Tercera Parte

5 3 0
                                    

—de verdad acabas de llamarme cachorro— rio leve pasando una de mis manos por mi menton
  —¿al menos podrias decirme tu nombre o alguna manera de dirigirme a ti?—
Lo miro intentando ocultar la irritación que me provoca su comportamiento, no puedo leerlo ni un poco, no puedo determinar si es una amenaza o no y eso me hace desconfiar aun más.

Noto que duda en decirme al quedarse en silencio, veo que se levanta tomando su desgastada mochila y su vaina junto a su espada colocandose ambas en la espalda.

Alek...Y no empieces a joder con bromas porque te juro que te aviento a los Wendigos—

Abro la boca un poco a punto de soltar un mal chiste sobre Alex el León, pero la cierro de inmediato al escuchar lo último aprentando los labios con algo de temor, el tono en el que lo dijo no suena simple, el tono de voz y su expresion corporal me dicen que habla como si ya se estuviera debatiendo mentalmente el hacerlo.
— ¿por quién me tomas? No haría una broma con el nombre de alguien—
Miento descaradamente haciendome el pelotudo y lo sigo en cuanto decide comenzar a caminar adentrandonos en el espeso mar de arboles frente a nosotros nuevamente.

— eres malo mintiendo cachorro—

Aprieto la mandibula ocultando una sonrisa y asiento con la cabeza —me lo dicen seguido—
es cierto que me lo dicen seguido, incluso mis padres me decian que era bueno no saber mentir porque significaba que no tenías la necesidad de hacerlo, solo por ellos aprendí a fingir no saber mentir, me gustaban sus cumplidos.

Sonrío inconsientemente al recordar a mis padres.

Sin previo aviso siento una mano sobre mi frente y salgo de mi trance observando mi entorno, volteo a ver a Alek y me quito su mano de encima sin delicadeza frunciendo el ceño.

—pon mas atencion al camino y apresura el paso—

Es todo lo que me dice antes de seguir caminando, ¿porqué diablos hizo eso? Pudo haberme dicho algo o jalarmende la playera; noto frente a mi una gran maraña de telarañas y me alejo rapidamente sintiendo un escalofrio recorrer mi espalda.
—gracias Alek, le tengo algo de fobia a los insectos—
Me sincero sin esperar respuesta de su parte y levanto la vista notando que ya esta por oscurecer, muerdo mi labio inferior preocupado y camino un poco mas cerca de mi acompañante.
—oye ¿puedo hacerte una pregunta?—

—no y la acabas de hacer—

Rio leve un tanto nervioso por su respuesta y continuo hablando
—bien, gracias, me gustaría saber ¿Porqué estas ayudandome?—
Veo que cambia un poco su ruta y lo sigo curioso intentando verle la cara desde mi nada privilegiada baja estatura, pero solo consigo verle el menton

—no lo se—

Su respuesta parecía sincera a pesar de ser ambigua; veo que nos acercamos a una cueva y me detengo unos pasos antes de entrar mirando a el mas alto con desconfianza mientras el se acamoda como si estuviera acostumbrado.
—no me vas a comer mientras duermo ¿verdad?—

—no como porquerías—

Rio recordando esa parte de la era de hielo y le sigo el juego
— Ay! Porquerías... porque ¿porquería yo?—
Alcanzo a escuchar una leve risa proveniente de el hombre con la mascara y sonrio un poco mas tranquilo, porfin muestra algo de normalidad.

—tu cabeza esta infestada de cultura popular—

Sonrío mientras me adentro en la cueva sentandome en el helado piso abrazando mis rodillas para evitar sentir frio, va a ser un problema pasar la noche sin siquiera mi sudadera para cubrirme, ese idiota... Prefiero apestar que pasar frío.

BLOOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora