Capítulo 3: Recuerdos

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¿Qué estoy haciendo fuera en un día tan caluroso?

murmuraba Sanji en voz baja ante el calor que soportaba en la espalda y el sudor que empapaba su camisa.

El sol estaba siendo implacable y el clima era tan seco como las hojas de otoño en la estación seca. Sanji miraba fijamente al claro cielo azul y esperaba alguna señal de lluvia.

Hacía tanto calor y era tan sofocante como aquel día también.

De alguna manera, en días como este, le recordaba a aquel día. Se preguntó si Zoro lo recordaría o si sólo le importaría a él.

De todas formas, más le valía a Zoro que trajera pronto su lamentable culo aquí antes de que se derritiera en un montón de sudor, porque ese idiota le ha estado haciendo esperar durante los últimos 10 minutos bajo el ardiente sol.

Le había pedido a Sanji que se reuniera con él en la parada del autobús sin ninguna explicación y ahora llega tarde. Sanji incluso se había tomado un día libre de su trabajo para acompañar los deseos del musgo ¿y así es como se lo paga? Sanji debería darle un rapapolvo por esperar tanto, cuando ese idiota aparezca por fin todo despeinado y jadeante.

"¡Idiota! ¿Por qué has tardado tanto? ¿Te has vuelto a perder?"

"Lo siento... Solo estaba preparando las cosas."

Sanji se pregunto que habría planeado Zoro para ese dia. El hombre llevaba una simple camisa blanca y pantalones cortos al igual que Sanji, porque con más ropa le habría dado un golpe de calor. Sin embargo, Zoro llevaba una bolsa de viaje en una mano y Sanji se pregunto que habría traído el hombre. Zoro suele llevar su espada de kendo colgada a la espalda allá donde va, pero hoy no la llevaba.

"¿A donde vamos?"

"Espera y lo averiguaras". Zoro le dio una sonrisa arrogante que hasta el día de hoy, todavía hace que el corazón de Sanji lata una milla mas rápido incluso después de todos estos años juntos.

Subieron a un autobús y durante el trayecto, Sanji siguió intentando que Zoro le dijera su destino, pero Zoro no cedía. Al final, Sanji se rindió y se quedó mirando por la ventanilla, observando el paisaje.

Pronto se dio cuenta de que el paisaje le resultaba familiar y recordó que aquel era el distrito donde estaba su antigua escuela. Antes de que pudiera preguntarle nada a Zoro, éste le dio un codazo para que bajara del autobús.

Bajaron del autobús en la parada y Sanji por fin se dio cuenta de adonde le llevaba Zoro.

Estaba delante del aburrido cartel del parque acuático, cuya pintura se había desvanecido con el paso del tiempo. La nostalgia invadió a Sanji y respiro para calmarse.

Miró fijamente a Zoro, que le sonrió tímidamente.

"Quería que hoy fuera especial. Después de todo, aquí es donde nos conocimos". Se puso un poco rojo ante esto y Sanji decidió en ese momento que Zoro era el hombre con el que quería estar el resto de su vida hasta que fuera viejo y canoso.

"¿Te acordaste?"

"Por supuesto Cocinero. Cómo podría no hacerlo. Fue un día que me cambió la vida".

Sanji se sonrojó mucho ante esa afirmación.

¡¿Cómo se atrevía aquel hombre a decir eso con la cara seria?!

¿Y esperar? ¿Por qué quería Zoro que precisamente hoy fuera especial?

Hoy es 2 de marzo, un día como cualquier otro. Ni siquiera había ningún evento importante que hubiera planeado en marzo, ni tampoco el cumpleaños de ninguno de sus amigos. El de Zoro era en noviembre, así que no podía ser. Tampoco era su aniversario.

Calor de Verano - ZosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora