Juguete

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Existen relaciones peligrosas y adictivas, que conscientemente mantienes y probablemente no puedes terminar antes de salir lastimada. Si tienes suerte como yo y cortas con todo antes que las cosas puedan salir realmente peor, aunque no diría exactamente "a tiempo", entonces el daño puede no ser grave, después de todo hay cosas que solo se pueden aprender de la manera dura.


Cuando hablo con las personas frente a frente es difícil parar una vez encuentro el camino, por el contrario en redes sociales siempre me siento muy torpe y me aburro, por esto mismo es irónico que todo empiece con una red social, una de esas aplicaciones para ligar que es tan fácil descargar en el móvil, incluso yo caí en la tentación curiosa de usar una de esas cosas, en realidad mi intención nunca fue encontrarme con alguien, pero me parecía entretenido al principio simplemente revisar fotos y ver con quien daba "match", realmente nunca hablaba con nadie y poco tiempo después empezaba a aburrirme, pero solo una vez fue suficiente para cambiarlo todo, aunque nunca hubiera podido prever hasta qué punto.


Alma era una mujer guapísima con la que tuve compatibilidad en la dichosa aplicación y hubiera sido como cualquier otra si no me hubiera saludado. Soy de carne y no me pude resistir a responderle a la sexy mujer de piel morena, cabello castaño largo oscuro y con un traje de baño negro en las únicas 2 fotos disponibles, lo sé, podía no ser ella, pero no es que pensara verla de todas formas, solo quería coquetear un poco, nada del otro mundo. Intenté llevar la conversación de la mejor manera posible hasta que llegamos a temas un poco más íntimos, era casada, se había dado cuenta de su homosexualidad en la adolescencia pero siempre intentó engañarse, finalmente estaba más que metida en el clóset y no podía reprimirse más, quería experimentar, ¿lo que más le excitaba? el BDSM.

En un fetiche como el BDSM soy un cero a la izquierda, sinceramente sé poco o nada, así que si de por si me siento torpe en una conversación escrita, me sentí peor al tener que ponerme en el papel de sumisa virtual, sin contar que siempre he preferido tomar el control en la intimidad, pero sus fotos eran toda la motivación que necesitaba.

Esa fue toda la historia con Alma, no hablamos más luego de eso e incluso borré la aplicación poco tiempo después, pero este es solo el comienzo, lo interesante viene con los giros inesperados de la vida, este en particular me dejó una historia y una lección que nunca olvidaré.

Algunos meses después de aquello ingresé a trabajar como asistente personal de Rafael Mongrú, un relacionista público joven, guapo y altamente capaz, todos querían trabajar con él y muchas querían meterse en su cama, pues era alto, de cabello castaño claro, ojos azules, mirada penetrante y sonrisa encantadora, aunque con un ligero aire de "badass" que contrastaba con su personalidad amable,sin embargo si algo pude notar inmediatamente, es que respetaba mucho el anillo que llevaba en el dedo anular, es decir, a la mujer con quien compartía su vida, ella debía ser la persona más afortunada del país, pues Rafael sin dudas era una persona fiel y de altos valores, más de lo que puedo decir incluso de mi misma o cualquiera que conozca.

Sobre la señora Mongrú había escuchado que era guapa, carismática y al parecer ama de casa, ellos se habían casado muy jóvenes, cuando él apenas había egresado, ella por su parte abandonó su carrera de arquitectura y ahora estaban a punto de cumplir 10 años de matrimonio lo cual en estas épocas es casi como encontrar un unicornio.


A su fiesta de aniversario fuimos cordialmente invitados muchos de los empleados allegados a Rafael, pues él gozaba de establecer buenas y cercanas relaciones con quienes consideraba parte importante de su empresa. Fue ahí, en medio de la celebración que la vi, apareció como una diosa salida del Olimpo; elegante, hermosa, distinguida... casada.

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