Capítulo 1

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El horario matutino era preferencial para realizar diversas labores y era importante para los ciudadanos aprovechar ese tiempo.

Por ello, el madrugar era esencial para comenzar el día con pie derecho, al menos así le había enseñado la nana de Yeonjun.

Para un jovencito con demasiados bienes, obligaciones y responsabilidades, era necesario la enseñanza de valores, fueron tantos los que aprendió Yeonjun, gracias a la bondadosa mujer mayor llamada EunJi.

La que era como una madre para el chico, le toco una tarea muy difícil de crianza. Fueron años en los que nunca se apartó de aquel niño que de apoco creció rápidamente hasta ser un adulto, y con la edad mayor que ella acrecentaba, ya no hacía falta seguir cuidando del ahora hombre.

Y como Yeonjun había aprendido bien y nunca fue alguien malcriado y egoísta, también se había convertido en un joven responsable y valeroso de elegancia.

Todas las mañanas no eran una excepción. Se levantaba temprano y vestía con un terno refinado, el nudo de su corbata era delgado y bien amarrado, nunca le salía mal. Temprano, en cada día, saludaba a su criada, era una muchacha bien portada recomendada por Eunji. La chica solo se dedicaba a la cocina, así que no la veía casi siempre, solo era en los días que madrugaba y trabajaba, cinco en total. Lunes a viernes su horario consistía en ir a su empresa y hacer los papeleos, chequeos, tareas y/o contabilidades que tenía que revisar con cautela. Era lo de siempre, al ser el ceo de una reconocida empresa de abogacía.

Todo eso le enseñó su nana y aún no sabe porque hizo tanto por él, para que luego tomase su rumbo. Claro que Yeonjun le insistió en que podía quedarse con él en la mansión, o que también podrían llevar la empresa juntos, pero ella se negó. Estaría vigilando a su niño a que haga las cosas de manera correcta y para que se acostumbre al trabajo pesado él solo. Pero después de un arduo día de trabajo, la mansión se sentía vacía, ni un alma, solo los zapatos lúcidos de Yeonjun tocando en el suelo.

Choi aún recordaba su niñez, recordaba el tener miedo estando sólo en esa casa tan grande y silenciosa, pues siempre vivió con Eunji, aunque el mayordomo y otra criada de esa época, pasaban la mayor parte del día dando su servicio y cuidando al niño, no era suficiente para tenerlo tranquilo. Recordó aquella vez que, jugando a las escondidas con su nana, se perdió en la mansión y su llanto fue la burla de la risa de la mujer que lo encontró. Eunji no se había reído por mala, sino que le causaba ternura las expresiones del pequeño Choi Yeonjun, hijo de su mejor amiga, casi hermana. Era su deber cuidarlo en su ausencia.

Yeon se quedó un momento en su memoria, sonriendo por tal recuerdo y siguiendo su paso para llegar a su habitación, que por cierto, caminaba hasta el segundo piso de esas escaleras enormes y largas desde la parte central de la entrada. Luego tendría que pasar por un corto corredor pero tan ancho que era decorado por unas reliquias antiguas y allí estaba su habitación, al lado izquierdo de la mansión, porque al derecho estaba la de sus difuntos padres, algo triste en realidad, pero él nunca los había conocido, y en los pocos años que lo engendraron era imposible que el niño guarde recuerdos en ese corto tiempo.

Ni hablar de su habitación que era al igual de grande que la otra, con una cama enorme y tantas estanterías donde guardaba cosas que le gustaban o que coleccionaba, como discos, libros y cómics. Demasiadas cosas a pesar de ya ser un adulto. También tenía su baño privado y en su armario podrían caber mas de cinco personas sin problema. Lo tenía todo, pero hasta su habitación le daba miedo. Aunque ahora ya ha crecido y se sentía sólo.

Eunji le indicó que ya podía utilizar la habitación grande y que no se preocupara por la que siempre fue suya, además que quizás la utilizaría en un futuro para sus descendientes. Pero de solo oír esa palabra le daba una sensación de malestar. Se quejaba de su soledad, pero no quería esposa ni mucho menos hijos. Le desagradaba la idea de cuidar a unos niños y con su trabajo tan pesado, no estaba en sus planes salir con mujeres. Al parecer eso preocupaba a su nana, pero luego lo dejó de molestar con eso.

Ambición ¦ Soojun ¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora