Capitulo 16

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Había llegado el momento de la guerra.

Mark estaba contento. Necesitaba luchar, asesinar. Quizá si mutilaba a unos cuantos Cazadores, dejaría de imaginarse su cuchillo rasgando el cuello de Chenle, seguido rápidamente del de su hermana, su madre y su abuela.

No se lo había dicho a los demás, pero su necesidad de matar ya no era un leve movimiento en su interior estaba empezando a teñir todos sus pensamientos y a volverlo loco. Los dioses no habían exagerado. La bestia que llevaba dentro estaba ansiosa por cumplir la orden que le habían dado.

Su ansia se incrementaba con cada hora que pasaba.

Mark sabía que cada vez sería mayor. Crecería, crecería y crecería hasta que él destruyera a aquellos cuatro humanos inocentes.

Apretó la mandíbula. Con suerte, quizá pudiera saciar su sed de sangre, aunque sólo fuera durante un rato. Soy un monstruo, soy tan malo como el espíritu que me posee. Si los guerreros no encontraban el modo de salvar a aquellas personas, Mark tendría que despedirse de los últimos vestigios de sí mismo.

<<Soy un demonio>>.

<< ¿Acaso no lo eres ya?».

-¿Crees que el humano de Jeno está ahí fuera? -preguntó Jaehyun, interrumpiendo sus negros pensamientos.

-Puede ser.- respondió.

No habían podido encontrarlo y habían abandonado su búsqueda por el castillo. Se habían ido a la ciudad, de todos modos. Él estaba furioso por el hecho de que un cebo estuviera libre por ahí.

Lucas había ido primero al cementerio, pero no había encontrado nada sospechoso. Sin embargo, había enviado de vuelta a John para que esperara y vigilara con unos cuantos de sus juguetes. Él había protestado pero al final había accedido. Al menos, los habitantes del cementerio ya estaban muertos, así que Enfermedad era inofensiva.

En aquel momento, Mark y los demás avanzaban rápidamente por las calles empedradas de Buda. Sin Jaemin, tendrían que atraer a los Cazadores de otro modo. Habían decidido actuar ellos mismos como cebo.

Aunque había pasado la media noche, las calles se encontraban muy animadas. La gente estaba sentada en las terrazas y paseando por la calle. Los edificios que flanqueaban las calles eran una sinfonía de curvas y picos. De vez en cuando pasaba algún coche.

Los humanos se apartaban sobresaltados del camino de los inmortales. La gente susurraba y especulaba.

«Los ángeles han bajado de la montaña>>

<<Creo que voy a buscar a esos hombres que preguntaban Por ti en el Club Destiny>>

-¿Unos hombres han preguntado por nosotros?-dijo Mark. Mientras hablaba, una mujer cruzaba para saludarlos. Se quedó helada al ver a Jaehyun.

-Un beso-le pidió

-Siempre-dijo Jaehyun, y con una sonrisa bajo la cabeza para complacerla. Mark ladró:

-Más tarde. Llévanos a ese dichoso Club Destiny.

Si Promiscuidad comenzaba a besar, Promiscuidad no podía parar hasta que la ropa había volado y resonaban gritos de pasión.

-La próxima vez-dijo Jaehyun a la mujer en tono lastimero, y siguió caminando hacia la discoteca.

-¿Me lo prometes?-pidió la mujer.

Sin embargo, la mirada de lujuria se le borró en los ojos cuando Lucas pasó a su lado con su rostro lleno de cicatrices.

Unos minutos más tarde, los guerreros habían entrado al club y estaban inspeccionando la escena. Había muchos humanos bailando al son de un ritmo rápido, enloquecedor, bajo luces multicolores que parpadeaban. Quienes los veían, se quedaban impresionados la mayoría se apartaba.

V10L3NC3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora