Necesito cariño

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Había sido un largo día en el trabajo, tanto en la central como en las calles de Detroit. A pesar de que hacía un año de la paz entre androides y humanos, los primeros liderados por el androide divergente Markus, los casos de insurgentes y delincuentes parecían no tener fin, pues algunos de los androides aún no se sentían cómodos con los humanos y a estos a su vez les costaba adaptarse a la nueva era que recién había comenzado...

Lexi se encontraba en la sala de descanso, sentada en el cómodo sofá mientras se tomaba un café con leche y revisaba las notificaciones en su móvil. El teniente Hank Anderson y su compañero androide Connor tuvieron que salir a investigar el caso de insurgencia en el que se encontraban, mas ella había decidido quedarse para analizar las pistas y señales y así adelantar un poco más en la investigación.

Decidió despejarse en esa sala creyendo que encontraría la tranquilidad necesaria; sin embargo, la calma le duraría poco, pues una figura bastante conocida entró como un rayo y acaparó la máquina de café.

-Putos androides, putos protestantes... No tienen otra cosa que hacer que tocar los cojones...

Gavin Reed, un detective muy bueno en su trabajo, pero de corto temperamento y muy mal carácter aún no se había ido a casa, y al parecer estaría ahí por un buen tiempo tratando de calmar sus malos humos con el tan preciado líquido. La chica suspiró para luego esbozar una sonrisa; tan molesto estaba insultando al mundo que no pareció reparar en ella, y así esperaba que fuera hasta que unas cosquillas traicioneras hicieron que estornudara, captando la atención del castaño quien pegó un ligero salto, volteando luego y mirándola con el ceño fruncido.

- ¡Joder! Que susto... A la próxima avisa que estás ahí.

-Aah... Lo siento, lo siento. Estaba tan ensimismada viendo las noticias que no te escuché entrar -mintió Lexi para acto seguido dar un sorbo a su bebida- Mmmm... Iba a preguntarte que qué tal estás, pero ya veo que como siempre, emputado con el mundo.

-Ja, ja, ja. Me muero de risa...

Al principio se llevaban como el perro y el gato, pues Lexi no toleraba el mal trato de Gavin hacia los androides y en especial a Connor, quien se había convertido en un hermano mayor para ella, y mucho menos a su padrino y segundo padre Hank. Mas luego de un año y los acontecimientos vividos las cosas entre ambos habían mejorado un poco y la chica se acostumbró a la presencia de Gavin, con quien mantenía una pequeña relación de amor-odio.

-Creí que te habías ido con el viejo borracho y el trozo de plástico -le dijo el castaño mientras se acercaba a ella y le daba un sorbo al café.

-Preferí quedarme ya que mientras ellos investigan por ahí yo adelanto tratando de unir los puntos y buscar pistas. Se le llama trabajo en equipo, detective Reed... -Lexi alzó la mirada molesta- Y te he dicho que dejes de llamarlos así –espetó para acto seguido volver a su teléfono, terminándose su café con leche y tirando el vaso a la papelera.

El detective no dijo nada, sólo se desplomó justo al lado de Lexi refunfuñando cosas por lo bajo para acto seguido dar un nuevo sorbo a su café. La castaña lo miró de reojo y no pudo evitar soltar una risita, gesto que no pasó inadvertido en el otro, mirándola con una ceja arqueada.

- ¿Qué te hace tanta gracia? ¿Eh?

-Oh... Nada, nada...

- "Nada, nada" mierdas, ahora me dices.

Lexi suspiró y rio divertida.

-Es que cuando te pones de ese modo pareces un gatito al que acaban de bañar con agua, y me resulta divertido.

Gavin arrugó la nariz mientras fruncía el ceño.

- ¿Así que te divierte mi odio y frustración hacia esos contenedores andantes?

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