Hirano y Kagiura - Decisión final

Parte 4 (el fin)

La espalda de Kagi. Verlo alejarse de la sala de estudio, la cercanía que tenía con Ichinose. Todo eso me estaba molestando. Verlo salir corriendo tras de él, eso había sido un duro golpe. Celos, ira, cada vez identificaba más sentimientos. Había decidido que permanecería al lado de Kagiura, pero el solo hecho de estar a su lado implicaba lastimarlo, estaba siendo un egoísta al pensar que él podía soportar todo esto tanto tiempo. Sin embargo, una parte de mí se negaba a rendirse, deseaba compartir ese cálido estilo de vida por un tiempo más. Definitivamente no podíamos seguir así, debíamos hablar y solucionar este problema, tal vez podamos seguir siendo amigos después de todo. Kagi – kun lo mencionó en su momento, dijo que podíamos serlo aún. Aunque en teoría todavía estamos en la fase de prueba de romance, aún no lo rechace de forma definitiva ¿o sí?

Mis pensamientos se acumularon rápidamente, entré en pánico, mis mejillas ardían violentamente. Habíamos intentado cruzar la línea de la amistad, dejé que me agarrara la mano diez segundos al día durante todo este tiempo, ¿Cómo había sido tan cruel? Por supuesto que iba a enfadarse, estaba siendo un imbécil, no podía soltarlo en lo absoluto y, sin embargo, eso lo estaba hiriendo. Era mi culpa que se alejara, como podía jugar así con sus sentimientos. Era mi culpa que se refugiara en alguien como Ichinose, amable y decidido ¿A esto se refería Sasaki con perderlo? Escuché el picaporte girar, un miedo atroz invadió mis sentidos, me senté de golpe en la silla de mi escritorio, por lo menos podía fingir que estudiaba. Nos habíamos ignorado desde la tarde cuando nos encontramos en la sala de estudio, me había comportado como un imbécil y empeoré toda la situación. Noté que Kagi – kun caminaba arrastrando los pies, eso quería decir que había sido un día agotador. La habitación se llenó con un aroma dulce, como a madera recién cortada, era el olor que siempre tenía cuando salía de bañarse.

- Bienvenido – musité - ¿Fuiste directo a la ducha? – quería romper esa distancia, poder reírnos de nuevo como antes. Realmente deseaba eso.

- Si... necesitaba relajarme antes de dormir, el entrenamiento ha sido duro estos días – su voz sonaba apagada, ya nunca sonaba eufórica o alegre, por lo menos en mi presencia.

- Ya veo.

- Si puedo preguntar... - volteé a verlo, quise verme lo menos entusiasmado posible, pero no lo logré, su mirada estaba fija en sus propias manos, aun así, yo sentía la urgencia de acariciar su cabello. - ¿Qué fue esa actitud de hoy en la sala de estudio?

- Oh... - me miró por fin, su mirada era tranquila. – no tenía actividades del comité, cuando venía hacía el campus, me dijeron que habían visto a Ichinose cerca de aquí y quería saludarlo, molestarlo un poco. – mentí, qué más daba, si todo estaba arruinado entre nosotros.

- Ya veo... sempai me comentó que parecías realmente enojado, que nunca te había visto así – acomodó sus pertenencias, y preparó su uniforme para mañana – si solo era eso, entonces se habrá equivocado. – en ese momento, despejó su cama y abrió la manta, dispuesto ya a acostarse.

Como si estuviera siendo impulsado por una fuerza desconocida, me levanté de mi asiento y antes de que hiciera el siguiente movimiento lo agarré del brazo, hice que se detuviera en ese momento, su mirada era de absoluta sorpresa.

- ¿Qué sucede?

- ¡Tú dímelo! – quise bajar la voz, pero me fue imposible – No entiendo estos cambios de humor repentinos que tienes, estoy harto de estar adivinando qué te sucede o qué te molesto, como puedo saber si no me lo dices – notaba que mis mejillas ardían, pero también notaba la forma de su brazo bajo mi mano, sus músculos se tensaron por el contacto y la piel de Kagi – kun desprendía calor, el hilo de argumentos que estaba esgrimiendo se esfumaron y mis sentimientos más viscerales salieron a la luz. - ¿Por qué pasas tiempo con Ichinose? ¿Acaso lo que me dijiste antes era todo mentira? Porque si lo era, déjame decirte que arruinaste una amistad con todo esto de probar el romance.