Capítulo 4 - Alyssa

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A la mañana siguiente me metí a bañar, me arregle de costumbre, oyendo mi música a todo volumen, baje para desayunar y me encontré a Carlos y Lilyan hablando y preparándose para salir al trabajo, hoy iría a la cafetería, pero solo medio tiempo, porque iría al refugio de animales por Central Park. -¿Te llevamos al trabajo, Alyssa?- Lily me dedico una sonrisa muy amable, Carlos ni me volteo a ver, solo tenía su café en la mano y las llaves de su auto en sus dedos, solo esperaba a que me negara o aceptara para abrir la puerta de la casa e irnos, Accedí, entramos al auto, Lily se sentó en el asiento de atrás, yo me quede que copiloto con Carlos, todo el camino solo había silencio y el suave ruido del motor. Primero pasamos a dejar a Lily a la universidad (Lily y yo tenemos la misma edad solo que yo estudie diseño de modas y Lily está estudiando medicina), cuando se bajó del auto, yo quería disculparme con Carlos por lo de anoche. -Por cierto, lo de anoche. . .- Antes que terminara la oración, Carlos me interrumpió sin ninguna emoción en su voz. -¿Por qué carajos no me contestaste?- Seguía conduciendo, subió un poco la velocidad y apretó los dedos al volante mientras apretaba la mandíbula. -Estaba cansada- Dije mientras apretaba ligeramente mis rodillas. -Pura mierda sale de tu linda boquita- disminuyó la velocidad pero iba rápida. Me quedé callada todo el camino y llegué rápido a la cafetería. -¿A qué hora sales?- No me miro solo preguntó. -¿No tienes trabajo?- dije mientras abría la puerta del auto.- ¿A qué hora sales?- volvió a preguntar evadiendo mi respuesta. -A las ocho- Mi boca se llenó de mentiras, en realidad salía a las 5, hoy solo me toca medio turno, No le iba a decir a qué hora salía. Le dije mientras bajaba el auto, cerré la puesta del carro y Carlos arranco una vez yo estuviera dentro del trabajo. Durante todo el día tuve los mismos clientes, ya casi era hora de irme.-Un expreso y un Capuchino de caramelo, por favor- Levante la mirada y estaba Josh con su sonrisa impecable, inmediatamente mi corazón se aceleró y las palmas de mis manos empezaron a sudar. -¿Cómo estás, Aly?- Josh me dedico una sonrisa.  


Carlos

Llegué a mi oficina y abrí mi MacBook, tenía tantas cosas pendientes, pero no lograba concentrarme.- Señor, Rizzo, tiene una llamada en la línea, dice que es Asher de. . . Prozari, está en la linea cuatro- La chica chaparra con falda entubada, que después salió de mi oficina. Suspire y tome el teléfono para hablar con este imbécil, la dicha marca Prozari, es nuestra competencia número uno, está en el top dos, de mejores marcas de ropa de lujo, aparte la Peerzio, empresa heredada por mi padre, desde que mi padre me nombro jefe general en Peerzio, las ventas, colaboraciones y las acciones han subido un cincuenta porciento más que el año pasado y desde que mi padre se jubiló, y el imbécil estaba tan convencido que ahora que yo estaba a cargo iba a darle la mitad de las acciones, que me llamaba todos los putos días para "hablar" cuando en realidad era una maldita amenaza sobre que me destruiría y hundiría como el TITANIC, cosa que no iba a permitir mientras estuviera sentado en esta maldita oficina y la empresa estuviera a mi nombre. Sobre mi cadáver maldito Asher. -Diga- Dije mientras me inclinaba en la silla de cuero negro.- ¿Ya recapacitaste sobre la propuesta?- Dijo Asher con su maldito tono de sabelotodo y pendejo de siempre. -Hablas de la propuesta que llevará abajo a Perzzio?- con el toque de acento francés con el que suena mejor, escuche una leve risa hostil del otro lado del teléfono.- ¿Abajo?, No, mi intención es la contraria, somos las dos mejores empresas en moda, si nos uniéramos. . .- No lo deje terminar.- No voy a escucharte, y no nos uniremos ni seremos socios, buen día, Asher- Despegué el teléfono de mi oído para colgar, el muy enfermo solo soltó una carcajada.- Entonces déjame declárate la guerra- Dijo en la voz más sádica que he escuchado, parecía que ya me estaba viendo en la miseria, trague saliva y dije con un tono seco e indiferencia. -Adiós, Asher- Colgué el teléfono y solté un suspiro, maldito enfermo, me da asco. Revise la colección de inviernopara dentro de 4 meses y mi sangre se puso a hervir cuando vi que solo tenían dos vestidos, eran espantosos, incluso para las personas con gustos de mierda, pero parecía que había arrancado un mantel de pícnic sucio y los habían puesto en LA COLECCIÓN más importante para la empresa, las náuseas me invadieron, llame inmediatamente a mi asistente. -¿Si señor, Rizzo?- Dijo la pobre temblando de miedo por el tono de mi voz. -¿Por qué no hay diseños para la colección de invierno?- Dije apretando el puente de mi nariz con los dedos, me estaba controlando para no gritarle a la pobre chica nueva que estaba muy espantada por darme una respuesta errónea. - De hecho hay dos diseños-. Le tembló la voz. -Tráeme a los encargados de los diseños- Movía con desesperación mi pie, mientras la chica salía corriendo a buscarlos, me trajo a cuatro personas. -¿Saben que hicieron una mierda de diseños, verdad?- Mi tono de voz era alto, no los mire, solo veía los horribles diseños, no se atrevieron a hablar. -Están despedidos, hoy mismo toman sus cosas y se largan con sus cosas. . .- Nadie movió ni un dedo. -¡Fuera!- grité y los cuatro salieron corriendo de mi oficina, como perros callejeros después de aventarles agua. Mi asistente se quedó en la esquina de la oficina. -Pon a todos a trabajar diseños para la colección, y ningún diseño va a pasar por alto mi supervisión- La chica asintió con la cabeza y salió de mi oficina, pase una mano por mi cabello y soltar un suspiro, cerré la MacBook y me levanté de la silla, eran las cuatro y faltaban cuatro horas para ir por Alyssa, ¿cómo se verá trabajando y poniendo sonrisas falsas a personas que le hablan con un tono de mierda?, una curva apareció en las comisuras de mis labios cuando pensé en ella con una cola de caballo y un delantal café y una tierna sonrisa. Me levanté de la silla y salí del edificio de Peerzio. Encendí el auto y conducí hacia la cafetería de Alyssa, tal vez tomaría un café y la esperaría hasta las ocho, necesito hacer algo que no me estrese tanto como el mantel de pícnic sucio. Llegue y la cafetería y vi a Alyssa sin su mantel café y se dirige a la estación de autobuses, justo cuando se sentó en la banca de la estación, bajé la ventana y la miro, ella parece haber visto a un fantasma. -Súbete- Dije serio mientras abría los seguros del auto, ella puso los ojos en blanco y subió al auto.- Dijiste que salias a las ocho- Conducía a casa.- Salí antes- Empezó a jugar con sus dedos y no me dirigía la mirada.- ¿De verdad?- Dije mientras apretaba los dedos en el volante.- Sí. . .- Empezó a jugar con el final de su short.-  Ese autobús no iba a la casa, iba a Central Park- La miré de reojo.- Voy a ir a un refugio de animales- Dijo mientras bajaba la ventana y veía por ella, di por terminada la platica (interrogatorio), y me dirigí a Central Park. El camino estuvo lleno de silencio, para mí no era incómodo era relajante, pero siempre que Lilyan y Alyssa estaban juntas se la pasaban hablando y riendo. Llegamos y me estacioné justo a un lado del refugio, estaba al aire libre, tenían a los perros y gatos en jaulas de rejas negras, había un par de personas viendo a los cachorros.- ¿Vienes?- Me preguntó Alyssa mientras tenía su mano en la manija de la puerta para salir. -No, odio los pelos- Venía con mi traje negro, odio que se llene de pelos toda mi ropa, ella se encogió de hombros y salió del auto, yo saque mi celular y comencé a ver correo sobre posibles colaboraciones, despegando de vez en cuando la vista de celular para ver a Alyssa. Ella hablaba con personas sobre los animales y tratando de convencer de que se los lleven, incluso les daban una correa y una pequeña cama para los animales, me sorprendí sonriendo levemente mientras la veía acariciar a los perritos y darles mimos y diciéndoles "buen chico" de forma animada a los perros, pero se me borro rápidamente cuando un Josh se le acercó a hablar, pero no como siempre lo hacía él, conocía esa estúpida mirada y como le devoraba las piernas con la mirada, y cuando Joshua acaricio su brazo y cerraba la distancia entre ellos no me gustó nada, no sé qué me hizo abrir la puerta y salir del auto para ir con Alyssa y que YO le ayudara con los perros y no Joshua.- Ya llegue para ayudarte, Aly- Me puse al lado de Alyssa para tener a Joshua de frente y tener la cara más sería que Joshua me había visto. -Pero me dijiste que no querías- Alyssa me miro confundida.- Cambie de opinión- Le di una rápida sonrisa a Alyssa y Joshua retrocedió, eso, alégate que yo estoy aquí para ella. -Aly, nos vemos luego- Joshua me miro como si no me conociera, pero su primera impresión fue de un egoísta que no comparte y así es. Ayude a Aly a cuidar y animar a las personas para llevarse a un perro o gato y obviamente mis habilidades de vender (aún que no lo estaba haciendo) hicieron que todos los perros y gatos fueran adoptados, la mayoría eran señoritas jóvenes como de veintitantos años, pero nadie adopto a Fred, un Shiba Inu viejito, estaba recostado viendo como todos mimaban a sus perros y los cargaban.- Pobre Fred. . .- Alyssa se puso de cuclillas y acarició la cabeza del perro llamado Fred.- Ya lo adoptarán- Le puse una mano en el hombro a Alyssa.- No. . . Lleva meses que nadie lo adopta, está enfermo. . . No sabemos de qué, pero no juega, come poco, nadie adopta a un perro cansado y grande, van a tener que dormirlo. . .- Una lágrima se resbaló por la mejilla de Alyssa, al parecer era sensible con este tema, seguía acariciando la cabeza de Fred, mientras él cerraba sus ojitos por el toque cariñoso de la dulce chica que lloraba por él.- Si mi departamento fuera lo suficiente grande para Fred . . . Yo- su voz se quebró, ella en serio estaba llorando por Fred- Yo lo adopto, mi casa el muy grande y le mandaré hacer estudios- Dije mientras me agachaba para ver a Alyssa con las mejillas rojas y unas cuantas lágrimas resbalando por sus mejillas, sus ojos brillaron cuando le dije eso, inmediatamente se lanzó sobre mí para abrazarme. -Gracias, Carlos, sabía que no eras un insensible- Seguía llorando en MI PECHO, me atreví a acariciar su suave cabello ondulado, respire hondo y el olor a frutal invadió mi nariz, me aturdió, no me importaba nada, absolutamente nada, ni el hecho que acababa de adoptar a un perro de nueve kilos, estaba con Alyssa en brazos y su delicioso olor en mi nariz, me pone los nervios de punta. Nos levantamos y recogimos todas las jaulas.- ¡Fred, vamos amigo!- Un tono fuerte y entusiasta salió, el perro reacciono rápidamente, movió su cola rápidamente y se levantó y caminamos al auto, Fred atrás y Alyssa y yo en frente, era perfecto.

24 días con mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora