Primera persona.
Ya se había hecho de noche, Nami seguía intentando abrir la caja fuerte, mientras que Luffy iba de acá para allá sin quedarse quieto, Zoro sólo dormía, y yo... Yo tengo salud.
- ¿Podrías quedarte quieto? Necesito absoluto silencio -. Habló seria Nami sin dejar de intentar abrir la caja.
- ¡Perdón! Me cuesta estar quieto... Me siento muy... Muy piratico -. ¿Esa palabra existe siquiera?
- Pues vas a sentirte muy aguado si sigues así, ya te dije que necesito absoluto...
- ... Silencio, ya lo sé -. Completó su frase Luffy.
Yo harto de escucharlos discutir decidí entrar a lo que parecía una ¿cocina? ¿sala de navegación? El barco era pequeño, así que era todo en uno. En este estaba Zoro acostado en una especie de hamaca, con claramente sus espadas, de aquí se podían escuchar los murmullos de Luffy y Nami, pero no les di importancia y empecé a observar el pequeño lugar. Sin hacer ruido, claro.
En una de esas, pude notar un leve bulto sobresalido en el suelo, una madera más levantada que las otras, estaba a punto de agacharme y abrirla cuando una voz me interrumpió.
- ¿Qué haces? -. Escuché la característica voz de Zoro. Volteé a verlo notando que seguía en la misma posición y con sus ojos cerrados.
- ¿Ah? Nada... Sólo... Miraba -. Dije levantándome del suelo, dándole un último vistazo a esa madera. - ¿No estabas dormido?
- Imposible hacerlo con tanto murmullo... -. Abrió finalmente sus ojos, enfocandolos en mí.
Yo solo puse mis manos en mis bolsillos, empezando a balancearme de un lado al otro de forma distraída, silbando a la par. Hasta que escuché una risita de Zoro.
- No digo que tu hayas sido el causante del ruido -. Habló el con una sonrisa burlona.
- Ah menos mal -. Dejé de moverme y silbar mientras lo miraba sonriendo.
Luego de unos segundos en silencio, Zoro volvió a hablar pero esta vez para Nami y Luffy.
- ¿Podrían callarse? Intento dormir -. Habló con molestia, a lo que yo salí de esa habitación, poniéndome al lado de Nami y apoyándome en un mástil.
- Ah, disculpa... ¿Interrumpimos tu sueño, bella durmiente? -. Dijo sarcástica Nami.
- ¿No te gusta lo que ves? Volteate.
Yo solo solté un bufido para acercarme a Luffy, este al notarme me dió una brillante sonrisa, contagiandome esta, y haciendo que sintiera un calor en mis mejillas. Luffy sonríe muy bonito, ¿o solo soy yo?
Nami volvió a lo que hacía, hasta que se escuchó un ruido diferente, llamando nuestra atención, a lo que Luffy y yo nos acercamos rápidamente, Nami se arrodilló y abrió la caja fuerte. Mostrando ante nosotros el mapa, y un par de cositas más.