Duxino One Shots

¡Tu aroma!

Siempre jugaba con el mismo chico, uno de ojos avellana que contra luz se veían de un naranja precioso. Ambos estaban entretenidos en su apuesta, quien llegará primero a la otra punta del patio, ganaba y podría comerse el helado del otro.

Ambos niños estaban entretenidos por su juego, hasta que el más joven se cayó y raspo su rodilla, el pelinegro al percatarse lo empieza a levantar y sobar sus mejillas para que esté lo mire y no llore por el golpe. A tal acto, el castaño solo gimoteaba y decía "me duele" mientras se aferraba más a los brazos del que era un poco más grande que él.

Para cualquier adulto esto era adorable, una escena llena de inocencia y ternura de dos niños llenos de amor y empatía hacia los sentimientos ajenos, pero estos niños no tenían tiempo para pensar en cosas así, entonces el pelinegro se puso en marcha y con la poca fuerza que tenia intento llevar al menor hacia la puerta trasera.

Al llegar cansado hasta ahí, percibió el aroma que provenía del chico más joven, esté lo miraba confundido pero el mayor en un acto inconciente, lo abrazo mientras repetía "Que perfume usas? Hueles delicioso!" Ante eso el pequeño solo podía sonrojarse por la vergüenza que le genera pero respondió "así huelo siempre, tu también tienes un aroma agradable..!" Le saco una pequeña sonrisa al de cabellos negro, hasta que notó que delante de ellos estaban sus madres.

"¡Click!" Fue el sonido de la pequeña cámara de fotos que tenía la madre del niño pelinegro, "mi hijo es tan cariñoso, que orgullosa estoy!" Decía mientras miraba conmocionada la escena de los pequeños, obtuvo un golpe de la otra madre, mientras se encargaba de tomar a su niño y buscar como curarlo, el contrario solo miraba asustado, al ver como este se quejaba del golpe.

Nunca se separó de su lado hasta que la herida sanará, no iba a dejarlo solo.

...

"Ay vamos! Solo fue un rasguño Duxo.." mientras se tocaba la rodilla con un poco de alcohol y algodón, salían quejidos que intentaba ocultarle al contrario, "sigue repitiendo lo mismo, si te abrazo seguramente te aferras a mi" decía orgulloso el de pelinegro, recibiendo un golpe en respuesta.
"Sabes, de todos los halagos que se pueden recibir, eres el único que dice que huelo a vainilla" mientras sonreía a esté "cada que te abrazo lo siento, desde ahí que me alejas, terco" hubo un pequeño silencio luego de eso mientras el castaño se intentaba parar.

En otro momento estaban en el cuarto del pelinegro, abrazados, ya que luego de quejarse tanto de que el castaño no quería darle afecto, decidió hacerlo, no se arrepentía. Amaba abrazar al más grande, se sentía bien como si pudiese estar toda la vida en sus brazos.

"Sigo oliendo a vainilla para ti?" Preguntaba el chico.

"Tu aroma..sigue siendo a vainilla"
Contesta el mayor, mientras movía su cabeza de un lado a otro buscando el aroma del chico que de alguna forma Amaba demasiado.