Me despierto y me quedo en la cama,pensando en lo que soñé, desde luego mas interesante que mi vida,y en lo que se supone que he de ha hacer hoy.
Me levanto, sin saber muy bien por que.
Me dirijo hacia el baño evitando mirar a los espejos, a oscuras toda la casa.
Me lavo la cara y solo después de eso e digno a mirarme a mi misma, entonces como todas las mañanas pienso: como no les voy a dar asco, si me lo doy a mi misma.
Me arreglo hasta volver a quererme, desayuno forzandome a comer, salgo, hace frio, aun e de noche. Mejor asi
Llego a lo que podría llamarse cárcel. Me evado, me refugio en los mundos de mi mente y dejo de sentir el resto, dejo de sentirlo todo.
Hablo con ella y vuelvo al mundo, por unos instantes deja de ser triste. Me resguardo en las absurdas risas y charlas con la que un dia fue tanto y ahora,de otra forma mas.
Salgo de ese horrible lugar, horrible por los que alli Morán.
Ratas chepudas, palomas humanoides, pingüinos carceleros...
Ya en mi cueva,encerrada de nuevo,vuelvo a evadirme y a veces llorar po aquello que seres de mi imaginación pueden hacer, y sin embargo,yo, solo con sentir una pizca de lo que eso puede llegar a ser me asusto, angustio, descontrolo, tiemblo,deseo huir, esconderme, vomitar. Solo por tener, imaginar tener, cierta debilidad por otra persona.
Ante esto, ella,me consuela, aquella que me dio la vida me aconseja, que valla a ver a la que en su día la ayudo tanto. Ir a ver a la hechicera.