𝙻𝚊 𝚅𝚒𝚍𝚊 𝙴𝚗 𝚃𝚒𝚗𝚝𝚘

𝙻𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚎𝚗 𝚝𝚒𝚗𝚝𝚘

Creí que me estaba hundiendo en el más blanco y puro amor, hasta que el manchó de tinto mi vida.

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Me mudaba de New jersey a Nockfell. ¿Por qué? Mamá y papá dicen que fue un incendio, que simplemente nuestra casa empezó a arder, tal vez un descuido.. pero yo no creo en eso, porque... sino, quién era ese hombre con máscara de perro que me miraba a la lejanía a través de mi ventana?

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Vamos a vivir en los Apartamentos Addison, porque papá vivió ahí toda su infancia, cuenta que ahí conoció a su mejor amigo y con suerte seguirá viviendo ahí.

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Me encontraba en el auto pasando por la carretera principal de Nockfell, disfrutando de la música hasta que de un parpadeo caí dormida, no sabía donde me encontraba era algo así como un profundo y vacío interminable, donde no se distingue nada de la oscuridad, lo único que pude ver fueron unos ojos rojos, muy profundos, podías ver todo lo malo encerrado ahí dentro.
El miedo iba aumentando conforme se acercaba, pero yo estaba paralizada. Cuando eso estuvo en frente mío...escuché una voz a lo lejos que me parecía familiar.

─ Hija, despierta cariño...Ya hemos llegado.

Desperté sumamente asustada... Creí que había muerto, pero
lastimosamente no fue así.
Abrí los ojos y mamá estaba a lado mío fuera del auto.

──Faye, baja, ayúdanos a bajar la maletas. Tu papá está en la entrada esperándote.

Salí del auto y observé a papá en la entrada, con una mirada que decía "no tengo todo el día".

Me dirigí a el con mis maletas.

──Te encantará aquí. ──Me sonrió── Estoy seguro de que hay más de un chico de tu edad.

── Interesante, papá...... ──Mentí──

──¿Qué tal si te presentas con los Fisher? mientras nos terminamos de instalar.──Dijo mamá──

──Pero no tengo idea de en que apartamento están, mamá.

──Tu padre me dijo que solían vivir en el 402, inicia por ahí.

──¿Solían? Se oye a que son muchas personas.

──En realidad no... Hace tiempo falleció su madre.

──Ah, ya veo. Entonces iré a buscarlos.

Entre al edificio, observé que estaba un poco descuidado, sus paredes eran amarillas claras y el elevador estaba un poco desgastado, pues sus botones apenas y servían.

Accedí y al poco tiempo ya estaba en el piso 4, cuando salí ví a una mujer limpiando una mancha en el piso.

──Buenos días señora. ──Saludé──

──Oh, buenos días, cariño. Tu debes ser hija de los Collin's.

──Sí, supongo que todos se conocen en este edificio.

──Algo así, todos han vívido aquí durante mucho años.

──Si no es molestia, ¿me podría indicar donde está el 402?

──¿Buscas a los Fisher? Sí. Aquí a la izquierda. Si conoces a Sal, tal vez te presente a mi hijo.

──Sí, muchas gracias.

Llegué al 402 y toqué la puerta. Nadie respondió, así que volví a tocar pero seguían sin abrir.

Entoces escuché el elevador abrirse y ví salir a un chico de pelo azul brillante. Parecía normal, hasta que se acercó a mi.....

──¿Tú quién eres?.. ¿Qué haces en mi puerta?

──Mis padres me obligaron a venir a saludar. ──Dije de mala manera.──

──Entonces supongo que esto es tuyo. ──Extendió hacia mi una bolsa de mano que era definitivamente mía ──

── ¿Y tu que haces aquí, con mi bolsa?

──Pues yo vivo aquí... ──Dijo de manera sumamente obvia──

──No sabia que ya era la temporada de brujas...

──¿A que te refieres?

──¿Dónde compraste tu máscara?

──En el hospital.

Me quedé callada y solo le quite la bolsa de las manos. Entendí la simple indirecta de su problema.

──Gracias por mi bolsa pero ya me voy.

El se quedó en silencio hasta que caminé hacía el elevador y escuché que me gritó "Saludame para la próxima!"

Asentí con la cabeza y entré al elevador.

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