Capitulo 2

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Trabajar con niños resultó ser lo más sencillo que jamás ha hecho ya que son como un pequeño rebaño que siguen sus órdenes y son como esponjas que absorben toda clase de información. Siendo el primer día ya pudo identificar a cada uno desde el revoltoso del salón, la niña aplicada y el niño callado, cada niño tenía muchas cualidades diferentes pero nada que llame la atención de Peter quién lucha por no desanimarse al creer que quizás fue una perdida de tiempo, pero, a mitad de la clase llegó una maestra acompañando a un niño de cabello castaño semi largo y enormes ojos café whisky que lo hacía parecer una ardilla más por esa nariz respingona.

— Lamento la interrupción maestro Hale pero vengo a dejarle a su nuevo alumno.– saludo la maestra con una sincera sonrisa, toco el hombro del niño para indicarle que pasará al salón.

— Muchas gracias maestra.– cuando la maestra se fue le presto mayor atención al niño que se sentó aun lado del niño callado del salón.— ¿Cómo te llamas pequeño?

Todas las miradas estaban enfocadas en el nuevo del salón que abrazaba su mochila del hombre araña quizás por los nervios de ser el centro de atención.

— Mieczyslaw Stilinski pero me prefiero que me digan Stiles.– su voz a penas se escuchó en el salón.

Peter reconoció rápidamente el apellido Stilinski por ser el sheriff del pueblo y porque lo conoce desde hace años aún que nunca fueron amigos. Le sonrió al menor para tranquilizarlo ya que apestaba a nervios, retomó la clase enseñando las vocales y los número básicos hasta que sonó el timbre del recreo.
Todos los niños salieron corriendo y riendo al patio de juegos dejándolo al fin solo con algo de silencio para poder meditar; algo le había llamado la atención de ese niño Stiles pero aún no descubre que es si es por su extraño nombre que de seguro es Polaco o por ser hijo de uno de sus ex compañeros de secundaria.

Su celular comenzó a vibrar sacándolo de sus pensamientos.

— Habla Peter.– saludo con seriedad a la persona del otro lado de la llamada.

— Que forma de hablarle a tu hermana.– respondió molesta la mujer.— Solo hablo para saber cómo estás y como sigue Christopher.

Sabía que su familia solo le hablo por mero compromiso más que nada para asegurarse de que no se ha tirado de un acantilado. Siempre fue la oveja negra de la familia por ser la mano izquierda de la manada, un trabajo difícil y solitario que no todos entienden pero que es vital para la seguridad de la manada; eso se le suma la situación que se casó con un cazador proveniente del clan Argent, no toda su familia estuvo de acuerdo iniciando con sus padres que se negaron asisitir a su ceremonia de apareamiento.

La mano izquierda de la manada Hale se ha casado con un Argent. Fue el centro de chismes por varios meses no solo con su familia sino también con otras manadas. Por la paz intento llevarse bien con su familia llevando a Chris a las reuniones familiares porque es darle el lugar a su pareja, sus sobrinos los saludaron normal también su cuñado pero Talía y sus padres se notaban los incómodos que estaban por tener a un Argent adentro de su casa.

— Estamos bien.– respondió con seriedad.

No iba a darle muchas explicaciones a su hermana sobre algo que no le importa.

— ¿No vas a preguntar cómo estamos nosotros? – pregunto ofendida.— No te hemos visto en meses ni tampoco contestas las llamadas. Sabes que tiene que reportarte cada cierto tiempo sino se te obligará a regresar.

Peter rodeo los ojos fastidiado ya por la conversación.

— No me llamarías si las cosas no estuvieran bien porque ya no soy tu mano izquierda por ende los asuntos de la manada ya no me involucran.– sonrió arrogante imaginando la expresión de molestia de su hermana mayor.— Pero si te hace feliz te preguntaré cómo estás.

Talía bufo irritada contestando que todos estaban bien y que solo querían saber cómo sigue Christopher.
Estar en una ciudad tan ruidosa como Nueva York no era bueno para un Omega con estrés pos parto es por eso que se viajaron a su pueblo de la infancia Beacon Hills donde ya llevan un par de meses. Sus padres no estuvieron de acuerdo, otra vez, porque sería convertirse en un exiliado y eso haría quedar mal a la manada pero eso a Peter no le importo ya para al día siguiente de la noticia de que se irían estaba comprando la casa donde vivirían en el pueblo.

— El está bien. Superando cualquier obstáculo.– mintió a medias.

Su familia ni mucho menos su hermana se deben de enterar de los daños psicológicos de su pareja ni tampoco necesita que sospechen lo que planea hacer.
Iba a continuar con la conversación pero colgó la llamada rápidamente cuando vio que un pequeño niño entro al salón, Stiles miro hacia todos lados hasta que lo vio a él sentado tras su escritorio. Relajo su rostro para dar su mejor sonrisa al niño que se acercaba a él apestando a felicidad, tierra y sudor, tres combinaciones que hicieron que su lobo aullara contento por agradable olor.

— ¿Que pasa pequeño?– arrastró su silla fuera del escritorio para ver bien al menor que se puso a su lado.

— ¿Me ayuda amarrar mis agujetas?– pregunto nervioso volteando a ver sus tenis color rojo intenso.

— Por su puesto.– se estaba tomando muchas atribuciones con ese niño.

Lo cargo para sentarlo en el escritorio en frente de él para amarrar sus agujetas, al terminar, tuvo una necesidad de dejar descansar sus manos sobre las piernas del menor escuchando como este parlotea sobre su nueva figura de Batman que su mamá no le dejo trae a la escuela. La vocecita chillona infantil era musica para sus sensibles oídos lobunos y a pesar de que el niño desvariaba en cada tema de conversación (conversación solo con él mismo), Peter se mostraba entretenido anotando mentalmente todas las cualidades que tiene este pequeño, no hubo necesidad de preguntar cuando ya Stiles le estaba diciendo que vivía con su papá quien es el sheriff del pueblo y que su mamá vive en el hospital porque siempre se siente mal, también cuenta que debido a eso su papá trabaja mucho y tiene que ser un niño grande para no tenerle miedo a la oscuridad cuando se queda solo en su casa de noche.

Más perfecto no puede ser, pensó Peter. Parecía ser que los otros se habían alineado o que algún Dios escucho las plegarias de su esposo y las de él que le mando un dulce niño que nadie extrañaría si llegara a desaparecer, si a caso el mayor problema es que su papá sea el sheriff y que lo pueden buscar por cielo, mar y tierra, pero, ya se le ocurrirá algo a Peter.

Nota:

Peter ya puso sus ojos en Stiles ahora falta ver qué se atrevera hacer para conseguirlo o quizás no tenga que hacer nada...

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Quiero a mi hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora