Capítulo 7 - Carlos

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Revisaba las propuestas de diseños para la colección de invierno, la pasarela se acercaba tan pronto como la partida de mi bella Alyssa, habíamos acordado que una vez ella se fuera de mi casa, no volveríamos a vernos, Alyssa no estaba tan convencida de no involucrar sentimientos al hacer el amor.

Alguien llamo a la puerta. - Adelante- Seguí revisando los diseños. - Hola, Mathy- Alyssa entro con mi expreso y un short de mezclilla, ramera blanca y una sudadera gris abierta, su cabello suelto, y la sonrisa más encantadora que he visto, quería follármela. Me levanté y fui a saludarla, la tomé con firmeza y la besé. - Sabes que no tienes que tocar la puerta para entrar- Murmuré entre el beso, mis manos pasaban por su espalda baja y buscaban el broche de su brasier, para mi grata sorpresa, no traía. -Es por decencia- Sus manos recorrían mi pecho. - Todos los días te doy contra mi escritorio y no creo que eso sea muy decente- La cargue para llevarla a mi escritorio, dejando el expreso en una mesita que tenía un jarrón con flores que me trajo Aly, todos los días les cambiaba el agua y las ponía al sol.

Alyssa había estado trayendo mí expreso, en vez de enviar a Josh por ellos, Alyssa era tan amable de traerme mi expreso sin siquiera pedirlo, sabía lo que necesitaba. Mis manos estaban en sus muslos, mientras nos besábamos, mis manos subieron hasta el interior de su camisa y masajeaban sus pechos y pezones, ella a cambio me regalaba dulces gemidos reprimidos, las ventanas con la película de espejo en ellas, lo que hacía que no se viera nada de lo que pasaba en mi oficina hacia la calle o en mi mismo edificio. Baje mis manos a su entre pierna y tenía el maldito short. -¿Cuántas veces te he dicho que pongas falda o vestido cuando me vienes a ver, Brown?- Le solté un gruñido mientras besaba su cuello. -Se me olvidó- Su respuesta fue corta y extremadamente excitante. -De rodillas- ordené mientras acariciaba su cabello, inmediatamente ella se levantó y se puso de rodillas frente a mi polla palpitando, me quito el cinturón, bajo mi cierre y bajo lentamente mi bóxer, liberando mi dura polla que necesitaba de su tacto. -Si es mucho, tocas mi pierna- quería que la chupara, pero no quería hacerle daño, acaricie su cabeza mientras recargaba mis caderas en mi escritorio y ella besaba la piel sensible de mi polla. - Joder, Brown- Solté un gemido ronco, mientras acariciaba su cabeza, cuando empezó a mover la cabeza se adelante hacia atrás con mi verga en su pequeña y dulce boquita, la vista de ella chupando mi verga me producía escalofríos en mi columna. Tome su cabeza y empecé a empujar para que llegara un poco más profundo, mi verga sentía su garganta y como las vibraciones de las arcas daban más satisfacción a mi verga y mis ganas de correrme en su boca. Estaba tan cerca que seguí pujando con más fuerza, hasta que me corrí en su boca, ella lo trago todo, di un leve golpecito en su mejilla con mi verga. -Que linda mi muñeca- Dije mientras metía mi verga en el pantalón, ella se puso de pie con los ojos llorosos. - Preciosa, no tocaste mi pierna- acaricio su mejilla y limpio las lágrimas. - No era necesario, Mathy- la bese y justo cuando iba a meterle la mano a su camisa, llamo mi secretaria diciendo que tenía que elegir los diseños para ya tener la colección lista. -¿Iremos a cenar, Charlie?- le decía así por el personaje Charlie Brown.- Sip- Me dio un beso de despedida y salió, ella no me estaba exigiendo más tiempo que el que tenía disponible, todo era perfecto y nada me lo podría destruir o lo mataría al primero que lo intentará.

En la noche fui a cenar al restaurante más caro en New York, terminamos de cenar pero estaba lloviendo. - No creo que pare la lluvia tan pronto- Dijo mi chica. - Tendremos que correr al auto- dije mientras me odiaba por no traer el paraguas conmigo, nos echamos a correr, pero la lluvia era tan fuerte que no importa que tan rápido corriéramos, estábamos muy mojados, incluso dejamos de correr, estábamos tomados de las manos bajo la lluvia mientras nos mojábamos más, era perfecto, incluso nos dimos la oportunidad de darnos uno que otros besos bajo la lluvia como el chiche de las películas de mí preciosa Alyssa, pero mejor nos detuvimos en un Árcade, pero primero fuimos al baño para secarlos lo más posible, cerré la puerta del baño y la subí al lavabo. - Quítate la camisa- Ella Obedeció, dejado sus pechos a mi vista, mi verga se levantó con interés, pero no quería que viera qué cada vez que veía tetas se me paraba, pero era inevitable con las suyas, tome una toalla sé papel y empecé a secar su pechito, cuello, brazos, me acercaba para besar este, y a veces lamía sus pezones y ella me acariciaba la nuca y cuello mientras soltaba dulces gemidos, me la quería follar, pero ahora no. Una vez estuviéramos casi secos, nos dirigimos a las máquinas de juegos, una de peluches. - ¿Cuál te gusta?- pregunté mientras instaba la tarjeta que te dan para que puedas jugar. -Mmm, el conejo- Señaló un conejo blanco con los ojos grandes, debería ser ilegal que pongan peluches así. Lo tomé a la primera y se lo di. - Vaya, eres muy bueno para esto- Dijo mientras sujetaba el peluche contra su pecho. - Soy bueno en todo- menos en tener suficiente de ti. Pasamos el juego de encestar la canasta, y lo pasé con facilidad, nos subimos a juego de carreras de motos. Cuando finalmente nos cansamos de reír tanto y jugar, salimos del Árcade y ya no estaba lloviendo. Íbamos caminando y tomados de las manos y a partir de ahí comenzó la peor platica de mi vida o al menos la más difícil. - Carlos, ¿te gusto?- dijo sin mirarme, solté su mano (¿En qué momento fue buena idea soltarle la mano?). - Solo cogemos sin sentimientos- ¿No?, hubiera sido bueno preguntar y confirmar, pero el maldito tono que salió fue sin preguntarle. Ella no respondió nada y caminamos hasta el auto. Una vez dentro del auto, no hubo plática, me preocupaba que en una semana se fuera y terminara esto.

Llegamos a casa y Alyssa no me dirigió la palabra, cosa que me hundió el corazón y que sabía que la había cagado, ella subió a su habitación y yo me quedé en la sala. - ¿Qué carajo tienes con Alyssa?- Dijo Lilyana en el tono más amenazador que he escuchado en ella. - Nada- tomé mi celular y revisaba correos. -¿Nada, entonces porque llegaron juntos?- se cruzó de brazos. - Pase por ella, me lo pidió- Fin de la conversación para mí, subí a mi habitación y me dormí casi de inmediato.

Al día siguiente, en mi oficina, ya eran las diez y Aly no había entrado con mi café, con alguna falda o vestido que le regale. Era la una y alguien tocó la puerta. - Pasa- dije mientras cerraba mi computadora, era Alyssa con un vestido blanco con pequeñas flores rosas y violetas, de tirantes, de altura debajo de sus rodillas, se veía hermosa, quería besar todo su cuerpo y sus tiernos labios de color rosa y ligeramente humectados por su labial. - Necesitamos hablar- dijo en un tono que me heló la sangre. - Sí, claro- me puse de pie y me acerqué a ella. - Creo que debería irme antes de la fecha estimada- sus palabras me hundieron el corazón y no quería que se fuera antes de lo planeado. -No, pero ¿Por qué?- sonó más un reclamo que una pregunta. - Estoy involucrando sentimientos y acordamos en no hacerlo- No quería que eso pasara, sentimientos no, y aunque sentía mariposas o mi corazón latiera fuertemente, no creía que fuera amor, sí, jamás lo había sentido, pero, creo que era deseo lo que sentía. - Pero. . .- Antes de rogarle que se quedara, entro alguien a mi oficina y reconocí la maldita voz. - Uy, lo siento ¿Estaba ocupado?- Dijo Asher con la voz más burlona. -oh, Hola Aly- el muy maldito se acercó a mi chica y le beso la mano. - Note sierto sonrojo en sus mejillas, apreté la mandíbula, le brillaron los ojos al maldito. - ¿No me digas que eres novia de este tipo?- El cabrón se la estaba comiendo con la mirada, y a mí me miraba con un desprecio, Aly me volteo a ver, le dirigió la mirada y negó con la cabeza. - No. . . Solo somos amigos- dijo Alyssa mineras tenía sus manitas entrelazadas ente sí. - Excelente- Alyssa le dio una sonrisa sutil y salió de la oficina, dejándonos al cabrón y a mí, quiera matarlo, pero no ensuciaría mi traje de su sucia sangre. -¿No me digas que la tratas como tu puta?- Un tono de decepción y burla salió en sus palabras. -No le digas así- Estaba lleno de rabia, soltó una maldita risa irónica. - No me digas que es tu amiga y no te la has cogido, a ti no te duran las mujeres vírgenes y mucho menos mujeres de valor como Alyssa- Recargo la cadera en mi escritorio. -No sabes nada de ella- lo amenacé con la mirada, si tuviera un cuchillo en la mano se lo hubiera encajado en la pierna, aunque fuera para cortar mantequilla. -Claro que lo sé, trabaja en esa cafetería de segunda, ama las películas de romance y ella quiere un hombre que la trate como princesa, no como una maldita puta- Se levantó y quedamos frente a frente, ¿Que mierda, en qué momento estuvo con Alyssa?. - Como sea, ella jamás te haría caso, aunque le comparas bolsas o joyería-.
- Lo sé, ya lo intenté, realmente vale la pena esa mujer- acomodo su corbata. - ¿Cuándo la conociste?- dije mientras trataba de no golpearlo y deformar su cara. - Digamos que siempre voy a verla al trabajo, pero al parecer ella sale un tiempo para venir a verte- veía por las grandes ventanas dele edificio, que ganas de empujarlo, aunque yo me caía con él. - Eso no te interesa, y si le tocas un solo cabello te juro que no solo te hundiré la empresa, voy a quitarte todo lo que amas y tendrás una muerte dolorosa y lenta, aunque me vaya al infierno, por eso- no más persona razonable que quiere arreglar todo hablando. - ¿Ya le viste qué tetas tiene?, están para comérselas y más cuando te las manda en lencería, acostada en su cama, con una cara coqueta- No lo pensé dos veces y le solté un derechazo, que no le dio tiempo de esquivar, solo lo aturdió, pero me lo regreso, intercambiamos varios golpes hasta que entró seguridad a separarnos. Lo sacaron del edificio y yo conducí lo más rápido a su trabajo, pero no estaba ahí, fui a mi casa y estaba saliendo con sus maletas, inmediatamente salí de auto, sin cerrar la puerta del carro. - Alyssa- Grite su nombre, estaba enojado, ella abrió los ojos, estaba asustada. - ¿Le mandaste fotos tuyas al idiota de Asher?- dije mientras tomaba su muñeca. - Solo fue ayer, que estaba enojada contigo y. . . No lo pensé, solo las envié- Dijo apenada, mirando hacia abajo. - Con un carajo, Alyssa- la tome de la cintura y la bese, la bese como nunca antes. -Quédate hasta las dos semanas- Sonó a una súplica. - No, ya te dije lo que pasa- Dijo mientras tomaba su maleta, de ropa que se había comprado. - Por favor, no volveremos a besarnos o coger- ¿Que mierda estoy diciendo?, me estoy maldiciendo a mí mismo, la tome de la mano que sostenía su maleta. - Bien- se alejó de mí y se volvió a dentro, la alcancé y la miré serio. - No quiero que vuelvas a ver al maldito de Asher, si es necesario te mantendré cerca de mí- ella solo asintió con la cabeza y entramos. 

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BYEEE XOXO

24 días con mi enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora