Primera persona.
Tanto Zoro como yo miramos confundidos a ese extraño chico, este se acercó a nosotros mientras sonreía. Y yo solo podía pensar en la mala seguridad que tenía este lugar para ser un cuartel de la marina, cada vez me decepcionaban más.
– Pierdete –. Dijo Zoro sin mirarlo.
– Sinceramente, ya lo hice –. Dijo este chico mirando a sus alrededores. – Intento llegar al fondo de la base... Vi tu forma de pelear, ¿cómo te pudieron arrestar?
– No lo hicieron, yo me entregué –. Vaya que Zoro es un engreído, yo a todo esto solo me mantuve al margen escuchando como ambos hablaban, si hablar se le puede decir a eso.
–Oh, seguro tuviste tus razones –. Habló el de gorro mientras asentía con su cabeza en forma de comprensión.
– No sabes nada sobre mi –. ¿Se puso algo frío, o solo es Zoro?
– Sé que defendiste a esa niña de los marinos –. Se empezó a acercar mientras su sonrisa crecía más, me duelen los cachetes de solo verlo. – Tienes buen corazón, eres de los buenos.
– Soy Roronoa Zoro, cazador de piratas.
– Pues, yo soy Monkey D. Luffy, y voy a ser el rey de los piratas.
– Y yo Thomas... –. Murmuré en voz bajita así que no me escucharon, siento que hago de mal tercio ¿Ustedes no?
– Pienso, que deberías unirte a mi tripulación –. ¿Acaso este chico llamado Luffy no escuchó que Zoro mata piratas?
Una leve carcajada salió de mi, logrando que ambos me dirigieran la mirada por un segundo, yo disimule con una tos mientras miraba al cielo, pero, ¿es en serio? Zoro Roronoa, cazador de piratas, ¿en una tripulación? Me gustaría verlo.
Ambos no me prestaron mayor atención y volvieron a su charla.
– ¿Por qué crees que jugaría a los piratas contigo? –. Zoro es un maleducado.
– Eres buen guerrero, yo creo que haríamos buen equipo.
– Soy cazador de piratas, mato a los tuyos por dinero.
– Sigues diciendo eso, pero, ¿es lo que eres? ¿es todo lo que quieres? –. Aw, es adorable.
– Hice una promesa hace tiempo... Convertirme en el mejor espadachin del mundo –. Recuerdo cuando Zoro me contó eso.
Luffy sin decir nada se acercó y lo desató, dijeron un par de cosas pero sinceramente me quedé mirando a un pájaro que pasó y no escuché.
– Oye, ¿me cierras cuando me vaya? –. Al escuchar eso rápidamente volví mi vista al chico de sombrero.
– ¡Oye! –. Llamé su atención a lo que él volvió a asomar su cabeza. – ¡Yo puedo ayudarte! No quiero seguir con este amargado.
Vi como el chico sonreía y asentía con la cabeza, yo le hice un leve movimiento de manos a Zoro en forma de despedida para luego meterme con Luffy a la alcantarilla.