II

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Pasamos la tarde entre risas y bromas, pasándolo bien como siempre que nos juntábamos, decidimos pedir unos kebabs para cenar en el piso que compartían mis dos chicos favoritos. Como era de esperar y pasaba muchas veces se nos hizo tarde y para no irme sola a casa ni tener que pedir un taxi me quedé a dormir en su casa. Esa noche iba a dormir con Misho, no era la primera vez que dormía con él pero tenía la sensación de que esa noche iba a ser diferente. Tras ponerme una de sus camisetas, la cual me quedaba enorme, me metí en su cama, mientras él se acomodaba miré un rato mi teléfono, intercambié algún mensaje con Miguel (Saiko), para reafirmar la hora a la que íbamos a vernos al día siguiente.

-¿Quieres dormir ya? (preguntó el búlgaro metiéndose en la cama)

-¿Te apetece ver algo en la tele, o hablar de algo? (pregunté mirándole)

-Quiero hablar contigo (dijo con una pequeña sonrisa)

-¿Que pasa? (dije sonriendo)

-Quería recordarte que estoy aquí siempre que me necesites, que se que has estado pasando una mala racha aunque ahora estés remontando, y que eres lo mejor que podría haberme pasado, siempre lo diré, teniendote a ti en mi vida puedo decir que estoy lleno, siempre haces que me sienta bien, incluso cuando ni yo mismo sé que me pasa (dijo mirándome)

-Desde el primer día en el que nos conocimos, desde que mis seguidores te nombraron en unos de mis directos y te descubrí, supe que ibas a ser especial para mi y eres uno de mis mejores amigos, eres la persona más especial que tengo en mi vida y créeme que haría cualquier cosa por seguir teniéndote a mi lado (dije sonriendo)

-Gracias siempre por todo (dijo abrazándome)

-Gracias a ti también Misho (dije siguiéndole el abrazo)

Tras una charla tan bonita a la vez que intensa nos pusimos algo en la tele, pero en cuestión de minutos caí redonda abrazada al cuerpo de mi búlgaro favorito.

Al día siguiente tras una ducha salí a comprar algo para desayunar y cuando volví a casa de mis chicos ambos estaban ya despiertos y vestidos. Sonreí y les enseñé el desayuno que traía, ambos se alegraron y nos pusimos en la mesa del salón a desayunar mientras ambos aún seguían algo adormilados. Cuando acabamos me despedí de ellos prometiendo que nos veríamos muy pronto de nuevo, yo me fui pitando a mi casa para cambiarme de ropa, pues había quedado para comer con Miguel e iba un poco justa de tiempo. Me puse un bonito vestido blanco ajustado con una camiseta del Granada CF con un nudo bajo el pecho, me puse de nuevo mis nike air force y me maquillé un poco con un lindo eyeliner, colorete, brillo de labios y tras perfilar mis cejas me eché un poco de perfume y estuve lista. Sonreí mirándome en el espejo, me hice una foto y se la pasé a Misho poniendo "No seré yo la mejor?", a los pocos segundos recibí una contestación por su parte diciendo "Dos cosas, una esa camiseta te queda de locos y dos, estás preciosa, que vaya genial enana". Sonreí enormemente leyendo ese mensaje y tras mandarle un corazón, le envíe un mensaje a Miguel (Saiko) diciéndole que salía ya para ir al restaurante donde habíamos quedado. Íbamos a comer en una azotea con vistas a la Gran Vía de Madrid. Tras subirme en un taxi le indiqué a donde tenía que ir, varios minutos más tarde llegamos, pagué el trayecto y bajé del taxi, sonreí mirando lo bonito que era aquel edificio y tras ver que Miguel me había dicho que me esperaba arriba entre en el bloque para ir directa al ascensor. Una vez llegué arriba, nada más abrirse las puertas del ascensor vi al Granadino, este miró en mi dirección cuando salía y en cuanto se dio cuenta la camiseta que llevaba sonrió mirándome.

-¿Lo has hecho a propósito? (dijo refiriéndose a la camiseta de su equipo)

-Las cosas se tienen que hacer bien y yo se que a ti te gusta, así que tras ver alguna de las camisetas que tengo he visto que tenía esta desde hace unos años (dije sonriendo)

-Te queda muy bien (dijo abrazándome)

-Me alegra mucho conocerte por fin (dije correspondiendo el abrazo)

-Igualmente (dijo sonriendo al separarnos)

Entramos al restaurante y nos llevaron hasta la mesa que habíamos reservado, teníamos unas vistas preciosas por lo que mientras charlábamos contemplamos lo bonita que era la calle en la que estábamos. Noté muy buen rollo con Miguel y me gustaba hablar con él, por lo que no hubo ningún momento incómodo, al revés me sentí muy cómoda a su lado. Hubo cierto tonteo en algún que otro momento, cosa que me gustó porque en cierto modo me hizo olvidarme un poco del búlgaro que no salía de mi mente los últimos días. Tras la comida fuimos hasta su hotel, allí, en su habitación, íbamos a grabar varios videos para promocionar un poco la canción que iba a sacar junto con Omar Montes. Era un temazo y no dudé en decírselo, pues era la verdad. Cuando acabamos de grabar los videos salimos a la pequeña terraza de la habitación, allí nos apoyamos en la barandilla que había.

-Tengo entendido que no, pero, ¿tú estás con alguien? (preguntó el granaino curioso)

Por y para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora