escribele una carta.
Jeongin lo miró sorprendido, esperando que el mayor estuviera bromeando.
- Claro, si no puedes hablarle, entonces escríbele una carta - Chan se encogió de hombros y volvió a hablar-. Tú decides, sólo te quedan cinco días.
Y para esa noche, Jeongin escribía una carta escrita para dejarla en el casillero de Minho a la mañana siguiente. »
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