Parte 1: El niño del lago

6 2 0
                                    

Erase que se era, hace eones. Cuando casi salía el alba, una águila paso cerca del lago, reflejando su forma y hermoso plumaje en el agua, una suave brisa soplaba, moviendo las copas de los arboles de los alrededores del lago de Texcoco, donde se mecía una canoa, que iba moviéndose con el oleaje, el cielo estaba despejado y aun se podía divisar la estrella mas brillante del cielo, que se iba aclarando, con los destellos del brillo del sol amaneciente que pintaba un poco el cielo de tonalidades naranjas, y la bella luna llena aun mostraba su cara arriba, aquel era un hermoso paraje.

Una mujer acompañada de sus 2 hijos, llego hay, porque iban a pescar y juntar hierbas medicinales por esa zona, el hijo mayor alcanzo a divisar el águila que se alejaba surcando los cielos que empezaban a pintarse de un azul más a clareado con tonalidades rojizas y anaranjadas. Enseguida el hijo menor se acerco primero al lago al ver la canoa con sus ojos avellanos oscuros, la cual solo tenia una gema oscura alargada, que parecía de obsidiana, la cual tomo. Enseguida se percató que se oían barrullos extraños y capto que el brazo de al parecer un niñito emergía del lago, y luego su cabeza que tenía la nariz achatada, cara inexpresiva, pero sus ojitos brillaban como un par de luceros flameantes, lo cual creyó que se lo imagino.


Enseguida se oyeron los ruidosos chapoteos del niño que trataba de salir, luego se agarra de la barquita y al acercarse mas a la orilla el hijo menor se mete un poco al lago, tocando el lodo con sus piecitos, para jalar a aquel escuincle y sacarlo de ahí. Ya cuando logra sacarlo le da unas palmaditas en su espalda tersa y húmeda, sonriendo, y le pregunta por su nombre, pero no hubo contestación. De pronto se acerca su hermano mayor, el cual mira al niñito y le pregunta:


- ¿Qué haces aquí a esta hora y donde están tus familiares? -Pero el pequeño no contesta, y el empieza a creer que es mudo, ya que no era tan chico.


Al asomarse y no ver a nadie que ande por hay cree que debieron haberlo abandonado en esa canoa y el barquito se zarandeó, se inclinó de lado y termino por volcarse, lo cual era de esperarse. Luego mejor le dio un manto al niño para que se secase y le presto su camisita, huaraches y la manta que tenia amarrada en las piernas para que se las pusiera, y como vieron que era prioridad atender al niño primero, no hicieron lo que fueron hacer y mejor regresaron a su casa que estaba cercas de esa zona.

Ya al llegar a la casita hecha de madera, la mamá les calienta la sopa y se las sirven en platos de barro, en cuencos les sirve infusión de hierbas, les reparte las tortillas y les sirve trozos de carne.


- ¡Mami!, ¿De dónde salen los bebes? -Pregunta, curioso el niño menor mientras sorbe su sopita caliente.

-Este, cuando un hombre y una mujer se aman mucho, y cohabitan, luego de un tiempo de la pancita de la mujer sale el bebe.

-Entonces ¿cómo es que este niñillo salió de un lago? -Menciono con ingenuidad y ternura en su mirada

-Hermanito no estamos seguros, haces muchas preguntas, aparte ese tipo no es un niño común. Si es moreno como nosotros, de pelo negro y se nos parece, pero ese destellito que se vio en sus ojitos no es común y no sabemos de quien es hijo.


Luego se quedó unos minutos observando que aquel niño traía en sus manitas un cuarzo pulido blanco muy transparente que se asemejaba a los cristales. La señora mientras estaba preparando, desempolvando y limpiando una habitación, para su nuevo huésped, que se debía quedar un tiempo con ellos hasta que encontraran a alguno de sus parientes. Su esposo se encontraba fuera del pueblo y que tenia que trabajar cazando para la comunidad junto con otros hombres, y era muy normal que no llegase a casa hasta en la tarde y ella se tuviera que encargar de cuidar a sus pequeños retoños y dedicarse a ser hogareña, a veces le ayudaba una de sus hermanas y comían juntas, pero en esa ocasión no y ya esperaba que su Señor viniera, para ver si sabía algo de la procedencia del niño o informarle de lo que aconteció esa madrugada.

Al terminar de comer la señora mando a sus pequeños a que fueran a pescar, mientras ella cuidaba del niño nuevo. Por lo cual fueron con sus cañas de pescar y redes, hacia la laguna caminando y en el camino, el mayor contaba que el noto que a su mami ya se le notaba la pancita.


-Pues cuanta comida se comió, para quedar gordita.


El mayor se rio un poco al notar la ingenuidad de su hermanito y le dijo que era porque tendrían otro hermanito, que luego nacería y él se sorprendió, pero al mismo tiempo pensó que su mami ya no tendría tanto tiempo para dedicárselos a ellos y agacho su mirada. Ya al llegar al lago pusieron sus redes extendidas y con las cañas se esperaban a que atraparan algunos peces. Al transcurrir algunas horas habían atrapado muchos peces, regresaron contentos, algo sucios y mojados a su hogar.

Su madre les recibió alegre y mientras ella desescamaba y limpiaba los pescados para después freírlos, sus vástagos se ocupaban de cuidar y jugar con el niño del lago, al cual le pusieron el nombre de Acoatl ya que no sabían su verdadero nombre. El hermano mayor se llamaba Yaotly (significa rival) y el menor se llamaba; Huitzilin (significa pequeño colibrí en náhuatl), los cuales eran nombres no tan peculiares.


Después comieron, y ya muy en la tarde cuando regreso su padre, cuando los 3 niños se fueron a dormir a sus habitaciones y si sus 2 hijos tuvieron que compartir cuarto, ya que había pocos. Su padre Ajekatl (viento) solo se acercó a darles un beso de buenas noches a sus hijos y ya que su amada esposa le conto sobre el niñito del lago, fue a verlo y percibió algo raro en el ya que una lucecita iluminaba su frente y de inmediato noto que no era un niño normal.

Aun así, le beso la frente, le acomodo las cobijas, le deseo buenas noches y salió de ahí y mientras casi cerraba la puertecita de madera, noto que en esa oscuridad aun brillaba su chispa y de pronto vio como abrió sus ojos, los cuales centellaban chispas rojas, y sintió un poco de miedo, y se oyó su voz decir fuerte.


"Yo no soy un niño"


Lo cual hizo que se le erizaran los pelos al señor, palideciese un poco, cerrase la puerta, atrancándola y se fuera apresuradamente de ahí, como si hubiese visto un fantasma. 

Los 5 Grandes Guerreros MexicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora