2.Sueños de Medianoche

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Después de semanas de haber acabado con Kraang, el grupo se había vuelto más grande con la aparición de Cassey quien se llevaba muy bien con ellos especialmente con Leo, donde aprendían mutuamente técnicas y gustos de una ciudad donde podrían estar más en paz.

Por eso mismo, era tiempo de su actividad favorita: Ir a comer a la pizzería de Señor Hueso. Si bien algunas recetas quizá eran demasiado extrañas para el joven muchacho por supuesto que había muchas más disfrutables.

-Muy bien chicos, ya saben, cualquier sabor menos con piña-Dijo Leo con una sonrisa burlona.

-¿Que tiene de malo la piña? -Preguntó Cassey quien no entendía a qué se refería.

Todos se le quedaron mirando con los ojos bien abiertos como si de algo innombrable se tratara, excepto Donnie quien si disfrutaba de ese sabor aunque era su gusto único.

Leo rodeó con un brazo a Cassey y le habló cerca de su oído.
-Creeme, no te pierdes de nada, amigo-

-Mejor una clasica de Peperonni, eso nunca falla - Agregó Mikey con una gran sonrisa - Y tal vez un ingrediente extra de Ciudad Oculta- Guiñó un ojo entusiasmado.

-Estoy a favor de Mikey-Aprobó Abril levantando una mano y por consecuente los demás apoyaron la moción.

La orden llegó, dos pizzas especiales para aquel grupo de héroes del que Señor Hueso ya se había encariñado. La noche parecía ir bien, hablaban y comentaban historias de cada uno que impresionaban a Cassey , quien no se quedaba atrás contando anécdotas.

Donnie se encontraba tranquilo, con una suave sonrisa mirando a su familia, pero sintió algo en su pierna, que lo recorrió hasta llegar a su mano. Se trataba de Rafa, quien se había sentado a lado suyo durante la velada, apretó su mano intentando entrelazarla, el menor no entendía que ocurría, y antes de darse cuenta, su hermano se acercó para susurrarle al oído.

-Te ves muy lindo-

Eso provocó que Donnie lo volteara a ver rápidamente, confundido, intentando entender porque le había dicho eso.

-¿Q-Qué...? - Tartamudeó mirándolo a los ojos como si allí estuviera la respuesta.

Hubo una interrupción .

-¡Vamonos de aquí chicos! Hora de deambular por la ciudad - Dijo Leo estirándose y se levantó de la mesa, por consiguiente los demás hicieron lo mismo y se dirigieron a la salida.

La separación de la mano de su hermano y Donnie se sintió como si le arrebataran algo de su mismo ser, como la propia vitalidad. Tardó en reincorporarse mirando a su hermano mayor irse corriendo con los demás; miró su mano unos segundos recordando las palabras que le había dicho, pudo percibir sus mejillas como se sonrojaban, provocándole un suspiro con algo de temor al no entender que pasaba, pero tuvo que ponerse en marcha para alcanzarlos.

Al salir , Morado se dio cuenta que habían subido a los edificios, donde jugaban a saltar entre ellos haciendo acrobacias en los techos, una actividad que hace años hacian sus hermanos. Donnie suspiró más aliviado uniéndose a ellos, mirando como se movía cada uno de ellos, Rafa lo miraba desde adelante con una sonrisa juguetona, pero de un momento a otro, desapareció entre las sombras, provocando que el muchacho se detuviera para averiguar dónde se había metido Rafael, y al llamarle, apareció por sorpresa detrás de él, generando un respingo en Donnie, pero de inmediato Rafa le tomó de la mano para calmarlo.

-Lo siento, no quería asustarte-Sonrió apenado.

Pero Donnie se había puesto nervioso, y veía como se alejaban sus hermanos queriendo perseguirlos de nuevo.

-Rafa-

-Donnie...- Habló en un tono más serio, y poco a poco, sus manos se acercaron a la cintura del menor y al hacerlo, sintió un profundo escalofrío que le hizo quedarse congelado. Sus manos eran grandes y fuertes, se sintió pequeño, raro... pero... se sentía bien...?

-Donnie... Tengo que decirte algo que he sentido desde hace mucho...-

Las pupilas de el menor se dilataron por completo, y su corazón latió mas y más rapido- ¿Que sucede...? -

El mayor no habló, solo lo miraba embelesado, ninguno de los dos quitaba la vista del contrario, parecía una especie de magnetismo.
Rafa fue acercándose poco a poco a su rostro, y él temblaba, temblaba al sentirlo tan cerca, tan cerca de sus labios... No sabía que estaba sucediendo, sentía que su corazón iba a salir de su pecho. Y en el momento en el que apenas rozó sus labios con los suyos... despertó.

Donnie se levantó casi de un salto sentándose en su cama, emitiendo un pequeño gimoteo llevando su mano a su corazón que efectivamente corría a mil por hora, sus mejillas ardían, apenas y podía respirar.
Su habitación estaba vacía y solo las luces de sus máquinas y experimentos iluminaban la habitación, había sido un sueño, solo eso ... Pero... por qué había soñado con ello? ¿Estaba volviéndose loco...? Juraría que en sus labios había quedado aquella sensación de su hermano a punto de besarle. Su otra mano fue puesta en su boca con sus dedos tocándola temblorosamente, y cerró los ojos un instante intentando tranquilizarse.

-Rafa...-Llamó en un susurro sin esperar respuesta, volviendo a abrir sus ojos donde el escalofrío volvió a aparecer y se abrazó a si mismo.

Sintió la habitación más grande y fría,como si se encontrará en un lugar desconocido, como si volviera a ser un niño.
Decidió levantarse de la cama con cuidado y fue a sus cajones donde se agachó al último, y en el fondo de las prendas que tenía, se encontraba aquella playera olvidada tan antigua que hace años había pertenecido a su hermano mayor. No entendía porque sentía que la necesitaba justo ahora, pero no dudó en sacarla, y la abrazó fuertemente contra él, percibiendo aún el aroma de su hermano, ello le trajo una especie de tranquilidad profunda y dulce, haciéndose suspirar de una forma nunca antes hecha.

-Rafa... ¿Que me sucede....? -Murmuró cansado. Se levantó cuidadosamente, dejando la playera en su cama y decidió quitarse la hoddie que traía puesta, quedándose desnudo un momento recorriendo su pecho hasta sus caderas intentando recordar como se había sentido el toque de su hermano el aquel sueño.
Se quedó en blanco hasta que reaccionó y prosiguió a ponerse la antigua prenda de Rojo, provocando que una sonrisa melancólica apareciera en su rostro y se dejó caer en su cama de espaldas, pensando que había sido todo eso, pero de repente, su mente no podía dejar de pensar en Rafa, y fue como un tormento para él. Justo ahora quería ir a buscarlo para encontrar consuelo, pero sentía que no podía moverse, solamente acariciaba sus sábanas imaginando que se trataba de su hermano, y volvió a cerrar los ojos en un suspiro.

-Te necesito...-

Caparazón SensibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora