Parte 1

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Lisa

No sé cuanto tiempo llevo observando, podría decirse que toda la vida, desde que llegó cuando tenía seis años, no sé si ahí me enamoré de ella pero sin duda sus ojos felinos llamaron mi atención, y aunque ahora lo hacen con más intensidad, el sentimiento es distinto, desde hace años lo es.

Cuando Jennie llegó a la casa de al lado teníamos seis años, en ese momento sentí admiración supongo, con esa edad no podía estar enamorada, ¿Verdad?

Nuestros padres trataron de hacernos congeniar a como diera lugar, pero fue imposible, por aquel entonces yo era una niña introvertida, apenas hablaba con nadie solo me dedicaba a observar, mi cara se ponía roja cuando alguien me miraba, especialmente si de Jennie se trataba, quien era extrovertida, egocéntrica y superior, características que no han cambiado ni un ápice, diría que se han intensificado con el paso del tiempo, digamos que a logrado perfeccionarlas.

A día de hoy es exactamente así, y para ser honestos convertirse en la capitana de animadoras no ayudó a mejorar ese carácter tan humilde. En realidad no sé porqué, pero siempre me trató mal, al principio quería acercarme a ella tanto como lo deseaban mis padres, pues llamó mucho mi atención pero después comenzó a decirme si tenía algún problema, ¿Porqué no hablaba?, ¿Porqué tenía la cara roja? o la vez que me dijo "Eres rara". No sé que fue lo que no cuadraba entre nosotras pero fuera lo que fuese, nunca cuadró, esa amistad es del todo imposible.

Sin embargo y pese a todo, mi interés por Jennie nunca desfalleció, siempre con la mirada clavada en ella como un perrito mirando su hueso, desde que abre la ventana y se deja ver en la mañana con su pelo cayendo en hondas por sus hombros, con esa camiseta larga y ancha sin la presencia de algún pantalón, hasta que llega y cierra la misma en la noche con la misma vestimenta, sumando un moño y las gafas que usa para leer. Adoro observar cada pequeño detalle de ella, me fascina la belleza de la que la han dotado los ángeles, al igual que lo hace esa obsesión que traigo desde los seis años pero nada a cambiado desde entonces.

¿Y ahora?

Pues en este momento salgo corriendo escaleras abajo encontrándome con mi madre.

- ¡Ey señorita! - Se paró frente a mi. - No desayunaste.

- Lo siento mamá, me estaba preparando. - Hice una enorme sonrisa que trataba de disimular la mentira.

- Siempre igual contigo, toma. - Tendió una tostada recién hecha de aguacate y un bote de zumo. - Te lo comes por el camino.

- Gracias mama. - Besé su mejilla y salí pitando al coche que ya me esperaba en la entrada.

Las cinco personas que siempre íbamos juntas a cualquier lugar, mi mejor amiga, hermana y en este caso conductora, Jisoo. La alocada, divertida y gran confidente, Momo. Dulce, sensual y aventurera, Tzuyu. Y para terminar, mi gran amigo y bailarín favorito, Jungkook.

Mis cuatro mejores amigos en el mundo.

- ¡Vamos piernas largas! - Gritó Momo saliendo del asiento de copiloto, pues ahí me siento yo.

- Hola chicos. - Saludé con alegría chocando la mano a la que ya estaba fuera.

- Hola Lis. - Dijo Tzuyu, chocando el puño cuándo entré.

- Hola amiga. - Jungkook con el puño y un guiño de ojo.

- Buen día Lisandro. - Y el característico saludo de mi querida Jisoo.

- ¡Chu! - Exclamé dejando un golpe en su brazo.

- ¡Auch! Eso dolió, ¡Además aquí no hay nadie!

PASIÓN OCULTA [JENLISA G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora