Parte 1

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Hirano y Kagiura

El sonido del despertador resonó por toda la habitación. Un timbre estridente y alarmante, como debía ser para que pudiera despertarme a la primera. Tenía un claro deber, una responsabilidad grande pero desafiante. Despertar a mi compañero de cuarto, Kagiura Akira. Aunque, debía confesar que ya no era lo mismo desde que había recibido su confesión. Él había afirmado que estaba "enamorado" de mí, lo que sea que eso significara, yo no terminaba de entenderlo y las cosas entre nosotros se volvían cada vez más complicadas. Alejé esos pensamientos de mi mente, estaba demorando el inevitable momento de encontrármelo durmiendo, enrollado en su manta como si fuera un burrito, algo adorable de ver. Se me dibujó una inocente sonrisa en el rostro, involuntaria. Me levante de mi cama, miraba mis pies, demorando el momento lo máximo posible, se había vuelto difícil verlo. Esa semana había sido un infierno, no hablábamos casi nada, y cuando lo hacíamos estábamos tan incomodos que terminábamos desistiendo. Y todo por no querer ir a una cita con él. Los amigos no van a citas, salen a pasar el tiempo. Kagi – kun debía estar enojado por eso. No levanté la vista hasta que estuve frente a su cama, miré y la desilusión invadió cada uno de mis sentidos. Kagiura no estaba ahí, ¿otra vez se había despertado antes?

Miré toda la habitación, que era pequeña y un gigante como él no podía esconderse en ella sin ser visto a simple vista. Definitivamente no estaba, aunque la pena me invadía, no era la primera vez que pasaba en esa semana. Casi todos los días de la semana había estado saliendo antes de que sonara la alarma, sin hacer ruido, se escabullía y desaparecía hasta la tarde, momento en que nos encontrábamos en la habitación para dormir. Antes habíamos solucionado ese tema hablando, habíamos acordado despertarnos mutuamente, pero nuevamente él estaba actuando extraño, me evitaba de forma explícita.

Agarré mis pertenencias y me dirigí directo al baño, debía prepararme para ir a la escuela, los de tercero teníamos diferentes materias este año y debía estar al pendiente de todas ellas. Sobre todo, porque los exámenes de ingreso a la universidad estaban a la vuelta de la esquina. A lo mejor era por eso Kagi – kun estaba evasivo conmigo, debía estar molesto porque ya nos quedaba poco tiempo compartiendo cuarto. Aunque eso no podía evitarse. Él no se enojaría conmigo por algo tan trivial como lo de la cita, estoy seguro de que está mal porque me gradúo. Salí del baño con mejor aspecto, pero me sentía tan abrumado, sentía que mis pensamientos no tenían ningún tipo de conexión con mi realidad, todos terminaban en el mismo sitio.

- Buenos días Hirano-sempai – el compañero de cuarto de Hanzawa estaba allí parado, con una sonrisa radiante y de un maravilloso humor.

- Buenos días – solté de forma brusca.

- Sabes tengo una pregunta que hacerte – no me dio tiempo de decirle lo ocupado que estaba y siguió sin más – Sabes... ¿Ichinose-sempai y Kagiura-kun son muy unidos no? Los estuve viendo juntos últimamente y...

- ¿Q-qué? – la información me cayó como un balde de agua fría, sentí que el cuerpo me temblaba, podría ser la ira. Seguramente era la ira que estaba sintiendo. - No tengo idea.

Solté la respuesta y me largué sin más, la mañana no podía arrancar peor. No era un problema que Kagiura se llevara bien con Ichinose, de hecho, era normal porque lo consideraba un superior agradable. Típico de él, caer bien a las personas, daba una sensación de confianza. Pero cómo pasaron de desconocidos a parecer "cercanos", eso me molestaba. Hicimos un enorme esfuerzo para seguir siendo compañeros de cuarto, pero ahora parecía estar cada vez más apartado de la vida de Kagi – kun. Es que tampoco entendía qué esperaba él de mí, sí lo había herido o no, ya no podía averiguarlo. Ya no quería lastimarlo con mis rechazos, tal vez la distancia sería lo mejor. Después de todo, no puedes seguir siendo amigo de la persona que te rechazó tantas veces. Por algún motivo, ese pensamiento me generó un enorme vacío en el pecho.

Hirano y Kagiura - Decisión finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora