Un corazón roto bajo la lluvia.

Prólogo.

La ciudad estaba siendo bañada por una inesperada lluvia.

La calle se encontraba sola y asilada, y era extraño, ya que era muy recurrida un sábado por la noche, pero esa era la consecuencia debido a la insaciable llovida, y también el hecho de que era de madrugada.

Ahí se encontraba ella...

Caminando sola bajo la fría lluvia.

Acompañada de sus pensamientos y emociones que se refrescaban gracias al agua helada.

Su cuerpo temblaba pero, aunque sabía que su causa no era por el frío, prefería culparlo.

¿Por qué no hice nada? Pensó.

Se hallaba en estado de shock.

Su aspecto era desastroso, pero nada comparado con su interior.

Su corazón latía tan rápido que amenazaba con salirse de su pecho.

Varias lágrimas calientes se deslizaban por sus mejillas y hacían un contraste con el agua fría que se cernía sobre ella, hasta que se mezclaban con el resto de la lluvia y se escurrían por su cuerpo.

Se sentía vulnerable, indefensa, traicionada...

...Sucia.

Caminaba sin rumbo alguno.

Tal vez su aspecto lamentable fue lo que provocó la curiosidad de aquel coche que se había detenido a su izquierda a unos dos metros de ella.

Su cuerpo se tensó en terror.

Podría ser un asesino o secuestrador- pensó.

Se detuvo analizando las intenciones de aquella persona viendo fijamente el coche, pero el incontrolable aguacero dificultaba la visión.

Luego alguien bajo del coche.

Su cuerpo se paralizó, ella intentó retomar la marcha pero no pudo mover ni un centímetro de su cuerpo.

¿Será él? pensó con un miedos que no había sentido antes.

Su cuerpo se estremeció como si un rayo la rozara con solo pensar en ello.

Ella trató de identificar a aquella persona pero no pudo detallar característica alguna de la alta figura acercándose gracias a la abundante lluvia.

-¿Puedo ayudarte? - fue lo que logró escuchar ya que apenas se oía por el impacto del agua contra el asfalto.

Ella no necesitaba su ayuda, solo quería volver a casa y no causar molestias. Quería decírselo pero no pudo articular palabra alguna.

La chica respiró hondo y trató de reunir todas las fuerzas posibles para darse la vuelta y seguir caminando. Y lo logró, sólo que el chico la seguía con una distancia prudente.

-¡Oye!- articuló con dificultad el chico ya que luchaba con seguirle el paso a esa chica y estaba agitado.

La chica se volteó a ver si ese chico seguía con el afán de seguirla y así era, eso sólo la asustó más.

El chico ya estaba empapado en cuestión de un minuto o menos.

Si él se estaba congelando, no quería ni pensar en cómo se encontraba esa ella.

-¡Oye!- volvió a gritar ya que la chica había comenzado a correr.

Él se detuvo y vio que ella se alejaba y aunque fuera difícil de creer para aquella chica, no tenía ninguna intención mala.

Respiró hondo y comenzó a correr siguiéndole el paso, dejando a su coche atrás.

-Tranquila, soy inofensivo y solo quiero ayudarte- dijo mientras seguía corriendo.