Ya era como un espejismo, se desvaneció de mi el recuerdo de haber pedido una audiencia con la hechicera. Habia pensado mucho lo que decirle, y en cosa de unos dias se esfumo. Como la nieve de las montañas empezaba a desaparecer por ese tiempo.
La espera se estaba alargando más de lo esperado, empezaba a desesperarme, pero estas cosas siempre tardan, se trata de una hechicera muy solicitada, hay mas gente con problemas... Pensaba para consolarme.
Necesitaba ya verla, una solución a esa angustia que invadía mis días, que destrozaba mis fuerzas. El pesar, del temor a lo que yo misma sentía.
Seguía alli dentro, rodeada de aquellos seres a los que observaba para tratar de entender, de entre aquellos seres había uno especialmente amigable, al que en vez de temer respetaba.
Sus barbas características desaparecieron con las nieves pronto volvieron a crecer pero durante aquel breve periodo no parecía aquel que en ese siniestro lugar me apoyaba y aconsejaba.
Se acercaba la audiencia.
Me tranquilizaba la idea de pensar que todo esto pasaría, pero a la vez temía el remedio