I. Ignoto

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Adaptación autorizada, todos los créditos a @ MinCherryly

Hwang Yeji hubiese deseado casarse con un buen hombre; rico, de gran porte y que fuera conocido por muchos, una figura envidiable ante todos

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Hwang Yeji hubiese deseado casarse con un buen hombre; rico, de gran porte y
que fuera conocido por muchos, una figura envidiable ante todos.

Hubiera tenido un matrimonio feliz, viviendo en una gran mansión con sirvientes que le acataran cada una de sus órdenes, con pequeños niños corriendo en el patio y eternas veladas románticas junto a su amado.

De esa forma hubiese sido feliz.

E incluso hubiese preferido vivir en la pobreza, en las heces de los caballos, en el
frío de los establos. Casarse con un hombre humilde, apenas logrando mantener sus estómagos llenos.

A decir verdad, sus sueños variaban.

Si bien quería estar con un hombre adinerado la idea de estar con uno pobre no le molestaba en lo absoluto.

Lo único que deseaba era estar al lado de un hombre que la amase, incluso si no había pan para poner sobre la mesa.

Hasta hubiese preferido no concebir hijos o vivir en la soltería.

Hubiese preferido todo aquello antes que lo que estaba viviendo.

El dolor en su hinchado vientre era insoportable, los espasmos le recorrían el
cuerpo y las lágrimas salían a torrentes.

En esos momentos quería morir, incluso si su alma estuviese condenada quería
morir. La mente se le nublaba tal como la inmensa oscuridad de la habitación.

Las velas a sus lados no ayudaban, su cuerpo sudaba y sus cabellos negros se pegaban a su frente y espalda. Gritando de dolor y sujetándose de las sabanas bajo
ella.

Deseaba morir, con toda su alma, desde el interior de sus entrañas.

Nunca se imaginó que ella estaría en esa situación; con las piernas abiertas de par
en par, sangre saliendo de su interior y monjas alrededor.

Sus ojos se giraban hacia arriba, sentía que se le iba la vida, que sus huesos se contraían y que se rompería. Estaba cansada, agotada físicamente y emocionalmente.

Ni siquiera estaba pensando con claridad, apenas y podía distinguir los rostros de las monjas que le habían cuidado durante su embarazo.

Sintió como le sujetaron los brazos, poniéndole un paño de tela en la boca para
que no se mordiera la lengua.

-Sigue pujando muchacha. No sucumbas a la muerte que aún no te espera - Las voces se oían lejanas, distorsionadas entre la habitación.

Born For Evil || HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora